Las guerras y desencuentros en diversas partes del mundo, sin lugar a dudas, pueden llenarnos de tribulación y desaliento. Pero, ya indicaba Edmund Burke (1729-1797) “para que el mal triunfe, se necesita que los hombres buenos no hagan nada”. El mal es una suerte de manifestación de la desesperanza entre nosotros. De esta manera, la esperanza está mucho más cerca nuestro de lo que pensamos. Solo en nuestro actuar, en nuestras manos, con el esfuerzo cotidiano, se puede conseguir ese mundo de esperanza para todos.
No podemos hacernos los desentendidos ante tanto conflicto, en verdad podemos hacer algo. Debemos revisar qué es lo que podemos hacer para que este mundo en que vivimos sea un lugar más agradable a todos.
No podemos hacernos los desentendidos ante tanto conflicto, en verdad podemos hacer algo. Debemos revisar qué es lo que podemos hacer para que este mundo en que vivimos sea un lugar más agradable a todos.
No me refiero tan solo las guerras, sino también a los diversos acontecimientos que hacen intolerable la existencia diaria de muchos.
Acerquémonos a nuestros compatriotas y busquemos la forma de ser útiles ante las dificultades cotidianas.
Construyamos juntos esa esperanza por el cambio y un mundo más apacible desde nuestro entorno más cercano. Hagamos el esfuerzo por cimentar esa nueva realidad que tanto y, tantos esperan.
@RafaelMartinezN
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