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Mercachifles, cachivaches y chiveras

MIGUEL AZPÚRUA. Se observan mercachifles, ofreciendo productos de ínfima calidad, con precios escandalosos, y otros que ofrecen comprar oro, plata, dólares, euros, relojes antiguos...

  • MIGUEL AZPÚRUA

07/08/2018 05:00 am

Con estupor contemplamos la destrucción moral y material de nuestro hermoso y maravilloso expaís, deshecho por una bandada de aprovechadores y especuladores de nuestra nación, que sin consideraciones de especie alguna han arruinado a Venezuela. A la vista de todas y todos, se evidencia la presencia en calles, aceras, bulevares, y en cualquier lugar, de una plaga de elementos, con el simple fin u objetivo de enriquecerse a costillas de los ciudadanos, sin importar las consecuencias. Ventorrillos con fritangas, “comida rápida”, hamburguesas y perros calientes, sin la menor utilización de normas respetables, ni controles de tipo alguno; con precios exorbitantes, con “ofertas” de dudosa calidad, sin garantizar un mínimo de limpieza e higiene. 

Por otra parte se observan mercachifles, ofreciendo productos de ínfima calidad, con precios escandalosos, y otros que ofrecen comprar oro, plata, dólares, euros, relojes antiguos, y negocios de especulación evidentes; cantidades nunca vistas de buhoneros por millones, luciendo “pacas” de billetes de cualquier denominación sobre mesas, y lotes en cajas, bolsas, y en sus mismas manos. Todo ello ante la presencia impertérrita de policías, guardias y militares, que no sabemos, ni entendemos, cuáles son sus verdaderas funciones, que debieran ser garantes de orden, decencia y buen comportamiento público; elementos mal vestidos, casi sin ropa, orinando y defecando en la vías y calles, ante la indiferencia de estos nuevos “ciudadanos”, quienes consideran estas actividades, como el nuevo paradigma de la actual, supuesta y maravillosa sociedad.

Las aceras de las calles abarrotadas de cachivaches, recogidos de basureros, que nos dejan alelados y atónitos, ante esta muestra de miseria y desparpajo de estos truhanes, bellacos, granujas, bribones, pícaros, perillanes, fementidos, tramposos y pillos; y hasta aquí por los momentos esta cantidad de sinónimos que los definen. Restos de cosas inimaginables se observan, piezas de hierros oxidados, trastos, peroles, piltrafas, cables, conectores, tomacorrientes, enchufes, ruedas de todo tipo, cerraduras y candados viejos, platos carcomidos, piezas de motores mecánicos, y una cantidad de restos de objetos dignos de anticuarios; o de “chiveras” –donde se almacenaban restos de vehículos destruidos, neveras, lavadoras y cocinas–, que ahora están de moda a precios exorbitantes, y con un desenfado increíble estos “comerciantes” los ofrecen como si fuesen productos recién salidos de fábricas o plantas de ensamblaje se tratara, ¡Casos y cosas del recordado doctor Ripley! Y si nuestro recordado amigo y colega, el periodista Óscar Yanes viviese, expresaría: ¡Así son las cosas! ¿Quién se podía imaginar –poco tiempo atrás– que nuestra nación, en pleno desarrollo tecnológico, industrial y productivo, con un porvenir avizorado extraordinario; pudiese haberse convertido en esta caricatura, desdibujo de nuestro gentilicio? 

Esta aglomeración de personas, que viven –o sobreviven–, sin detenerse a pensar, por un momento, en lo que era nuestra patria, ya que para ellos este término es solo una parte de las consignas políticas del Gobierno actual –y solo en esto tienen razón–, mientras los politicastros de turno, destruyen moral, material y económicamente al “Paraíso Terrenal”, como lo definió el Almirante Cristóbal Colón, aquel 3 de agosto de 1498, cuando arribó a “Tierra firme”. Y debemos recordar epítetos o frases procaces, en esta nueva parodia, contenidas en la “Leyenda negra”, grupo de juicios desfavorables a la conquista hispana en América, por sus desmanes –reales, figurados o exagerados–, crueles e inhumanos, con la popular acepción de que los españoles cambiaban a los indígenas “oro por espejitos”. De hecho se cuestiona la errada actuación y dirección en la actual “economía” venezolana de parte de españoles, miembros del partido ibérico “Podemos” –financiado por Chávez–, y sus figurones, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, y paremos de contar; quienes se han aprovechado de la actual circunstancia política del denominado “chavismo”, para su beneficio personal, cobrando sus desatinadas y alocadas “asesorías” en “billetes verdes”. Estos vivianes y vividores, son realmente mercachifles, aprovechando su “rastacuerismo” en el Gobierno de Nicolás Maduro, a quien no le ha quedado –por ahora– sino admitir lo errado de sus políticas, evidenciando que su “socialismo” ha sido y es una quimera, que ha llevado a la ruina al expoderoso miembro fundador de la OPEP, y a todos sus habitantes. 

Los casos evidentes del grupo que jefaturaba el exsupremo director de Pdvsa, Rafael Ramírez y su combo; han llevado a la quiebra a la poderosa empresa petrolera, la que trata de resistir desvaríos y su desfalco, y con una deuda inimaginable –no hay auditoría al respecto–, que ha sido, entre tantas triquiñuelas, la razón fundamental de la destrucción del “bolívar”; que hasta hace poco tiempo era considerada nuestra moneda como una fuerte divisa de carácter internacional. Mas hoy en día –es la cruel realidad–, es solo un guiñapo de lo que fue, por obra y gracia de las marramuncias de estos corruptos; llamados “bolichicos” y que varios han sido detenidos recientemente en Estados Unidos. 

mguelazpurua@gmail.com
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