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La perseverancia de Andrés Ignacio Nieves

MIGUEL AZPÚRUA. Andrés Ignacio optó y obtuvo la plaza de “Clarinetista Principal Solista” de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, a la cual se incorporará a partir de septiembre próximo

  • MIGUEL AZPÚRUA

15/08/2018 05:00 am

Recientemente estuvimos de visita en la residencia de nuestro dilecto amigo, el maestro de la guitarra clásica, Valmore Nieves Véliz, con el motivo de la presencia en su hogar de su hijo Andrés Ignacio; quien viene de superar una exigente audición propuesta por 10 calificados miembros del jurado, prueba superada el 26 de julio de los corrientes en el Teatro Teresa Carreño de la capital venezolana, con una calificación unánime muy cercana a los 100 puntos. Andrés Ignacio optó y obtuvo la plaza de “Clarinetista Principal Solista” de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, a la cual se incorporará a partir de septiembre próximo, donde le espera una actividad intensa por los compromisos nacionales e internacionales de esta extraordinaria agrupación que suma 88 años de fundada en 1930, bajo la dirección de los maestros Vicente Emilio Sojo y Vicente Martucci. El primer concierto se produjo el 24 de junio de ese mismo año, en el Teatro Municipal de Caracas, dividida en dos partes, la primera con la dirección de Martucci y la segunda por Sojo; Martucci -por cierto- se retiró al poco tiempo, por problemas personales, y Sojo asumió la dirección de la orquesta, durante sus primeros 17 años, subsistiendo por el esfuerzo de sus integrantes, los músicos de la Escuela de Chacao. Pedro Antonio Ríos Reina fue su director y presidente, en los períodos comprendidos entre 1950-1959 y 1967-1971, hasta su muerte acaecida en Nueva York, el 13 de febrero de 1971, al ser atropellado por un vehículo, en la calle 34 de la urbe norteamericana. 

Andrés Ignacio Nieves Fernández, nació en Barquisimeto el 09 de octubre de 1992, otro orgullo de sus padres, Valmore Nieves y doña Yolanda Fernández; sus hermanos, Valmore hijo, Miguel, Julián ingeniero, ejecutante de piano y cantante, fallecido en 2012, siendo el menor -Andrés Ignacio- protagonista de este escrito. De familia sorprendentemente agradable, cuya actividad primordial es y ha sido la música; ejecución de instrumentos como el piano, el cello, el “cuatro” y, por supuesto, “la dama de las seis cuerdas”; desde niño se motiva con ella, siguiendo la formación y trayectoria de su padre, de su abuelo Julio Felipe Nieves y de su bisabuela doña Petra Pérez, guitarrista con su particular forma de ejecutarla y afinarla. Su padre Valmore, nació en Muñoz, muy cerca de Carora, estado Lara, el 15 de octubre de 1948; luego de su formación musical hogareña, cursó con los afamados maestros de la guitarra, Manuel Enrique Pérez Díaz y Abel Carlevaro, y de los insuperables profesores, Rodrigo Riera y Alirio Díaz. En nuestra modesta interpretación, Valmore es, desde la desaparición física de Riera y Díaz, el maestro más connotado de la guitarra clásica en Venezuela, América y el mundo; y durante más de 30 años ha ejercido la docencia, formando una cantidad significativa de nuevos valores musicales. Por cierto, Valmore nos informó que a partir de septiembre venidero, se estará llevando a cabo, en el Museo de Barquisimeto, una actividad musical guitarrística, todos los domingos, en homenaje al Maestro Rodrigo Riera, desde las 11 de la mañana, que deleitará a los amantes de la buena música.

Volviendo con su hijo Andrés Ignacio, es muy importante destacar que participó en varias giras con la Orquesta Juvenil de Caracas, con su clarinete, a nivel mundial con presentaciones en Zaragoza y Barcelona, España; Scala de Milán, Italia; París y Burdeos, Francia; Budapest, Hungría; Viena y Salzburgo, Austria, cuna del incomparable Mozart; Saint Petersburgo, Rusia, y en el “Seul Arts Center” de Corea; transcurridas entre 2011 y 2015, describiendo estas experiencias con su sencillez y simpatía naturales. En esta agradable reunión, disfrutamos de varias interpretaciones con guitarra, cuatro y clarinete, escuchamos un tema reciente compuesto por Valmore, propusimos titularlo “Rapsodia subyugante”, maravillado por la notable ejecución a dúo. Por cierto, Andrés Ignacio, al hablar sobre su padre, afirmó que él ha sido su mejor ejemplo, por su nobleza, apoyo incondicional y comprensión. 

Doña Yolanda, con desbordante amor maternal, señaló que se sentía muy orgullosa de todos sus hijos; y expuso: “Andrés es lo más bello”. Velada magnífica, con la presencia del profesor Gonzalo Suárez, padrino de Andrés Ignacio, nuestro sincero amigo; es su esposa, doña Rosa, madrina de este elocuente músico, cuya naturalidad casi desborda su personalidad. En referencia al paraguanero Demian Martínez y al guaro Alejandro Somaza Cedeño, quienes han colocado muy en alto nuestro gentilicio; Andrés Ignacio reconoció su importancia en el mundo del clarinetismo internacional. Se refirió al maestro José Antonio Abreu, sin dejar de mencionar a su profesor, Ricardo Pérez del conservatorio “Vicente Emilio Sojo”; y al maestro Valdemar Rodríguez, quien lo introdujo en la “Academia Latinoamericana de Clarinete”, y le otorgó una beca para cursar en el Conservatorio “Simón Bolívar”. Como corolario, manifestó que su máxima aspiración es la de convertirse en docente musical.

miguelazpurua@gmail.com
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