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El vaso medio medio lleno

JONATHAN REVERÓN. Cuántos niños de Venezuela crecen en mesas con conversaciones y teléfonos que se muestran entre sí con toda la miseria humana. Qué hacen los niños de hoy con la miseria expuesta

  • JONATHAN REVERÓN

14/08/2018 05:00 am

“Río crecido, río crecido, rebaja tu tempestad que los chinchorros de noche se mueren de soledad” -Simón Díaz 

Las tardes de agosto están teniendo algo de The Truman Show. Hay un ritmo marcado por las rutinas de la supervivencia. En The Truman Show, con el crepúsculo, los habitantes (extras de una sociedad televisada) desaparecen por las mismas puertas, de entre las mismas calles, despidiéndose hasta el día siguiente de la misma gente. En Caracas van dejando una ciudad para frías corrientes, vientos de lluvia en verano, una oportunidad para cosechar y pescar anticipadamente. 

Tres personas de diferentes naturalezas, pero en el contexto de la hechura, gestión o planificación de algún proyecto, me han dicho: Bueno, ya sabes, tenemos que hacer tribu los que nos quedamos. O, por ejemplo: ...Somos los que estamos. Quienes la expresan tienen en común hacerlo con un signo de interrogación a medio elaborar, esperando del otro una reafirmación, un no me falles, un tú no, un ojalá observe a largo plazo

El casabe (no la arepa) es el pan de América. Qué gustazo es leerse: ¡Viva la arepa! Sabor, memoria e imaginario social en Venezuela. Lo escribió el investigador Miguel Felipe Dorta Vargas. Es un trabajo publicado por Editorial Alfa en 2015, y es popularmente conocido entre académicos y glotones ilustrados. La arepa también es del continente, pero es más de nosotros porque la hemos puesto en el centro del plato, porque hemos explotado su potencial encerrado en cierto modo en las antiguas sabidurías que nos identifican como primarios, no primitivos. 

Es imperativo forjar vínculos con los mundos que no conocemos. Lo escribo no solo pensando en los aislamientos geográficos, tomo la palabra mundo también en su estado intangible, el mundo de las ideas. 

“En el interior de cada cual hay un fragmento del otro”, se lo digo a un fotógrafo a la hora de apreciar sus retratos. ¿Sigue siendo la política, la valla que levantamos para señalar nuestras diferencias? 

Cuántos niños de Venezuela crecen en mesas con conversaciones y teléfonos que se muestran entre sí con toda la miseria humana. Qué hacen los niños de hoy con la miseria expuesta. Pienso que obteniendo una respuesta sabré si me introduzco, o no, con armadura de hierro a la primera mitad del siglo XXI. 

En redes 
Ale. @yassirijilla: Cantinero, páseme otra malta y otra de carne molida. 

Adriana Bertorelli. @adribertorelli: Un día eres joven y, al siguiente, dices la palabra “percudido” sin que te tiemble el pulso.

Luis Yslas. @luisyslas: Las habladurías de Bayly no ayudan ni a los inocentes ni a los culpables del malogrado atentado contra Maduro. Solo buscan abanicarle un ego que, como la tontería, no tiene fondo. 

Colette Capriles. @cocap: Millennials: recurren a Google para mostrar que “saben” más que los adultos. Pero ni siquiera recuerdan o aprenden lo que Google les dice, porque no les importa. Su dependencia y arrogancia son lamentables. 

Ricardo Del Búfalo. @RDelBufalo: Las redes sociales nos hacen comportarnos como no lo haríamos socialmente. Solo en redes eres capaz de insultar hasta a la madre de una persona por decir una tontería que te irritó un poquito. 

Álvaro Toro. @toroalvarol: Quien no se avenga a negociar, no es político. El radicalismo no es político sino un falso moralismo que se refugia en la primacía de los intereses individuales dejando de lado los intereses generales de la comunidad. Al radicalismo hay que obligarlo a negociar, a ser político. 

@elreveron

elreveron@gmail.com
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