Guayana, historia de ambición
Una herencia de atentados y despojos cometidos en el pasado contra Venezuela para apoderarse de la rica, hermosa y extensa Guayana, entre ella la Esequiba, no fundamenta legítimos derechos y demuestra la historia vergonzosa del colonialismo...
Sobre el tema esencial de la soberanía del país y el rescate de nuestro territorio Esequibo, antigua y justa aspiración venezolana, encontré en el Archivo General de Simancas, España, la evidencia de las constantes agresiones inglesas y holandesas contra Guayana que ésta defendió y forma parte de nuestro patrimonio irrenunciable.
Cuando el marino, escritor y corsario inglés Sir Walter Raleigh (1552-1618), audaz, temerario y arrogante como era, se atrevió a navegar en 1595 por el Orinoco y perpetrar en Guayana arrebatos y crímenes, España denunció con firmeza esos hechos. Cuando este aventurero fue apresado años después en Londres: “… donde ahora le van examinando muy de veras sobre el intento y designio conque salió de Inglaterra para la Guiana, y las insolencias, crueldades, robos y muerte que hizo en esa tierra del Rey, particularmente Santo Thomé…”, se evidenció la trama, tal y como lo expuso el funcionario español Julián Sánchez Ulloa.
De la misma manera, ante la riqueza material y comercial de ese ambicionado territorio como lo fue y lo es aún nuestra Guayana, en varios documentos se evidencian también no sólo los atropellos británicos en el Esequibo e igualmente los enfrentamientos que ingleses y holandeses sostuvieron para posesionarse de riquezas marinas.
En la indagación contra Sir Walter Raleigh, Sánchez Ulloa relataba al Rey las verdaderas intrigas destinadas a perjudicar las relaciones entre los países y describió como mercaderes holandeses organizaban varias expediciones para apoderarse de las minas de oro ubicadas a leguas de San Tomé y otros lugares próximos.
Advirtió, tempranamente, el funcionario español como los planes holandeses en las posesiones de Guayana eran irse: “apoderando y fortificando de manera que si su Majestad no manda proveer luego de remedio en aquellas partes y tarda han de venir allí tan fuerte los rebeldes que después será muy dificultoso el echarlos…”.
Los deseos de arrebatar a España sus dominios en Guayana fueron constantes por sus extraordinarias riquezas y tal como lo denunció Sánchez Ulloa: “…fueron todos juntos de una vez en flota, lo cual y es sacar los holandeses cada año de España tanta cantidad de moneda de oro y plata (como se sabe) metiéndola de Vallón falsa, es cosa tan manifiestamente dañosa y perjudicial a España…” (24/09/1618).
Una herencia de atentados y despojos cometidos en el pasado contra Venezuela para apoderarse de la rica, hermosa y extensa Guayana, entre ella la Esequiba, no fundamenta legítimos derechos y demuestra la historia vergonzosa del colonialismo contra la soberanía de un pueblo en América Latina.
jfd599@gmail.com
Cuando el marino, escritor y corsario inglés Sir Walter Raleigh (1552-1618), audaz, temerario y arrogante como era, se atrevió a navegar en 1595 por el Orinoco y perpetrar en Guayana arrebatos y crímenes, España denunció con firmeza esos hechos. Cuando este aventurero fue apresado años después en Londres: “… donde ahora le van examinando muy de veras sobre el intento y designio conque salió de Inglaterra para la Guiana, y las insolencias, crueldades, robos y muerte que hizo en esa tierra del Rey, particularmente Santo Thomé…”, se evidenció la trama, tal y como lo expuso el funcionario español Julián Sánchez Ulloa.
De la misma manera, ante la riqueza material y comercial de ese ambicionado territorio como lo fue y lo es aún nuestra Guayana, en varios documentos se evidencian también no sólo los atropellos británicos en el Esequibo e igualmente los enfrentamientos que ingleses y holandeses sostuvieron para posesionarse de riquezas marinas.
En la indagación contra Sir Walter Raleigh, Sánchez Ulloa relataba al Rey las verdaderas intrigas destinadas a perjudicar las relaciones entre los países y describió como mercaderes holandeses organizaban varias expediciones para apoderarse de las minas de oro ubicadas a leguas de San Tomé y otros lugares próximos.
Advirtió, tempranamente, el funcionario español como los planes holandeses en las posesiones de Guayana eran irse: “apoderando y fortificando de manera que si su Majestad no manda proveer luego de remedio en aquellas partes y tarda han de venir allí tan fuerte los rebeldes que después será muy dificultoso el echarlos…”.
Los deseos de arrebatar a España sus dominios en Guayana fueron constantes por sus extraordinarias riquezas y tal como lo denunció Sánchez Ulloa: “…fueron todos juntos de una vez en flota, lo cual y es sacar los holandeses cada año de España tanta cantidad de moneda de oro y plata (como se sabe) metiéndola de Vallón falsa, es cosa tan manifiestamente dañosa y perjudicial a España…” (24/09/1618).
Una herencia de atentados y despojos cometidos en el pasado contra Venezuela para apoderarse de la rica, hermosa y extensa Guayana, entre ella la Esequiba, no fundamenta legítimos derechos y demuestra la historia vergonzosa del colonialismo contra la soberanía de un pueblo en América Latina.
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