El concepto de banca tiene sus raíces en Mesopotamia, sin embargo, el desarrollo de la banca moderna se atribuye a los italianos. En las ciudades más ricas, Juan Medici fue el banquero más prominente del siglo XIV, un hombre correcto.

La actividad bancaria no es más que una relación de confianza, el banquero tiene que actuar con la diligencia de un buen padre de familia.

Los bancos captan las mejores mentes, les otorgan grandes beneficios, pero pareciera que hay un síndrome que abriga a los que empiezan a escalar y los transforma, se juntan entre ellos y sienten que están por encima del bien y del mal; los mortales ante ellos somos simples “pende…”.

Suiza, gracias a la banca y a los servicios financieros, cuenta con uno de los PIB más importantes; obviamente detrás de ese éxito hay un tema que no podemos olvidar. Suiza, durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió, por su omisión en el socorro, como cómplice directo de la barbarie nazi, pero adicionalmente a ello ha quedado comprobado que participaron como receptores en el robo del dinero, el oro y las obras de arte de los judíos que fueron asesinados.

En el juicio del comandante de Auschwitz, Rudolf Hess, quedó detallado como los suizos se hicieron del “botín”, y una vez finalizada la guerra, se negaron a cubrir las pólizas de vida y a devolver el dinero a los beneficiarios, porque no traían un “acta de defunción”. La presión de muchos logró que en 1998 dos de los mayores bancos suizos firmaran un acuerdo de indemnización a 31.500 víctimas por un monto de $1.250 millones. Así se lavaron la cara los suizos.

Después de la gran depresión de los años 30, se pensaba imposible cualquier debacle en el sector bancario, pues los gobiernos han intentado crear normas rigurosas para controlarlo. A pesar de ello, durante las últimas décadas hemos visto alrededor del mundo una gran cantidad de bancos quebrar y al final no pasa nada.

Este año somos testigos de un terremoto en el sector financiero. Ya los primeros bancos caen en Estados Unidos con la ventaja de que el gobierno de ese país está dando la cara haciéndole frente a los depositantes, sin embargo, esa ayuda tiene un límite.

La inflación es definitivamente lo que produce la subida de los tipos de interés y la causa directa de la incertidumbre en el sector financiero; por supuesto que factores como la falta de capitalización, la liquidez, el fraude y sobre todo las malas decisiones son las causas directas de la quiebra de algunas instituciones.

El fraude interno ha estado alrededor del desastre que vemos en la banca recientemente, es inaceptable que los bancos quiebren y que sigan los sueldos millonarios, las indemnizaciones y las grandes jubilaciones a los directores que se retiran después de haber fracasado o actuado de manera incorrecta.

Un estudio del Departamento de Economía de la Universidad de Zurich señala que los empleados de banca tienen, en principio, una tendencia mayor a cometer acciones deshonestas que los de otras industrias. ¡Curioso!

La gente está hasta el hartazgo de ver bancos quebrados y banqueros millonarios, eso tiene que cambiar, ya la piñata no aguanta más golpes.

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