Los indígenas que habitaban el Lago de Maracaibo lo llamaban “mene”, los descubridores y los bucaneros lo usaban para calafatear sus naves. Referirnos a él, al petróleo, significa hablar acerca del gran protagonista de la Venezuela del siglo XX. Ese “oro negro” cambió a Venezuela, nuestro país empezó a ser otro desde que en 1920 se inició el auge de la renta petrolera. Tal vez sea Arturo Uslar Pietri el escritor venezolano que de manera más elocuente sintetizó esta realidad cuando escribió: “El petróleo es el hecho fundamental y básico del destino venezolano. Ya toda Venezuela es petróleo”

Para 1928 Venezuela exportaba 100 millones de barriles, ese mismo año nos convertiríamos en el segundo productor mundial y en el primer exportador. El petróleo pasó a representar el 85% de nuestras exportaciones. Apenas unos años atrás su aporte al ingreso del país no llegaba al 6%, ese fue el salto: de 6% a 85%

Fue así como la Venezuela rural y agropecuaria sucumbió, los hatos y haciendas que producían café y cacao quebraban, los campesinos emigraban, los obreros especializados se concentraban en la actividad petrolera; para 1923 ya se hablaba de huelgas, de movimiento sindical, aparecía el proletariado y los embriones del Partido Comunista, se creaba el Estado y el ejército nacional, las grandes transnacionales que explotaban y comercializaban nuestra riqueza natural introducían nuevos patrones culturales.

El capitalismo petrolero dibujaba en Venezuela otro mapa social: una clase militar, una clase obrera, una clase intelectual, pero no sólo ellas serían las grandes protagonistas de los hechos políticos, económicos y sociales, sino una nueva: la de los inmigrantes que llegaban a nuestra patria atraídos por la modernidad que había introducido el “oro negro”. Venían buscando mejores horizontes, ya el país no podría ser social y culturalmente analizado como el resultado de la mezcla de indios, negros y blancos, ahora las nuevas corrientes migratorias europeas nos convertirían en un mosaico cultural. Muchos años después, en 1974, el boom petrolero motivaría una nueva y masiva corriente migratoria, esta vez de latinoamericanos.