Nuestra sociedad no espera conocer la verdad desnuda pues ello implica estar al tanto y actuar ante determinados acontecimientos de los cuales prefiere mantenerse indiferente o al margen. Conocerla requiere ser proactivo pues, en ocasiones, actuar rápidamente, implica evitar que ocurran dichos eventos o complicaciones futuras.

La leyenda nos recuerda que, van la verdad y la mentira a un pozo. La mentira le comentó a la verdad, bañémonos juntas, el agua del pozo está hermosa. Aunque la verdad sospecha, pero comprobó que el agua estaba realmente hermosa, limpia y tibia. Luego se desnudaron y se bañaron. Pero de pronto, la mentira saltó del agua y desapareció, vestida con la ropa de la verdad.

La verdad, furiosa, salió del pozo para recuperar su ropa, pero el mundo, al ver a la verdad desnuda, echó un vistazo hacia otro lado, con rabia y humillación.
La pobre verdad volvió al pozo y desvaneció para siempre, encubriendo su vergüenza.
Desde entonces, la mentira corre alrededor del mundo, vestida como la verdad, compensando las carestías de la sociedad pues el mundo no desea conocer la verdad desnuda.

De esta leyenda está repleta nuestra América Latina, viviendo entre políticos, empresarios y poderosos quienes, por cualquier medio, se muestran como la verdad, no siéndola para burlarse de nuestras sociedades cada vez más empobrecidas.

Vendrán los tiempos de cambio al abrir nuestros ojos y descubrirnos como agentes de cambio.

@RafaelMartinezN