Conversar significa, en una de sus acepciones, el dicho de una o varias personas: Hablar con otra u otras, ello con independencia del idioma, o si se comprende o no lo que se quiso transmitir.
Dialogar implica el hablar en diálogo, y se entiende como la plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos, o si se quiere, es un trato en busca de una avenencia, aunque sea entre besugos, que es bastante común.
Discutir es un poco más profundo, porque como tal se entiende el dicho de dos o más personas que examinan atenta y particularmente un tema o materia, que usualmente, termina en la contención entre los participantes para convencer uno al otro.
Expresar significa manifestar con palabras, aunque también puede ser con gestos o miradas, lo que se quiere dar a entender, ello con independencia de si la expresión logra o no su cometido.
Así comenzó la clase a la que me invitaron a participar, y luego nos hicieron la advertencia de la importancia del lenguaje, verbal o escrito, que son los fundamentales, porque sin este, y su adecuado uso, quedamos todos expuestos o, a no entender o a no sabernos expresar, lo que, evidentemente, trae nefastas consecuencias en la comunicación entre nosotros los seres humanos, y este principio aplica a cualquiera de los métodos que utilicemos para tal fin.
A todo eso debemos agregar que, específicamente, la lengua española es bastante complicada para darle buen uso, y además de eso, viene aderezada por los signos de puntuación, que, dependiendo como se lean o escriban, cambian totalmente el sentido de una frase u oración, por ejemplo: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene, la mujer siempre andaría en su búsqueda”. Es totalmente distinto si cambiamos la coma: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer, siempre andaría en su búsqueda”.
Dense cuenta, explicaba el profesor, que el lenguaje revolucionario venezolano, por definirlo de alguna manera, habla pestes de la oligarquía, pero pareciera ser que ninguno de sus líderes, tampoco sus dirigentes, y menos sus seguidores, y es posible, dijo, aunque no lo afirmó, que tratan de señalar es a la aristocracia.
El primero de los términos, oligarquía, de acuerdo al diccionario la lengua española, conocido con el acrónimo de DRAE, significa: “Forma de gobierno en la cual el poder es ejercido por un grupo minoritario”. Eso, y no otra cosa, de acuerdo a las últimas elecciones presidenciales, constituye el gobierno en nuestro país, de manera que dar muerte a la oligarquía sería como una especie de suicidio colectivo.
Aristocracia, de acuerdo a su segunda acepción es: “En ciertas épocas, ejercicio del poder por una clase privilegiada”. De acuerdo a la primera debemos entenderla como: “Forma de gobierno según la cual el poder político es ejercido por los mejores”.
Otra posibilidad es que consideren como oligarcas a los que gobernaron en la IV República, por tratarse, según los que hoy están en el poder, de un grupo minoritario el que ejercía el mando, de allí el “No volverán”.
También cabe preguntarse, ¿Se considerarán aristócratas? No por nobleza de sangre o abolengo, lo cual también desprecian, sino por tratarse de los mejores, porque el diccionario no distingue qué debe entenderse por “los mejores” o “clase privilegiada”.
Otra posibilidad es que no se consideren que ninguno de esos tres calificativos les aplica, porque “no son minoría en el poder” tampoco se consideran o se sienten “los mejores” y en forma alguna con una “clase privilegiada” ya que entienden no tener de privilegios. Como verán, si no hablamos correctamente el español es difícil entendernos.
@gadeaperez
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