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¿Resignación?: Si se puede soñar, es posible

Es una práctica muy extendida en la conducta humana, -sin discriminación alguna -, la tendencia a abandonar el barco que comienza a zozobrar y desde la orilla criticar de manera altisonantes, y desconsiderada a quienes permanecen en el mismo

  • PEDRO ARCILA

03/06/2023 05:00 am

Sin lugar a dudas, la interpretación de la ética en su conjunto es acertada en la consideración de sus tres características puntuales: única, universal y atemporal. Por tanto las consideraciones presocráticas, se compaginan con los principios aristotélicos en su carta a su hijo Nicómaco, conceptos remotos en el ideario escolástico, los sermones de San Agustín y San Ignacio de Loyola, cientificistas como las especulaciones kantianas, o acomodaticia en el marco de la filosofía moderna. Hoy día, los medios de difusión universalizados, de uso doméstico y masivo permite la exposición mediante escritos, audios o videos, de las ideas personalísimas que se tiene sobre lo que para algunos tiene connotación de ético o no; muchas veces respaldada dicha apreciación por un certificado de formación profesional lo que le hace autoridad en la materia (según la lógica); no obstante, en muchas ocasiones el criterio personal (no aplicado a si mismo), le hace convertirse en juez para determinar la conveniencia o no de la opinión de otros no coincidentes con sus pensamientos doctrinarios, filosóficos o simplemente con sus ”gustos particulares”.

Es una práctica muy extendida en la conducta humana, -sin discriminación alguna -, la tendencia a abandonar el barco que comienza a zozobrar y desde la orilla criticar de manera altisonantes, y desconsiderada a quienes permanecen en el mismo , desmeritando los métodos que utilizan para evitar el colapso total, así como los intentos de rescatar aquello de donde huyó considera una causa perdida. Por supuesto, desde su conveniente “lugar seguro”, sigue promocionando sus méritos reales o imaginarios, para capitanear la nave si esta logra mantenerse a flote y pueda rescatarles de sus naufragios voluntarios. Nuestras apreciaciones -parafraseando a los tarotistas, -son de lectura ampliada, no está dirigida a nadie en particular; aunque la inteligencia y la capacidad de análisis de cada quien, le permita tomar para si lo que considere conveniente.

La difusión masiva en redes sociales de especulaciones, opiniones y “verdades” panfletarias aumentan la desesperanza; incentivan con sus “bien informadas fuentes” el deseo de muchos que alimentados por el espíritu innato de resistencia siguen creyendo en que no todo está perdido; cuya fuente de fe es a veces la religión, o bien el convencimiento pleno de sus capacidades, potencial intelectual y físico que por sí mismo y con su entorno constituyen al aporte patrimonial no solo a impedir el hundimiento del buque, además pensando y trabajando de manera proactiva en la construcción de una plataforma para la reparación cuando se arribe a puerto seguro.

Perniciosos resultan quienes desde adentro se hacen eco de las voces lastimeras de la inconstancia; desmontar los andamiajes que diligentemente se vienen ensamblado (muchas veces por ensayo y error), sin tener una repuesta lógica y coherente que resulte creíble como aporte para lograr resultados auspiciosos; cuando el motivo es una alerta temprana es adecuado, pero cuando se convierte en una práctica serial y constante es una noria que debe ser silenciada en los círculos de opinión. Diferente y meritorios resultan aquellos que dejando el barco, se convierten en peregrinos en busca de ayuda; personas y organizaciones que no se detienen en lamentaciones, por el contrario son voces que denuncian, reconstruyen escenarios para el entendimientos de entes multilaterales, con el fin último de forzar un rescate que salvaguarde vidas y bienes de una nación agobiada por la tribulación.

Muchos asiduos lectores de nuestra columna, con justo derecho, con razón o sin razón difieren en puntos de vista con mis escritos; sin embargo, continúan leyéndonos y eso tiene gran valor. Algunos me han solicitado opinión con respecto a la cumbre que pretendió “reactivar” UNASUR a principios de semana. Confieso que seguí paso a paso los acontecimientos, tanto la intencionalidad del anfitrión en su juego ideológico, como de la oposición en su repuesta oportuna, o desproporcionada (según los gustos de cada quien); más, significaría darle valor a situaciones que en nada contribuyen para aliviar las penurias que vive el pueblo venezolano.

Contrario al planteamiento que nos hicieron, hemos recomendado seguir de cerca el trabajo del INSTITUTO CASLA, organización que simultáneamente a la reunión de Brasilia, presentó en la comunidad europea su informe correspondiente al año 2.022-2.023. El informe en bien podría tener inclinaciones parciales; sin embargo, lo crudo de los hechos narrados son conocidas en el día a día de quienes vivimos en el país, así como de quienes se han aventurado a otros horizontes en medio de un rechazo colectivo de otras naciones a su presencia masiva: Además, el relato de muchos jóvenes que narran sus experiencias, revelan historias de terror solo comparables a conductas tipificadas y codificadas como patologías psiquiátricas (aunque la psiquiatría moderna –algunos profesionales -, considera una normalidad y hasta un derecho algunas conductas)

Finalmente (y la razón de nuestras reflexiones); para muchos altos dignatarios suramericanos, así como para voceros connacionales que viven en otros confines, el tema de UNASUR tiene visos de discusión ética (o narrativa desleal); con ecos en la opinión pública nacional en ambos lados de la calle; con ello apreciamos en muchos ciudadanos de a pie un dejo de decepción, resignación y cansancio; mientras otros con pleno derecho ciudadano se regocijan porque “ellos tenían razón”; encontramos en organizaciones y en hombres y mujeres que dentro y fuera del país, que seguimos creyendo en la voluntad de una nación que no se rinde y en los momentos más aciagos de la historia, ha entendido la necesidad de levantar las cadenas, ponerse de pie y echar hacia adelante . Si lo puedes soñar, es posible.
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