En el psicoanálisis, la proyección, es cuando un sujeto le atribuye a otro las propias virtudes o defectos. Existe la negativa y positiva, proyectando desde sentimientos, hasta pensamientos y deseos. El término fue acuñado por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud y requiere de tratamiento, introspección y autopercepción para trabajarlo.

Ahora, es probable que exista la proyección a la inversa, atribuyendo cualidades ajenas a uno mismo. Y, en casos extremos, reviviendo vidas pasadas como si fueran nuestras. Es quizá el caso del ex Príncipe Harry, quien no sólo se ha dedicado -como su madre- a hablar mal de la monarquía y desprestigiar a la casa real. Su casa. Publicando entrevistas y libros en donde deja mal parada a toda su familia. Sin contar, aprovechando cualquier foro que se le otorgue para denunciar una vida de beneficios inmerecidos. Su vida.

Pero lo último fue recrear, incluso, el final de su madre. Quizá de manera inconsciente o bien planificada para no desenfocar la atención del público, denunció el otro día haber sido perseguido por paparazzi, lo que le generó -a él, a su esposa y a su suegra- gran estrés y ansiedad. Recreando así el fin trágico de la madre quien, perseguida por la prensa, muere en un accidente de tránsito en París.

La tragicomedia H&H -Harry & Meghan- se corona con las declaraciones del taxista que los llevó. Quien sostiene que nunca hubo peligro, existió siempre la distancia y la situación tensa se vivió sólo en la cabeza de los pasajeros.

Quizá juzgamos mal a Harry, creyendo que actúa con dolo y con el simple propósito de desprestigiar a los royal. Es probable que, al contrario, tenga que acudir a terapia, espantar a sus fantasmas y buscar vivir su vida. Y no la de otros.

Realidad o ficción

Otro que vive en un delirio es Sam Altman, el creador de Chat GPT. Citado e interrogado en el Congreso de los Estados Unidos, aprovechó el podio para hacer su llamado de alerta: “mi peor temor es que causemos un daño significativo al mundo”. Según Altman, la Inteligencia Artificial puede desplazar a millones de trabajadores, trayendo múltiples riesgos al planeta.

Es la primera referencia en el campo que se ve nerviosa ante el futuro. Ya otros han comparecido, todos defendiendo las ventajas que traerá la nueva tecnología. Altman aparece desconcertado, con ojos inquietos, lo que nos da la impresión de que está advirtiendo sobre su Frankenstein: el monstruo que creó, y que terminará acabando con él, y con el resto.

Ya las advertencias se han leído, pero es la primera vez que lo hace el creador y jefe de una de las empresas tecnológicas que comercializan el producto. Expertos señalan que, más allá de la pérdida inminente de empleos, estamos creando un mundo en dónde es difícil distinguir entre la realidad y la ficción. Similar, quizá, al que vive Harry.

Nota al pie: confesión tardía

No todos tienen la suerte de redimirse antes de la muerte. Ni la suerte, ni la voluntad. Caso contrario es el de Edmond Réveil, de 98 años, quien, a las puertas del sepulcro, confesó 40 ejecuciones. Réveil, quien perteneció a la resistencia francesa FPF (francotiradores y partisanos franceses) durante la segunda guerra mundial confesó haber participado en la ejecución de 40 nazis en junio de 1944. Su confesión fue tan precisa que las autoridades dieron inmediatamente con los cuerpos.

Dentro de los detalles, señala Réveil, los soldados les hicieron cavar sus propias tumbas para luego ajusticiarlos sin juicio previo. Él no participó, o al menos eso sostiene, más allá de cómo un observador. No hay nadie que compruebe o desmienta esto, ya todos murieron.

Este ejemplo nos sirve, una vez más, para evidenciar que el juicio de la historia pertenece a aquellos que triunfan. Los excesos de las guerras se cometen en ambos bandos y los exonerados serán aquellos que ganen, quienes se llevarán la gloria y el perdón de todos los hechos.

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