OSCAR ARNAL
Cada seis años hay la oportunidad de votar en las presidenciales. Hace unos meses en las calles muchos gritaron o llevaron en carteles la consigna “elecciones ya”. Sin embargo, hoy hay sectores que hacen campaña por la abstención. La MUD en el pasado tomó esa vía y nada logró. En las elecciones parlamentarias del 2005 votó muy poca gente y la presunta deslegitimación del Parlamento sólo sirvió para que el oficialismo usurpara con más facilidad las instituciones. Y no tuvimos oposición en un recinto tan importante. Al gobierno le conviene una oposición dividida y participando a medias. El rechazo al gobierno y a la hiperinflación es tal, que si lográramos unificar a la mayoría que sufre, no habría dudas del cambio. El fraude se les complica en la medida que la gente vota.
Hace pocos meses viví la experiencia de ser candidato a Alcalde de Caracas. El ventajismo y las condiciones de inequidad fueron apabullantes. Sin embargo y a pesar de mi protesta y mi renuncia sobre el final, pude sacar muchos votos, más que Eduardo Samán del Partido Comunista y que Nicmer Evans de Marea Socialista. Ahora hay elecciones no solo presidenciales, sino también de concejales y diputados regionales que tienen su período vencido. Con la abstención dejaríamos a esas instancias desguarnecidas, lo que es una razón más para dar la batalla. Hay además que crear una plataforma electoral para proteger a nuestros alcaldes y gobernadores, y para hacer oposición al oficialismo.
Todas las encuestas desde hace meses dan a Henri Falcón como el mejor candidato opositor. El exalcalde y gobernador viene de ser el jefe de la campaña presidencial de Capriles y ha enfrentado en múltiples oportunidades al gobierno. El abanderado se deslinda definitivamente del pasado cuando quisieron expropiar a la Polar en Lara, lo que habla bien de alguien que es abogado con posgrados en política y leyes, ha sido profesor universitario y tiene como cabeza de su equipo de gobierno a un egresado de Harvard.
No dejemos que la mezquindad impida el cambio. Si alguien piensa que hay otro camino legítimo para sacar la satrapía que lo ponga también en ejecución. En la unión de las fuerzas alternativas está la posibilidad de salvación.