Narrativa coherente o postura acomodaticia
Toca a los venezolanos de bien, construir una NARRATIVA, que una a la nación en un solo propósito, deslastrarse del oportunismo, la desmemoria y de quienes se trajean de acuerdo a las luces que brillen en el escenario
En tiempos en que la política como forma de vida de oscuros personajes es la norma, lejos queda la época, en la cual el estudio sistemático de formas y doctrinas ocupaba espacios estructurados, como bases para la arquitectura de las organizaciones partidarias. Sin importar el nivel académico formal de quienes competían por el poder, se identificaba un sostenido bagaje cultural, se intentaba equipararse con el momento histórico en todos los niveles de conducción. Por supuesto que había dirigentes mediocres en su intelectualidad a decir de Arturo Uslar Pietri “lectores de recetas de cocineras”, como una manera de etiquetar a aquellos que, sin capacidad de análisis actuaban como repetidores de construcciones discursivas de quienes fungían como teóricos de las organizaciones. Sin embargo, una conversación con curtidos dirigentes sindicales, agrarios, municipales permitía descubrir un manejo somero y puntual de la realidad política, económica y hasta jurídica del área de sus desempeños.
Hoy día se asocia populismo con chabacanería, la nueva clase política se hunde en lo obvio, haciendo un ejercicio sostenido en copiar patrones de comportamiento impresentable de sus referentes partidistas (sin ideologías), elevando la procacidad a rangos impensables; de acuerdo a estos desempeños, ya ni solo improvisan (práctica también deleznable), sencillamente replican comportamientos desde la gesticulación, la modulación del discurso, hasta la vestimenta y el color del pelo; luego, la mediocridad guardada o disimulada de antiguos dirigentes se hace visible, al punto que emulan los despropósitos para “ser iguales” o similares a quienes intentan socavar las raíces de la cultura, el conocimiento y hasta el pensamiento lógico que debe guiar un proyecto de modelar al estado y sus instituciones.
La inconsistencia intelectual vive a la caza de cualquier seña que surja del titiritero de moda; se convierte entonces en slogan repetitivo, consecuente con una línea invisible (que no de convencimiento doctrinario) que va desde la adulación y la servidumbre, hasta un striptease de la escasa moralidad, dejando al descubierto el esqueleto anencefálico de muchos incursionantes en la arena electoral, y apreciados como inversión por parte de connotados generadores de opinión, haciendo cumplir la premisa de: “doctrinas fracasadas y amponiles pregonadas por ignorantes y estafadores de conciencia; pero creídas, dadas por ciertas y defendidas por personas cultas y con tradición de honestidad”.
En dos actividades ocurridas en simultaneo (una en Brasil y otra en España), con objetivos totalmente antagónicos y contrastante, una palabra simple y genérica emitida por los convocantes, marcó la línea de discusión que ha privado en las últimas dos semanas. La instrucción del Presidente suramericano de que “por experiencia propia” se imponga construir una nueva “NARRATIVA”, con ingredientes y sazón amables a la causa, como instrumento contrastante con “una sensación de realidad” que vive el país vecino, y proveedor -otrora principal -, de recursos financieros para la organización y ejecución, de la cruzada que dio pie a la geopolítica que se impuso en la región. Desde el otro lado del mundo, un ex presidente ibérico, sentenciaba “a nuestra edad, lo único que no se puede perder es la COHERENCIA”. Dos figuras, dos palabras; en condiciones normales una genuina y silvestre opinión; más, la hora menguada que vive el planeta hace que miles de “individuos” y organizaciones hagan tienda alrededor de esas simples expresiones, convirtiéndose en “hinchas” del contenido de la “orden”.
Para la Real Academia de la Lengua Española, la NARRATIVA, es un tipo textual cuya función es relatar una historia, ficticia o no, presentando a los personajes como protagonistas de los hechos narrados en tiempos y espacios concretos. Entre los principales géneros de un texto narrativo ubicamos al cuento, consistente en una narración corta con un solo conflicto y pocos personajes, o la novelística: compuesta por un entramado de conflictos, múltiples personajes y estructura compleja que compromete una función de mayor esfuerzo, y donde se identifican estratos estéticos-lingüísticos, biográficos, sociológicos, psicológicos y axiológicos, para convertir al destinatario en un aliado seguro de la trama, identificando la esencia del autor. Para el Presidente de Brasil debe estar claro en su construcción del universo del discurso, que en la narrativa sobre la situación venezolana no se revela un conflicto único, por tanto no puede ser considerado un cuento; el drama es complejo y requiere de una trama novelada que convenza al universo destinatario, que cuanto viven a diario es una simple ficción, la cual puede ser re-interpretada o reconducida como una imagen onírica con formas y signos del perfil psicológico de un autor bohemio; una historia adecuada a un lenguaje universal que permite a todos los lectores identificar la misma realidad. Trabajo duro le auguramos a los constructores de la nueva NARRATIVA, que deshaga la “novela inventada” por algunos autores malvados post modernistas.
Por otra parte para el diccionario Oxford COHERENCIA es la relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos de algo, de modo que no se produce contradicción, ni oposición entre ellas. Para la Real Academia de la Lengua Española implica: Conexión, relación o unión de unas cosas con otras; actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan. A horas del mensaje del ex mandatario español, la “intelectualidad” venezolana hizo gala de su sincronía con el pensamiento proactivo, a la vanguardia de buscar la primera trocha visible para dejar a un lado una postura que había venido sosteniendo, pero que se hace peligrosa; el camino comienza a antojarse escabroso y descubren que no solo hay rosas, sino también espinas. Aprovechar la frase puesta sobre la palestra es una “oportunidad” de oro del oportunismo consumado para abonar el terreno, preparar el escenario y aparecer en horario exclusivo, con cámaras y luces al “brincar la talanquera”.
A una parte de la población se le asigna la tarea de “parir” ideas, exprimir las neuronas con el fin último de novelar una nueva historia; crear una nueva NARRATIVA de esas donde el ogro termina siendo el protagonista y héroe al estilo Disney World. Del otro lado de la acera, el oportunismo descubre que quien ha mantenido una misma posición a lo largo de los últimos veintitantos años, no es COHERENTE con la permisividad conveniente de grupos de opinión de los cuales siempre estas “individualidades”, han sido convidados de lujo en los momentos donde se ha consolidado una victoria. Toca a los venezolanos de bien, construir una NARRATIVA, que una a la nación en un solo propósito, deslastrarse del oportunismo, la desmemoria y de quienes se trajean de acuerdo a las luces que brillen en el escenario.
Pedroarcila13@gmail.com
Hoy día se asocia populismo con chabacanería, la nueva clase política se hunde en lo obvio, haciendo un ejercicio sostenido en copiar patrones de comportamiento impresentable de sus referentes partidistas (sin ideologías), elevando la procacidad a rangos impensables; de acuerdo a estos desempeños, ya ni solo improvisan (práctica también deleznable), sencillamente replican comportamientos desde la gesticulación, la modulación del discurso, hasta la vestimenta y el color del pelo; luego, la mediocridad guardada o disimulada de antiguos dirigentes se hace visible, al punto que emulan los despropósitos para “ser iguales” o similares a quienes intentan socavar las raíces de la cultura, el conocimiento y hasta el pensamiento lógico que debe guiar un proyecto de modelar al estado y sus instituciones.
La inconsistencia intelectual vive a la caza de cualquier seña que surja del titiritero de moda; se convierte entonces en slogan repetitivo, consecuente con una línea invisible (que no de convencimiento doctrinario) que va desde la adulación y la servidumbre, hasta un striptease de la escasa moralidad, dejando al descubierto el esqueleto anencefálico de muchos incursionantes en la arena electoral, y apreciados como inversión por parte de connotados generadores de opinión, haciendo cumplir la premisa de: “doctrinas fracasadas y amponiles pregonadas por ignorantes y estafadores de conciencia; pero creídas, dadas por ciertas y defendidas por personas cultas y con tradición de honestidad”.
En dos actividades ocurridas en simultaneo (una en Brasil y otra en España), con objetivos totalmente antagónicos y contrastante, una palabra simple y genérica emitida por los convocantes, marcó la línea de discusión que ha privado en las últimas dos semanas. La instrucción del Presidente suramericano de que “por experiencia propia” se imponga construir una nueva “NARRATIVA”, con ingredientes y sazón amables a la causa, como instrumento contrastante con “una sensación de realidad” que vive el país vecino, y proveedor -otrora principal -, de recursos financieros para la organización y ejecución, de la cruzada que dio pie a la geopolítica que se impuso en la región. Desde el otro lado del mundo, un ex presidente ibérico, sentenciaba “a nuestra edad, lo único que no se puede perder es la COHERENCIA”. Dos figuras, dos palabras; en condiciones normales una genuina y silvestre opinión; más, la hora menguada que vive el planeta hace que miles de “individuos” y organizaciones hagan tienda alrededor de esas simples expresiones, convirtiéndose en “hinchas” del contenido de la “orden”.
Para la Real Academia de la Lengua Española, la NARRATIVA, es un tipo textual cuya función es relatar una historia, ficticia o no, presentando a los personajes como protagonistas de los hechos narrados en tiempos y espacios concretos. Entre los principales géneros de un texto narrativo ubicamos al cuento, consistente en una narración corta con un solo conflicto y pocos personajes, o la novelística: compuesta por un entramado de conflictos, múltiples personajes y estructura compleja que compromete una función de mayor esfuerzo, y donde se identifican estratos estéticos-lingüísticos, biográficos, sociológicos, psicológicos y axiológicos, para convertir al destinatario en un aliado seguro de la trama, identificando la esencia del autor. Para el Presidente de Brasil debe estar claro en su construcción del universo del discurso, que en la narrativa sobre la situación venezolana no se revela un conflicto único, por tanto no puede ser considerado un cuento; el drama es complejo y requiere de una trama novelada que convenza al universo destinatario, que cuanto viven a diario es una simple ficción, la cual puede ser re-interpretada o reconducida como una imagen onírica con formas y signos del perfil psicológico de un autor bohemio; una historia adecuada a un lenguaje universal que permite a todos los lectores identificar la misma realidad. Trabajo duro le auguramos a los constructores de la nueva NARRATIVA, que deshaga la “novela inventada” por algunos autores malvados post modernistas.
Por otra parte para el diccionario Oxford COHERENCIA es la relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos de algo, de modo que no se produce contradicción, ni oposición entre ellas. Para la Real Academia de la Lengua Española implica: Conexión, relación o unión de unas cosas con otras; actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan. A horas del mensaje del ex mandatario español, la “intelectualidad” venezolana hizo gala de su sincronía con el pensamiento proactivo, a la vanguardia de buscar la primera trocha visible para dejar a un lado una postura que había venido sosteniendo, pero que se hace peligrosa; el camino comienza a antojarse escabroso y descubren que no solo hay rosas, sino también espinas. Aprovechar la frase puesta sobre la palestra es una “oportunidad” de oro del oportunismo consumado para abonar el terreno, preparar el escenario y aparecer en horario exclusivo, con cámaras y luces al “brincar la talanquera”.
A una parte de la población se le asigna la tarea de “parir” ideas, exprimir las neuronas con el fin último de novelar una nueva historia; crear una nueva NARRATIVA de esas donde el ogro termina siendo el protagonista y héroe al estilo Disney World. Del otro lado de la acera, el oportunismo descubre que quien ha mantenido una misma posición a lo largo de los últimos veintitantos años, no es COHERENTE con la permisividad conveniente de grupos de opinión de los cuales siempre estas “individualidades”, han sido convidados de lujo en los momentos donde se ha consolidado una victoria. Toca a los venezolanos de bien, construir una NARRATIVA, que una a la nación en un solo propósito, deslastrarse del oportunismo, la desmemoria y de quienes se trajean de acuerdo a las luces que brillen en el escenario.
Pedroarcila13@gmail.com
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