En ese escenario positivo destaca, hoy en día, la obra del historiador dominico Dr. Oswaldo Montilla Perdomo, amplio conocedor de la historia de Venezuela y. en especial, de su historia religiosa a través de un prolongado estudio de la bibliografía en Venezuela y el exterior pertinentes, y de los principales fondos documentales, principalmente el Archivo Arquidiocesano de Caracas, el Archivo General de la Nación de Caracas, el Archivo Histórico de la Universidad Central de Venezuela, de la Nunciatura Apostólica en Caracas, el Archivo del Vaticano en Roma y múltiples archivos parroquiales de Venezuela, que son la base del vida social de la Iglesia Católica venezolana. De esas investigaciones han surgido importantes publicaciones el libros, ponencias, conferencias y revistas nacionales e internacionales de las cuales solo vamos a reseñar en este artículo las dos más recientes.

Gracias a la excelente labor editorial iniciada por el ITER, Instituto de Teología para Religiosos de Caracas Venezuela, bajo el Rectorado del padre Dr. Manuel Antonio Texeira, hemos recibido las ediciones de Fray Oswaldo Montilla tituladas: “La oposición de Monseñor Mariano Martí, Obispo de Caracas, a las fundaciones de un Hospicio en San Felipe (Yaracuy) y otro en San Carlos de Austria (Cojedes) por los Dominicos en el siglo XVIII”, prologado por mi persona, y editado en Caracas en 2024, por el ITER y su Centro de Investigaciones Teológicas (CIT). Y la segunda obra: “La Iglesia de la Santa Cruz y Nuestra Señora de Candelaria de Caracas. Una visión Histórica desde los Libros de Gobierno de su Archivo Parroquial”, también editado por el ITER y el CIT, igual en 2024 y prologado por la Dra. María Soledad Hernández.

Ambos libros del Dr. Montilla O.P. (además de sus obras anteriores sobre la historia de los Dominicos en Venezuela), contribuyen de manera documental y critica a la construcción de una verdadera historia de la iglesia católica venezolana desde los llamados tiempos coloniales hasta el siglo XX, La fuerza documental de estas obras, su lenguaje académico y como se puede ver en sus prologados títulos de ambos libros, nos indican que no son obras para todo público, aunque cualquiera pueda leerlos, pro para poder aprovecharlos académicamente hablando se requiere de una formación previa en materia de historia de Venezuela y de la Iglesia Católica. Sin embargo, ambas obras son dignas de ejemplo para los nuevos historiadores del siglo XXI y de guía, como de ahorro de tiempo y trabajo, para todos los investigadores interesados en el tema de la historia de la iglesia y de la formación histórica de la Venezuela misma.

Oswaldo Montilla Perdomo, nació en la ciudad llanera de Barinitas, en el Estado Barinas al Occidente de la República de Venezuela, lo que nos enseña que dicho estado también produce hombres buenos y valiosos. Nació un 31 de agosto de 1968, un año de rebelión mundial de la juventud, contexto en el cual creció en un hogar cristiano hacia la vocación sacerdotal, destacando sus tempranos estudios en Roma que le dieron el grado de Bachiller en Teología en 1994 de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, donde obtuvo luego lod grados de Licenciado en Historia Eclesiástica en 2001 y el de Doctor en Historia Eclesiástica en 2006. Toda esta formación la volcó en sus trabajos como investigador y docente universitario en muchas instituciones superiores, destacándose en el ITER, donde fue su Rector, la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas donde fue Decano de la Facultad de Teología. Profesor extraordinario de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma (UPS) y con una gran cantidad de ponencias, cursos y conferencias en los Estados Unidos, Colombia, Ecuador, España, México, etc. Y finalmente, no menos importante, como profesor de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela, donde dictó cursos de Introducción a la Teología, Técnicas de Investigación Documental e Historia de las Ideas Políticas.

No obstante, a todos los hombres nos persigue alguna tentación y pecado y yo comparto con él el gusto por la Coca-Cola, pecado menor e inofensivo para con los demás, aunque yo me he cambiado para la Pepsi cola sin azúcar y no por eso soy mejor que él a quien debo mucho intelectual y espiritualmente.

ANB Cronista de la UCV