Pedofilia y complicidad
Las cifras reales del tráfico de niños nadie las conoce, pues se estima que más de 40 millones de niños que nacen al año no están inscritos en ningún registro
Uno de los problemas más inquietantes que atraviesa el mundo en estos momentos es el tráfico humano y especialmente el de niños y adolescentes.
Aumenta mucho la preocupación en esta temática el hecho de que la película apoyada por Mel Gibson llamada Sueños de Libertad (Sound of Freedom) esté causando tanta controversia. La pregunta es ¿por qué tantas personas están intentando generar ruido y resistencia al respecto? Estoy convencido de que existen intereses alrededor de la trata de personas, pero sobre todo de niños. Hay un movimiento con un gran lobby en el que están involucradas personas de mucho poder que tratan de invisibilizar la cosa, un grupo de enfermos, grandes donantes de instituciones con contactos en gobiernos quienes complacen sus aberraciones.
Limitarse a sacar cifras o que Unicef promueva encuentros para discutir el tema no resuelve absolutamente nada, a los resultados me remito.
El problema menos grave en este asunto es el trabajo forzado infantil, porque la explotación sexual, presente en todos los estratos sociales, y el tráfico de órganos que son absolutamente peores, va in crescendo.
Hay redes internacionales que se dedican a prestar servicios criminales con un menú a la carta: Trata de niños con fines de explotación sexual, secuestro y asesinato para venta de órganos, turismo sexual infantil, etc.
Lo más delicado es que hay un movimiento denominado “MAP” (Minor-attracted person), es decir, personas atraídas por menores, que solicitan a la Organización Mundial de la Salud que remueva la pedofilia de la lista de enfermedades mentales y además que se apruebe legalmente y, lo que es peor aún, ya tienen una bandera y símbolos que los identifican y nosotros como sociedad estamos como adormecidos.
Uno de cada 12 niños en el mundo es explotado laboralmente, esto es un problema y un negocio global. Las cifras reales del tráfico de niños nadie las conoce pues se estima que más de 40 millones de niños que nacen al año no están inscritos en ningún registro, y tres de cada cuatro víctimas no entran en las estadísticas.
Nadie me va a sacar de la posición de que todo esto obedece a un plan global muy bien concebido, montado por los mismos que crean las pandemias, que nos cuelan la porquería de lenguaje inclusivo, que desprestigian a la familia y a la fe, que promueven el aborto y el tema trans, que normalizan la ideología de género, etc.
No voy a abandonar estos temas ni cambiaré mi estilo que irrita a muchos, no me muevo de mis posiciones al respecto.
La concientización y la educación es importante para tratar este problema, pero lo básico es la voluntad de quienes gobiernan porque leyes hay de sobra para castigar a esta empresa criminal.
Por lo pronto nos estamos inundando de pedófilos y cómplices.
“Ella ha sido usada y abusada, pero a nadie le importa, ella es solo una niña que merecía ser amada. Hoy ya es tarde, ella no está”.
davidbittanobadia@gmail.com
Aumenta mucho la preocupación en esta temática el hecho de que la película apoyada por Mel Gibson llamada Sueños de Libertad (Sound of Freedom) esté causando tanta controversia. La pregunta es ¿por qué tantas personas están intentando generar ruido y resistencia al respecto? Estoy convencido de que existen intereses alrededor de la trata de personas, pero sobre todo de niños. Hay un movimiento con un gran lobby en el que están involucradas personas de mucho poder que tratan de invisibilizar la cosa, un grupo de enfermos, grandes donantes de instituciones con contactos en gobiernos quienes complacen sus aberraciones.
Limitarse a sacar cifras o que Unicef promueva encuentros para discutir el tema no resuelve absolutamente nada, a los resultados me remito.
El problema menos grave en este asunto es el trabajo forzado infantil, porque la explotación sexual, presente en todos los estratos sociales, y el tráfico de órganos que son absolutamente peores, va in crescendo.
Hay redes internacionales que se dedican a prestar servicios criminales con un menú a la carta: Trata de niños con fines de explotación sexual, secuestro y asesinato para venta de órganos, turismo sexual infantil, etc.
Lo más delicado es que hay un movimiento denominado “MAP” (Minor-attracted person), es decir, personas atraídas por menores, que solicitan a la Organización Mundial de la Salud que remueva la pedofilia de la lista de enfermedades mentales y además que se apruebe legalmente y, lo que es peor aún, ya tienen una bandera y símbolos que los identifican y nosotros como sociedad estamos como adormecidos.
Uno de cada 12 niños en el mundo es explotado laboralmente, esto es un problema y un negocio global. Las cifras reales del tráfico de niños nadie las conoce pues se estima que más de 40 millones de niños que nacen al año no están inscritos en ningún registro, y tres de cada cuatro víctimas no entran en las estadísticas.
Nadie me va a sacar de la posición de que todo esto obedece a un plan global muy bien concebido, montado por los mismos que crean las pandemias, que nos cuelan la porquería de lenguaje inclusivo, que desprestigian a la familia y a la fe, que promueven el aborto y el tema trans, que normalizan la ideología de género, etc.
No voy a abandonar estos temas ni cambiaré mi estilo que irrita a muchos, no me muevo de mis posiciones al respecto.
La concientización y la educación es importante para tratar este problema, pero lo básico es la voluntad de quienes gobiernan porque leyes hay de sobra para castigar a esta empresa criminal.
Por lo pronto nos estamos inundando de pedófilos y cómplices.
“Ella ha sido usada y abusada, pero a nadie le importa, ella es solo una niña que merecía ser amada. Hoy ya es tarde, ella no está”.
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