El centenario del natalicio de Jesús Soto, exponente criollo del arte cinético a nivel latinoamericano y mundial que, junto a una pléyade de artistas como Cruz Diez y Alejandro Otero, bañaron las salas de exposición de arte cinético de todo el orbe. Mientras Venezuela pasaba las primeras décadas del siglo XX, con estos hombres que sorprendían al mundo con la elocuencia de sus obras maestras que no tenían parangón en una universalidad plagada de atraso y guerras. En efecto, vivimos un par de guerras mundiales que, no opacaron la obra de este gigante del arte cinético mundial.

Es en 1955 que junto a Duchamp, Calder y Vasarely entre otros, presentan en París, el inicio de lo que convendremos en llamar arte cinético. En Montreal (1967), incluye los célebres "Penetrables" en el pabellón venezolano, dentro de una propuesta general del pabellón nacional levantado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva.

En 1973, junto al arquitecto citado antes, se crea en Caracas, para resguardo y promoción de la obra de Jesús Soto, el Museo de Arte Moderno que lleva su nombre.

En toda su vida, Soto realiza casi 200 exposiciones individuales, en el Museo Guggenheim, en el MoMA, el Centro Georges Pompidou o el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Una vida prodigiosa de nuestro sencillo y humilde venezolano, quien nacido en el estado Bolívar, logró sentirse influido por los vientos y la sensibilidad más cambiante de su tiempo, en el sentido de verse involucrado en los cambios del momento histórico en que vivía.

Hoy conmemoramos cien años de su llegada al mundo; agradecemos todo lo que nos dejó y, rogamos que muchos de nuestros jóvenes se sientan llamados a la verdadera revolución desde el cambio por un tiempo nuevo…

@RafaelMartinezN