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Nuevas tecnologías y ética

BERNARDO KLIKSBERG. La OMS termina de tipificar una nueva enfermedad que llama “el video game disorder”, que produce una adicción con efectos similares a la ingestión de cocaína

  • BERNARDO KLIKSBERG

11/07/2018 05:00 am

El mundo está inmerso en la mayor revolución tecnológica de su historia. En los últimos 10 años ha habido descubrimientos simultáneos en un amplio espectro de disciplinas, que han llevado a innovaciones tecnológicas de enorme impacto. Entre ellas: mapa genético, Wikipedia, iPad, Facebook, Amazon, Google, Twitter, Instagram, autos eléctricos, aplicaciones tecnológicas de todo orden en medicina. 

Todo indica que pueden ampliar considerablemente la expectativa de vida, aumentar la producción, generar bienes y servicios inéditos. 

Sin embargo, hay varios riesgos. 

Uno es creer que de por sí solo el progreso tecnológico solucionará los grandes problemas abiertos de la pobreza que bajo diversas expresiones afecta a casi el 50% del género humano, las desigualdades (el 1% más rico tiene un porcentaje del producto bruto mundial mayor al 99% restante) y las exclusiones y discriminaciones. No sucede así, las prioridades y aplicaciones de la tecnología deben ser orientadas desde la ética para servir efectivamente a las metas de desarrollo sustentable universales fijadas por la ONU, que encabeza la eliminación total de la pobreza. 

Nueva agenda

Por otra parte, se creó una nueva agenda de problemas ligados a la tecnología. 

Entre ellos la infiltración en las redes sociales de campañas que entregan datos falsos, y pueden desde desvirtuar procesos electorales, hasta destruir o debilitar instituciones democráticas. 

En un reciente episodio en la India, la difusión por Twitter de rumores falsos, llevó a una ola de linchamientos en áreas rurales.

En otros episodios, de gran magnitud, se descubrió cómo una muy encumbrada consultora se estaba apropiando masivamente de la información de millones de usuarios de Facebook para manipularla y venderla para fines espurios. El presidente de Facebook tuvo que exponer ante el Congreso norteamericano, que le pidió un enérgico plan que impidiera éstas y otras maniobras. La consultora fue enjuiciada criminalmente. 

Otro tema es el falseamiento de identidades. Entre múltiples casos, un afamado intérprete de música country en EEUU, denunció la continua falsificación de su identidad para dirigirse en su nombre a su multitud de fans pidiéndoles dinero. Las investigaciones comprobaron que había 28 cuentas que lo personificaban en Facebook, y 61 en Instagram. Cuando los fraudes aparecían las iras de los engañados se dirigían en primer lugar a él. 

2.600 millones de personas están jugando a los video games. La Organización Mundial de la Salud termina de tipificar una nueva enfermedad que llama “el video game disorder”, que produce una adicción con efectos similares a la ingestión de cocaína. 

Avanza la inteligencia artificial. Elon Musk y otros líderes de su desarrollo, han demandado a la ONU su intervención para regularla. Advierten que puede tener aplicaciones muy lesivas para el género humano. 

Las innovaciones tecnológicas son esperanzadoras, y deben ser bienvenidas, pero es fundamental que haya controles “éticos” muy serios para reducir al mínimo riesgos como estos y otros añadibles como el “hackerismo”. También se hace necesario democratizar el acceso a las tecnologías de punta como lo ha hecho Uruguay, por ejemplo, a través de su reputado Plan Ceibal que extendió la computación a toda la población escolar. 

Como lo pide el Papa Francisco, se necesita en general que los avances tecnológicos sean firmemente conducidos desde valores éticos. 

Asesor de diversos organismos internacionales

kliksberg@aol.com
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