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En Nochebuena 2023…

Asimismo la sabiduría de Jesús y sus enseñanzas y capacidad para transmitirlas fueron maravillosas. Quienes lo escuchaban afirmaban que nadie había hablado como él

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

24/12/2023 05:00 am

En el artículo Hacia la Navidad dijimos: …en Navidad muchas personas en el planeta celebramos una fecha que alteró el rumbo de la Historia. Aunque hasta que esa misma fecha no altere el rumbo de nuestra vida personal ella carecerá de sentido para nosotros.

En el mundo de hoy esta frase es cada vez más cierta. De hecho los pesares de la vida suelen parecer peores en la época navideña. Al presente hemos convertido la Navidad en un asunto de desempeño. El mundo actual nos apremia a mostrar una vida merecedora de publicar en las redes: casas fastuosas, comidas muy apetitosas, adultos atractivos, etc. Por otro lado, hoy día la ausencia de seres queridos por diversas causas, las dificultades económicas, las relaciones tensas, etc., se sufren profundamente; más aún en Navidad, cuando otros en contraste celebran.
 
Por ello Dios no vino al mundo a dar palmadas en la espalda a los que tienen éxito y a quienes tienen todo bajo control. Vino para quienes andan en oscuridad, en tribulación. La Navidad es para quienes han perdido la fe, la alegría y las ganas de seguir luchando.

¿Y cómo vino? En forma de un bebé. Y ese bebé creció hasta traer reconciliación y paz entre nosotros y Dios. Lo que podemos hacer ante eso es maravillarnos, además de recibirle en nuestra vida.

Asimismo la sabiduría de Jesús y sus enseñanzas y capacidad para transmitirlas fueron maravillosas. Quienes lo escuchaban afirmaban que nadie había hablado como él. Sus palabras tuvieron un efecto singular. Y como resultado si hoy día decidimos seguirle y obedecer sus consejos, nos percataremos de que estos son en verdad excelentes. Tanto que en adelante deberíamos buscar conocerlos (en las Escrituras), así como aprender a escuchar su voz directamente, de paso con la mayor frecuencia posible.

Finalmente comparto con ustedes un texto que un apreciado profesor compartió una vez conmigo:

«El amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo». (Juan 1:17) Aunque el abatimiento se haya apoderado de nosotros, o estemos cesantes y con la billetera vacía, o nos aflijan soledad o enfermedad, o hayamos perdido a un ser querido, o la guerra, el odio, la injusticia, la indiferencia de otros nos hayan enfriado el corazón, el amor de Jesús puede cambiar eso. Dejemos que su amor nos colme y otorgue sentido a nuestra existencia.

El mundo también estaba plagado de males en la época en que él nació y a lo largo de su vida en la Tierra. Consideremos las horrorosas circunstancias que rodearon su nacimiento. Recordemos la opresión reinante en aquel tiempo.

En medio de aquellas densas tinieblas apareció la luz más esplendorosa que el mundo haya conocido; en medio de gran angustia se concedió el más grande de los regalos. Dios Padre lo envió como un niño débil e indefenso para que se criara y viviera en las mismas condiciones que cualquier ser humano, para que experimentara los mismos pesares y sufriera a manos de personas injustas.
 
Él nos dio esperanza por medio del conocimiento de que es eterno, inmutable y que jamás nos dejará ni nos abandonará (Deuteronomio 31:6). Abramos nuestros corazones para que la verdad y el amor que trajo consigo aquel primer día de Navidad nos iluminen internamente en este instante. Dejemos que él disipe nuestros temores y enjugue nuestras lágrimas, asimismo que nos reconforte esta Navidad. La Navidad es una fecha en que buena parte del mundo celebra su nacimiento. Es una temporada de generosidad, de mostrar interés y compartir, de amar.

Hagámonos regalos de amor unos a otros, no solo en Navidad, sino a lo largo del año, entregándonos a nosotros mismos y amándonos como él nos ama. 

Concentrémonos en lo que de verdad importa, tengamos el orden debido de prioridades. Abramos nuestros corazones a él ahora mismo, solamente diciendo: “Jesús entra en mí, perdona todos mis pecados y dame la salvación eterna. Lléname de tu Espíritu Santo y ayúdame a ser más como tú”.

¡Feliz Navidad apreciados lectores!

@viviendovalores
@agusal77
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