El riesgo no subyacía en el giro de la operación terrestre desde Gaza (con todos sus daños, riesgos políticos y de seguridad, agravados además por un número incierto de rehenes civiles y militares tomados por Hamás), sino en el hecho de que esta operación militar podía abrir otras brechas; como por ejemplo, la frontera sirio-libanesa, que ya ha estallado gracias al influjo de Hizbulá o un regreso de la ira en Cisjordania, que azuza las divisiones intrapalestinas, así como la infiltración de agentes de Hamás o de la Yihad islámica en Palestina; territorios que serían solo algunos de esos riesgos o peligros. Pero, es razonable más aún, desde un criterio internacional la posible expansión del conflicto hacia los principales centros de oriente medio con injerencia directa de EEUU, China y Rusia, en defensa de uno u otro bando.

Fue así como el sábado 13/4 Irán “puso en marcha un ejercicio para que el mundo atestiguara” en represalia por un ataque israelí a su legación en Damasco, Siria, donde murió un comandante militar iraní a inicios de abril; pues, Irán atacó a Israel con decenas de misiles y drones por el asedio predicho en Damasco, hecho de parte de Israel que ha sido calificado como una ”escalada grave y peligrosa”, según un portavoz de su ejército; una declaración de guerra, según el presidente Erzog. Tal ataque infiere para Latinoamérica un desafío porque el régimen islámico podría apoyar una “desestabilización de los aliados clave en la región mediante protestas sociales por desinformación digital”, según advierte el Centro para una Sociedad Libre y Segura en caso de que Teherán decidiera extender el conflicto hacia el Hemisferio Occidental. Asimismo, aumentan las amenazas de seguridad petrolera mundial, puesto que la crisis de medio oriente tiene el potencial de alterar el suministro global de crudo y provocar un alza de precios, aunque no sería posible la repetición de los aumentos abismales en los precios ni las filas largas en las gasolineras que se vieran tras el embargo árabe durante 1973, según los expertos. De cualquier modo, este conflicto no sugiere un momento ideal para el mercado petrolero, ya afectado por los recortes en la producción de Arabia Saudí y Rusia y la posibilidad de mayor demanda en China, aparte de la crisis en la región añade a la demanda mundial unos cien mil bpd.

Ínterin, los operadores petroleros toman previsiones por fines de semana inciertos ante algún ataque de Irán a Israel y el precio del crudo tiende levemente, al alza.

Así, Irán adopta una postura cautelosa y elude reconocer cualquier actuación directa en los ataques contra Israel; cautela que también apunta a los ataques lanzados desde territorio yemení de parte de la milicia hutí y los disparos de cohetes desde sur de Líbano por Hizbulá; Y, está claro sobre las represalias que podría enfrentar por reconocer un ataque directo, prefiere distanciarse de las decisiones operativas; las cuales, dependerían solo, según Teherán, de los mandos de grupos aliados.

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