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Región Insular: Una voz desde el silencio

Cuando el mundo civilizado pugna por diversificar y construir eslabones conducentes a soluciones efectivas, las organizaciones no gubernamentales pasan a perfilarse como una opción válida y referente de políticas públicas adecuadasped

  • PEDRO ARCILA

24/06/2023 05:00 am

La provincia venezolana se ha caracterizado por una fecunda fuente de ideas, esfuerzos y espíritu creativo, que abordando los principales y hasta secundarios derroteros que a lo largo de nuestra historia ha fundamentado pequeños y grandes cambios que marcan el destino de la nación. Conocer la arquitectura social, las necesidades y fortalezas de cada región permite transpolar proyectos de convivencia, así como empuje no solo de los sistemas administrativos, además estructurar políticas de desarrollo que coadyuven a un crecimiento sostenido y sostenible aplicados en áreas de común interés en los pueblos alejados de los centros de decisiones centralistas y centralizadas.

Cuando el mundo civilizado pugna por diversificar y construir eslabones conducentes a soluciones efectivas, las organizaciones no gubernamentales pasan a perfilarse como una opción válida y referente de políticas públicas adecuadas, y convenientes en los diversos temas que comportan la práctica cotidiana con fines creadores, cuyos alcances se pierden en un mar de posibilidades para el éxito de quienes inspiran confianza en sus buenas intenciones; aspiración universal de la ciudadanía esperanzada en la solución de sus precarias condiciones de subsistencia; no se trata de afrontar solo los resultados expresados en la realidad existente, sino en la causa y construir estrategias para modificar las consecuencias actuales.

Un grupo de hombres y mujeres quienes escogieron como destino de asentamiento el Estado Nueva Esparta, en comunión con preocupados ciudadanos naturales de la región, se decidieron en conformar una organización diversa, polémica y con formación doctrinaria muchas veces no coincidentes (en el mayor de los casos); pero que inspirados en un objetivo común, sintieron la necesidad de aportar sus conocimientos y experiencias de vidas en aras de buscar sin pragmatismos, ni aspavientos un vehículo para hacer audible las voces del silencio de un estado que comporta un escenario con auspiciosas posibilidades, ingentes recursos humanos y naturales, que no solamente perfilarían potenciales oportunidades para hacer una mejor región; además, surte de insumos de incalculable valor práctico y coherente para la transformación nacional.

Muchas son las organizaciones surgidas en las distintas regiones del país, muchas se van perdiendo en la rutina, desaparecen por no canalizar diferencias naturales, cuyos postulados predominan y se imponen sobre la posibilidad de rescatar las ideas comunes; sucumbieron a los obstáculos o las pruebas que impone una sociedad inconforme y sedientas de soluciones rápidas y milagrosas; otras se sostienen por conveniencia crematísticas; más, las hay centradas en la búsqueda del bien colectivo, de la generación actual con visión de futuro, entre estas última se inscribe Región Insular: Futuro y desarrollo. Mucha agua ha corrido bajo su puente; pero lo rescatable es la tozudez de un equipo de hombres y mujeres, cuyo objetivo se centra en la comunión de ideas creadoras; así, la agrupación ha sido depositaria de ideas rescatadas, aportes invaluables de distintos profesionales y expertos; no obstante, las voces de soñadores, expertos que la vida y que el amor a la lectura les ha consagrado en ser parte activa no para crítica, sino para el aporte de soluciones. Aunque muchos se han ido, bien por cambio de residencia dentro y fuera del país, por motivos de salud o porque la providencia determino el fin de su tiempo terrenal; sus voces siguen vivas con un tintinear que recuerda el objetivo y fin último de sus aspiraciones.

Región insular se ha constituido en un arca que atesora las opiniones de todo aquel que tenga algo interesante que decir; así por sus tertulias han pasado escritores, economistas, aspirantes políticos de todas las ideologías y a todas las instancias del poder; civiles y militares; hombres y mujeres de negocios e incluso expertos en temas jurídicos y económicos que interesen al desarrollo de la región; a todos se les ha escuchado con el respeto debido, a la par que sus aportes enriquecen la discusión; pero, no queda en el simple enunciado, los aportes han sido activos para la conformación de proyectos realizables en materia como salud, servicios de electricidad y agua potable, educación e infraestructura que tanto afectan a los residentes y visitantes de las islas; Además, se ha planteado (y se ha puesto a la orden de gobernantes en ejercicio y aspirantes) no solo la idea, sino la factibilidad de instrumentar políticas de verdadero desarrollo que incluyen como principal activo el proceso de formación de las generaciones de relevo. En este punto, la relación de estrecha colaboración con instituciones educativas como la Universidad de Margarita, la Academia de la Historia del Estado Nueva Esparta y otras universidades e instituciones del país, es un punto de honor para que la organización mantenga una actividad constante; donde la educación como base de sustentación representa el acmé de todo un entramado de trabajo, sustento inexorable para el desarrollo como bien lo definen Andrés Oppenhaimer o Paulo Freire.

De la estrecha relación entre Región Insular y la Universidad de Margarita, es imposible pasar por alto la actividad, que con gran esfuerzo y no menos espíritu de elevarse en las limitaciones económicas, cumple la Cátedra Jóvito Villalba, con el difícil reto de estar a la altura de su epónimo el gran tribuno de América, un hombre adelantado a su tiempo y orgullo provincial; espacio extracurricular que ha dado asidero a la discusión de temas que van desde la planificación, instrumentación y evaluación de políticas públicas, hasta la formación de ciudadanía, donde se han visto reflejados todos aquellos que comulgan con la Democracia y el predominio del Estado de Derecho como formas indeclinable de gobierno.

Para Región Insular al igual que para la Universidad de Margarita; la Democracia requiere de asistencia permanentes; así como para que un árbol crezca y genere frutos sanos y nutritivos requiere de agua y abono que le suministre sales y minerales; la Democracia requiere de sustratos que impidan se marchite y cuyos nutrientes están en los principios, los valores, el respeto al bien común y a la libertad, pero sobre todo, una solución electrolítica que la impida deshidratarse: LA EDUCACIÓN; la formación de ciudadanos con criterios de amplitud, excelencia y espíritu crítico de acuerdo a los avances de las ciencias y la tecnologías modernas. En fin, organizaciones como Región Insular, deben mantenerse como legado, como estructura necesaria para rescatar las voces del silencio; erigirse en fuerza moral de referencia en un mundo cambiante y una nación que clama por levantarse de nuevo y ser nodriza intelectual y humana de América y el mundo civilista. Como afirma un viejo Adagio: Los Hacedores, Construye; los críticos se lamentan. No es hora de lamentaciones, es tiempo de empuje y valorar cuanto se puede aportar a la vida, al desarrollo y a la conservación de la familia y con ella la sociedad entera.

pedroarcila13@gmail.com

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