El término con el cual encabezo este artículo tiene, de acuerdo al diccionario de la Real Academia, varias acepciones: Inseguridad, inquietud, desasosiego, vacilación, duda, recelo, sospecha. En definitiva, podemos decir que es una sensación frente a un hecho futuro e incierto, porque no sabemos su final; que es lo que ocurrirá o sus efectos, buenos o malos, de un hecho ya sucedido, pero desconocemos sus consecuencias.
Me refiero a la incertidumbre sobre los resultados de las elecciones en los Estados Unidos de América, ante el hecho que nos vendieron como un sufragio que era imposible de predecir, porque ambos candidatos, Donald Trump de parte de los republicanos o la Vicepresidenta de dicho país, Kamala Harris, representante de los demócratas, designada prácticamente a última hora ante la renuncia a la candidatura del actual Presidente del imperio yanqui.
Esa primera duda quedó despejada con la victoria del magnate neoyorquino. Ahora la incertidumbre es respecto a las políticas que para con Venezuela, asumirá el nuevo primer mandatario cuando asuma el poder.
Pero uno que no tiene ese problema, el de la duda, es nuestro actual y próximo Presidente Constitucional de Venezuela, Nicolas Maduro Moros, quien con respecto al resultado electoral en los Estados Unidos de América, ya había fijado posición, al señalar que ganara quien ganara, tendría que entenderse y dialogar por las buenas con el Gobierno Bolivariano, pese a que el enorme país del norte sigue sin reconocerlo como ganador de las elecciones criollas del pasado 28 de Julio.
En efecto, nuestro Presidente señaló públicamente que en Venezuela había y habrá un gobierno bolivariano, que lo que le convienen a Venezuela y a América Latina es tener nuestros propios caminos y no depender de nadie. Tajante posición que sabemos a ciencia cierta no va a cambiar.
Los entendidos en estos temas de política internacional, piensan que tampoco Estados Unidos va a cambiar su pragmática postura con relación a las sanciones impuestas a la Patria Bolivariana, que se asegura son más de novecientas, en su mayoría de carácter económica y que han afectado de manera sensible nuestros ingresos.
Sin embargo, pese a las intransigentes posturas de ambos gobiernos, podemos decir que Venezuela es hoy, el tercer proveedor de petróleo a USA, y sigue incrementando el envío del llamado oro negro, todo ello por la empresa gringa Chevron, quien tiene licencia para operar en nuestro patio, y ya se acerca a la producción del millón de barriles diarios.
Hay expertos, como Christopher Sabatini, ex profesor de la Universidad de Columbia, que critica abiertamente la política de los gobiernos estadounidenses, porque no ha tenido prácticamente beneficios, por una parte, y por otra, es la población venezolana la que ha sufrido las consecuencias, donde reconocidos economistas venezolanos, como Asdrúbal Oliveros, indican que tal conducta lo que ha servido es afianzar nuestras relaciones con China, Rusia e Irán. Señaló, asimismo, que lejos de causar la inacción, Maduro ha respondido de una forma extremadamente dinámica.
Ahora Trump, quien no simpatiza con nuestro gobierno, va en una posición distinta a la de su primer mandato, pues los republicanos también obtuvieron la mayoría legislativa en ambas Cámaras, siendo que tendrá más libertad para hacer de las suyas. Parece venir a por todo, pues ha señalado que va a dar vuelta a su país y a convertirlo en algo muy especial, que se acabaron los juegos de los últimos cuatro años.
Por si fuera poco, lo hizo de la mano de un archienemigo de Maduro, Elon Musk, quien donó más de cien millones a la campaña del ganador.
Veremos qué pasa.
@gadeaperez
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