El filósofo español José Ortega y Gasset acuñó una célebre frase, la cual ha trascendido en el tiempo y generado múltiples discusiones e interpretaciones. “Yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. El prefijo latino circum, significa alrededor, de ahí que circunstancia se refiere a todo lo que está alrededor de mí. Una de las interpretaciones de la frase es “yo soy yo y lo que está a mi alrededor, como un binomio interdependiente”. Si se extrapola el contenido de la frase del plano individual al organizacional, se puede concluir que una organización tiene una estrecha interdependencia con el entorno, con la “circunstancia”, de tal forma que los cambios externos tienen repercusión en la dinámica interna organizacional y viceversa. Si se parte del principio que la constante histórica es el cambio, lo cual en la actualidad es más complejo por entornos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos, entonces se tiene que las organizaciones y sus circunstancias están estrechamente interconectadas con alto nivel de incertidumbre. De lo señalado anteriormente se puede concluir que una de las cualidades que debe tener un gerente es su capacidad de gestionar el cambio institucional en conexión con los cambios del entorno.

Si el gerente no avizora y se anticipa al cambio del entorno, porque considera que su empresa es grande, exitosa y con larga trayectoria, puede correr el riesgo de perder la oportunidad de adaptarse y adelantarse a las exigencias del medio, lo cual puede traer como consecuencia que independientemente de su capital, tamaño, mercado y posicionamiento como marca, puede rápidamente salir del juego como empresa. Un caso emblemático que ejemplifica esta situación es la empresa Kodak, la cual después de ser en los años 70, líder dentro de las empresas fotográficas con una historia centenaria y una cuota de mercado de 90% en la venta de rollos fotográficos y 85% en la venta de cámaras fotográficas, fue desplazada por empresas más pequeñas con menos tradición en el negocio pero más innovadoras.

Es interesante citar la lección de uno de los fundadores de Google Larry Page, quien colocó en el patio central de Google, en su sede de Mountain View, una escultura, la cual es una réplica de un Tyrannosaurus rex, apodada cariñosamente como "Stan", rodeada de flamencos de plástico rosado. El peso del Tyrannosaurus rex era alrededor de 6 toneladas o sea 6000 kilos en comparación con el peso del flamenco de aproximadamente 4 kilos. El Tyrannosaurus rex pesaba 1500 veces más que el flamenco, pero el dinosaurio no se adaptó y se extinguió, a pesar de las grandes dimensiones y peso, mientras que el flamenco si se adaptó y evolucionó y todavía continúa la presencia de estas aves en la tierra.

En una conferencia dictada en el Centro de Convenciones de Puerto Rico por Fran García, ingeniero de soluciones de Google, en la cual comentó: en el campo central de Google tenemos un dinosaurio y la pregunta que me hice es “¿Por qué hay un dinosaurio en medio del jardín?, yo me sorprendí y tuve la curiosidad de preguntar y lo que me contestaron es muy interesante, me dijeron que lo había puesto ahí nuestro fundador Larry Page, para recordarnos que da igual lo grande y fuerte que seas, si no eres capaz de adaptarte… mueres”.

Las lecciones de la historia son contundentes en relación a la necesidad de leer el libro de la realidad e identificar los signos de estancamiento de la propia organización, así como también los modelos exitosos de otras instituciones, con el objetivo de realizar las innovaciones necesarias para lograr un crecimiento sostenido.

Bartolomé Finizola Celli

ascardio.coordinacion@gmail.com