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El hisopo de Nicaragua

Probablemente veremos a la nueva izquierda (así se autodenominan) dar tumbos con las piedras democráticas en el camino. Ojalá, como tantos anuncian, esté en marcha una conversión, una epifanía socialdemócrata, que los aleje de tanta política declarativa

  • JEAN MANINAT

31/03/2023 05:02 am

Puede un Gobierno, una agrupación política nacional o regional, un organismo intergubernamental, o un simple peatón jurar solemnemente su vocación democrática frente al Partenón, la Biblia, o la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero si luego de pasar por la prueba molecular o antígena del Covid 19 - Nicaragua muestra un contagio manifestado en forma de voto en contra, abstención, o estampida incontinente al baño a la hora de condenar las acciones de los Macbeth de Managua, su suerte estará echada y toda su argumentación de demócrata fino se la va a caer.

(Los representantes del viejo populismo de izquierda han sido unos sofisticados prestidigitadores a la hora de aplicar sus políticas de no injerencia exterior entre sus afines y adversarios ideológicos. Pablo Iglesias, en España, ha sido un maestro a la hora de denunciar con ira la dictadura de “la casta” y celebrar ebrio de felicidad -con mojito en mano incluido- “los logros” de la revolución cubana. Por años defendió al socialismo del siglo XXI y a su líder galáctico, y a otros mandatarios autoritarios de la primera ola como Rafael Correa de Ecuador, mientras un correligionario suyo pasaba el monedero de chequera en chequera por Iberoamérica).

A los veteranos presidentes Alberto Fernández de Argentina y López Obrador de México se les atoró el hisopo de Nicaragua en la nariz a la hora de manifestarse sobre las más recientes abominaciones de los Ortega-Murillo. Y al presidente Luis Arce de Bolivia le atravesó el tabique nasal en un abrazo fraterno con el mismísimo Ortega en Caracas. El presidente Maduro de Venezuela y Díaz Canel de Cuba dan positivo a tres millas a la distancia gracias a una solidaridad by default ideológica. No hace falta hisopo alguno.

Los Hobbits de la segunda ola, tanto el presidente Boric de Chile como el presidente Petro de Colombia (¿bajo tutela de su Gandalf brasileño?) han roto con las viejas solidaridades del revolucionarismo bolivariano, marcando distancia con los desmanes de los Ortega-Murillo. Especialmente contundente fue el presidente chileno en su denuncia pública en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, mientras el presidente colombiano resbaló manifestando que en Perú el golpe se lo habían dado al expresidente, Pedro Castillo (¡!). Un paso adelante, uno de lado y dos para atrás…

Probablemente veremos a la nueva izquierda (así se autodenominan) dar tumbos con las piedras democráticas en el camino. Ojalá, como tantos anuncian, esté en marcha una conversión, una epifanía socialdemócrata, que los aleje de tanta política declarativa (y sobre todo de la pulsión del teléfono celular y el Twitter), comiencen de una vez por todas a gobernar con cierta sensatez, adquieran definitivamente un perfil propio, democrático y -¿por qué no?- reformista.

Mientras, el hisopo de Nicaragua les seguirá acechando bajo las fosas nasales.

@jeanmaninat
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