La Casona Ibarra es patrimonio de la UCV y, por ello, de la nación
La Casona que hoy ocupa la colina adyacente al Torreón del Trapiche no era el único inmueble de la hacienda, aunque sí parece haber sido la casa principal de los Ibarra en muchos momentos
La “Casona de la Hacienda Ibarra”, una vieja casa de hacienda cañera ubicada en el seno de la Ciudad Universitaria de Caracas es una de las pocas casas de hacienda que quedan en pie en el valle de Caracas, junto a la de la “Hacienda La Vega” (Urb. Montalbán) y algunos restos en “Anauco Arriba” (Urb. San Bernardino), como en algunos clubs del Este de la ciudad y, sin ser propiamente casas de hacienda: la llamada “Cuadra Bolívar” (Parroquia Sta. Rosalía) y la casona de la llamada “Quinta de Anauco” (también en Urb. San Bernardino), todas ellas tienen sus antecedentes desde el siglo XVI, cuando se hicieron los primeros repartimientos y encomiendas luego de la fundación de Santiago de León de Caracas en 1567 por el capitán Diego de Losada.
Recientemente, fue realizada una recuperación física parcial de nuestra Hacienda Ibarra, lo que podrá permitir la posibilidad de visitarla nuevamente y de convertirla en un Museo, como ha estado planificado desde, al menos, 1943. Todo ello y siempre y cuando, la Comisión Presidencial restauradora de dicho inmueble y la autoridades de la UCV se pongan de acuerdo para sostener allí un espacio cultural neutro, para el encuentro de todos los venezolanos, sin propagandas politiqueras ni radicalismos estériles, que podrían convertir la Casona en un nicho ajeno al fuero universitario, pero tampoco debe ser un espacio cerrado, privado y alejado de la comunidad extrauniversitaria, pues ambos extremos lesionarían la potencial capacidad educativa y recreativa del futuro Museo.
La obra del Dr. Ildefonso Leal: “La Casona de la Hacienda Ibarra, origen de la Ciudad Universitaria”, publicada por la UCV en 1996, es una de las pocas publicaciones existentes sobre la historia de este inmueble universitario, en ella podemos constatar que esta finca originalmente conocida como “Hacienda San Diego”, posiblemente ya existía desde el siglo XVII, y que, conforme a documento del Registro Principal de Caracas, citado por Leal, ya para 1744 era propiedad de doña María Petronila de Ibarra, miembro descendiente de una familia de origen en la Rioja de España. Aquella posesión se dedicaba a producir caña de azúcar y contaba con un Trapiche donde se elaboraba el “papelón”, también se produjo caña amarga, maíz, caraotas y algo de ganado.
La Casona que hoy ocupa la colina adyacente al Torreón del Trapiche no era el único inmueble de la hacienda, aunque sí parece haber sido la casa principal de los Ibarra en muchos momentos, pero mayormente asociada a las faenas agrícolas de la Hacienda, complementada por otra Casona posiblemente ubicada hacia el actual “Bello Monte” norte, próxima al caserío de Sabana Grande, casa hoy desaparecida. Ambas edificaciones son confundidas entre sí en las narraciones de la época y de tiempo reciente, sobre todo en casos como la visita y fiestas del sabio alemán Alejandro de Humboldt en el año 1800 y, especialmente, por algunas estadías de Simón Bolívar en su infancia, posiblemente en 1814 y, especialmente, en 1827, donde el Libertador discutió con el Dr. J. Ma. Vargas, Rector de la Universidad, los nuevos Estatutos Republicanos elaborados por el Claustro Pleno y finalmente promulgados el 24 de junio de ese mismo año. En las Cartas de Bolívar de 1827, despachadas en la Casona Ibarra, el Libertador ubicaba su estadía en esa Casa principal de los Ibarra a la que denominaba como hacienda “Trapiche”.
La otrora presencia en la Casona de la UCV del Escudo de Armas de los “Ybarra” en mármol, la existencia del Oratorio dedicado a la Virgen de Guadalupe, el mobiliario descrito por Leal y la muy posible existencia de la sepultura de parte de los restos mortales del Arzobispo Francisco de Ibarra bajo el señalado oratorio, entre otros datos, nos indica que la actual Casona Ibarra de la UCV si fue en buena parte del tiempo la Casa principal, siempre complementadas por las “quinticas” reseñadas por el Dr. Machado en su informe de avalúo de la finca de 1942, por las otras posesiones, como la Casona de Sabana Grande desaparecida, las casas de los Ibarra en el centro de Caracas, las instalaciones ubicadas al pie de la colina para la fábrica de papelones y el Aguardiente “Ibarra” y finalmente, la Casona Ibarra ubicada en la Urbanización “El Paraíso” de Caracas, conocida como “Monte Elena”, ubicada en una colina adyacente al Colegio San José de Tarbes, donde habitó el General Alejandro Ibarra entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, casa también demolida desgraciadamente, descrita por Alejandro Russell Ibarra en libro publicado por la UCV. Se trataba, entonces, de un complejo de propiedades familiares de los Ibarra que funcionalmente se complementaban entre sí y que desmonta la falsa polémica de algunos autores no profesionales de la Historia que relativizan la importancia de la Casona Ibarra de la UCV.
En el proceso de planificación inicial de la futura Ciudad Universitaria de Caracas, desde 1937, bajo los gobiernos de López Contreras y Medina Angarita y bajo la dirección del Rector Dr. Antonio José Castillo, se terminó escogiendo la Hacienda Ibarra como la nueva sede para construir la moderna Universidad Central. Desempeñando un papel importante en el equipo del M.O.P. integrado por el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, el Ingeniero Armando Vegas y otros personajes notables. El Presidente Medina decretó el 2 de octubre de 1943 la creación del Instituto de la Ciudad Universitaria, un organismo con personalidad jurídica y patrimonio propios e independiente del fisco nacional (Artículo 2 do.), encargado de gestionar la adquisición de la Hacienda y desarrollar las obras. La compra de la Hacienda, sus terrenos y casas, se realizó el 9 de diciembre de 1943, como consta en documento ubicado en el Registro Principal del DF, anexo al señalado libro del Dr. Leal. Desde entonces la Casona Ibarra pasa a ser parte del patrimonio cultural de la UCV a través del ICU. La Ciudad Universitaria fue inaugurada el 2 de diciembre de 1953 bajo el régimen de Marcos Pérez Jiménez.
Finalmente, en la Resolución aprobada por la Junta Nacional Protectora y Conservadora de Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación adscrita al Ministerio de Educación, de fecha 24 de agosto de 1970, publicada en Gaceta Oficial No. 29.313, se declaró a la “Casona Ibarra” como Monumento Histórico Nacional, incluyendo su Torreón y Jardines. Declarando, en su primer considerando, que la Casona Ibarra se encuentra en “jurisdicción de la Ciudad Universitaria de Caracas”, siendo por ello, además de Monumento Nacional, parte significativa del patrimonio cultural de la UCV, por lo cual el Ejecutivo Nacional debe apoyar a la Universidad financiera y técnicamente a la conservación y funcionamiento del “Museo Universitario de la Casona Ibarra”, que desde 1943 estamos esperando que allí se funde, para lo que se debe exigir el respeto a la competencia de las autoridades universitarias para la participación en la gestión de dicho Museo en cooperación con los entes públicos y privados pertinentes. Igualmente, el patrimonio arqueológico que rodea la Casona Ibarra debe ser preservado y evitar intervenciones que puedan dañarlo y que no se realicen sin consultar antes a expertos como el Dr. Martín La Riva, conocedor único de ese valioso yacimiento, ya parcialmente estudiado por dicho catedrático.
ANB Cronista Oficial de la UCV.
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