La ilustración del campo
Siendo el cambio tecnológico en la agricultura una constante, su adopción por los productores no debería retrasarse. Para ello, la ilustración del campo es definitiva
“Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y melíflua armonía la venida de la rosada aurora, que dejando la blanda cama del zeloso marido por las puertas y balcones del manchego horizonte á los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero Don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante, y comenzó á caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel (y era la verdad que por él caminaba)”.
Sobre la necesaria ilustración del campo esencial para su progreso, es bueno recordar se logra y mantiene a través de las buenas lecturas. También participando regularmente de aquellos eventos y actividades de extensión, conferencias, talleres, seminarios, cursos días de campo y congresos. Como sea que en Venezuela han disminuido la investigación y extensión agropecuaria, y también son ahora escasas las nuevas publicaciones y eventos, tanto como productores y técnicos deben reforzar su esfuerzo personal para mantenerse al día. Y es que la agricultura moderna es una de tecnología que exige conocimiento. De lo que trata es de producir más con menos en forma sustentable en armonía con el ambiente. Así la eficiencia y competitividad dependen cada vez más del conocimiento cambiante y su aplicación en el campo.
Siendo el cambio tecnológico en la agricultura una constante, su adopción por los productores no debería retrasarse. Para ello, la ilustración del campo es definitiva. En ese cometido, lleva este caballero andante con pluma, cinco décadas desde que recién graduado de médico veterinario, comprendí que el avance del campo como del país, depende de su educación. En la “Casa que vence las sombras”, nuestra Alma Mater - la UCV, ya bien nos los habían advertido: “El veterinario debe ser para el agricultor un verdadero maestro”, siguiendo la inspiración filosófica con la que se iniciaron en 1936 los estudios de medicina veterinaria en Venezuela, y que, según el recordado Dr Carlos Ruiz Martínez, “en nada difería de aquellas otras - 1762 - 1765 -en que se crearon, en Lyon y en Alfort, las dos primeras Escuelas de Veterinaria donde se formaron los primeros veterinarios del Mundo”.
Porque el campo debe ilustrarse continua e independientemente de si el viento del entorno de agronegocios sopla a favor o no, la constancia en su ilustración es definitiva al logro del objetivo. Además debe educarse la generación de relevo para abonar el terreno de una exitosa sucesión. En cuanto a las dificultades de la ilustración del campo son como las del Quijote contra los molinos en su segunda salida por el campo de Montiel; pero tal como él, a quienes tocan por razón de profesión y oficio estas lides, no nos detienen en tan noble cometido. “Y con esto” (como escribió Cervantes), “Dios les dé salud, y á mí no olvide.=Vale.
ppinate@gmail.com
Sobre la necesaria ilustración del campo esencial para su progreso, es bueno recordar se logra y mantiene a través de las buenas lecturas. También participando regularmente de aquellos eventos y actividades de extensión, conferencias, talleres, seminarios, cursos días de campo y congresos. Como sea que en Venezuela han disminuido la investigación y extensión agropecuaria, y también son ahora escasas las nuevas publicaciones y eventos, tanto como productores y técnicos deben reforzar su esfuerzo personal para mantenerse al día. Y es que la agricultura moderna es una de tecnología que exige conocimiento. De lo que trata es de producir más con menos en forma sustentable en armonía con el ambiente. Así la eficiencia y competitividad dependen cada vez más del conocimiento cambiante y su aplicación en el campo.
Siendo el cambio tecnológico en la agricultura una constante, su adopción por los productores no debería retrasarse. Para ello, la ilustración del campo es definitiva. En ese cometido, lleva este caballero andante con pluma, cinco décadas desde que recién graduado de médico veterinario, comprendí que el avance del campo como del país, depende de su educación. En la “Casa que vence las sombras”, nuestra Alma Mater - la UCV, ya bien nos los habían advertido: “El veterinario debe ser para el agricultor un verdadero maestro”, siguiendo la inspiración filosófica con la que se iniciaron en 1936 los estudios de medicina veterinaria en Venezuela, y que, según el recordado Dr Carlos Ruiz Martínez, “en nada difería de aquellas otras - 1762 - 1765 -en que se crearon, en Lyon y en Alfort, las dos primeras Escuelas de Veterinaria donde se formaron los primeros veterinarios del Mundo”.
Porque el campo debe ilustrarse continua e independientemente de si el viento del entorno de agronegocios sopla a favor o no, la constancia en su ilustración es definitiva al logro del objetivo. Además debe educarse la generación de relevo para abonar el terreno de una exitosa sucesión. En cuanto a las dificultades de la ilustración del campo son como las del Quijote contra los molinos en su segunda salida por el campo de Montiel; pero tal como él, a quienes tocan por razón de profesión y oficio estas lides, no nos detienen en tan noble cometido. “Y con esto” (como escribió Cervantes), “Dios les dé salud, y á mí no olvide.=Vale.
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