La planificación, organización, dirección, control y supervisión, son aspectos fundamentales del proceso gerencial, que implican motivación de los integrantes del equipo humano, asignación de responsabilidades, coordinación de tareas, así como también el seguimiento y evaluación con relación a metas establecidas con el uso de indicadores medibles, lo cual en conjunto constituye un reto para el gerente, quien debe decidir en una forma proactiva aprovechando al máximo el tiempo. Todo esto requiere de parte del gerente, entre otras cualidades, que también cultive la disciplina individual y organizacional.
La disciplina en la gerencia se manifiesta en la toma de decisiones ante situaciones cotidianas, las cuales deben ser abordadas en una forma sistémica, basadas en informaciones objetivas, que deben ser analizadas periódicamente, en forma racional, evitando juicios subjetivos productos de impulsos emocionales, de tal forma que se ahorre tiempo y se eviten errores. Por otra parte también el gerente debe prepararse y tener la disciplina necesaria para enfrentar situaciones imprevistas, incluso caóticas, en las cuales a veces también se pueden presentar oportunidades, que si son aprovechadas en forma adecuada, el resultado final puede cambiar y con resiliencia se puede revertir la situación y salir fortalecida la institución.
La disciplina en la gerencia se manifiesta en la toma de decisiones ante situaciones cotidianas, las cuales deben ser abordadas en una forma sistémica, basadas en informaciones objetivas, que deben ser analizadas periódicamente, en forma racional, evitando juicios subjetivos productos de impulsos emocionales, de tal forma que se ahorre tiempo y se eviten errores. Por otra parte también el gerente debe prepararse y tener la disciplina necesaria para enfrentar situaciones imprevistas, incluso caóticas, en las cuales a veces también se pueden presentar oportunidades, que si son aprovechadas en forma adecuada, el resultado final puede cambiar y con resiliencia se puede revertir la situación y salir fortalecida la institución.
La disciplina puede considerarse como una habilidad, que aunque hay personas que tienen condiciones innatas que favorecen esta conducta, también se puede adquirir y en este sentido hay ciertas circunstancias organizacionales que promueven la disciplina, entre las cuales se puede citar, políticas y estrategias compartidas, objetivos definidos, fijación de rutinas, metas claras, promoción de la autodisciplina, realización de pausas periódicas de evaluación individual y colectiva que estimulen la autocrítica y conduzcan a medidas correctivas.
Un aspecto fundamental que debe estimularse es la educación, control y supervisión en forma horizontal, es decir entre los pares, ya que tiene mejores resultados que la educación, control y supervisión vertical que proviene del superior. Para lograr esta forma de conducta debe fomentarse la solidaridad y evitarse la complicidad. Cuando en una organización se logra una masa crítica de personas que tengan una conducta solidaria, se genera un bloqueo de conductas cómplices que van en contra de los individuos y de la institución como un todo.
Algunos plantean que la disciplina impide la innovación y creatividad individual y organizacional, pero esto no es cierto, ya que son complementarias, porque la disciplina aporta la estructura y constancia de manera consistente para realizar la necesaria rutina y establecer metas, lo cual facilita el enfoque del trabajo, mientras que la creatividad aporta nuevas ideas, soluciones innovadoras y aproximaciones originales para resolver problemas.
Otro planteamiento frecuente es considerar erróneamente que la disciplina es rígida y no puede ser flexible, pero al contrario, ser disciplinado y flexible, puede ayudar al gerente a aumentar la capacidad de ajustar rutinas, normas reglas según las exigencia de circunstancias cambiantes, lo cual le permite superar obstáculos, adaptarse a diferentes situaciones y aprender de los errores en una forma sistémica, sin perder el enfoque global de la organización.
En síntesis la gerencia con disciplina, flexibilidad y capacidad innovadora, es una combinación factible, pero exigente, lo cual obliga al gerente de hoy, a una constante superación individual y colectiva, en búsqueda de la excelencia aun, en escenarios volátiles con incertidumbre.
Bartolomé Finizola Celli
ascardio.coordinacion@gmail.com
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