En una reunión de carácter social con buenos amigos para despedir temprano este año 2.022, se tocó, como era de esperarse, el tema de las negociaciones entre el gobierno y la oposición. Por supuesto, hubo comentarios a favor y en contra de ellas.

Como sabemos, a instancias de Noruega y de otros gobiernos, se reiniciaron las conversaciones entre gobernantes y opositores venezolanos, los primeros bajo el mando de Jorge Rodríguez, hombre de confianza de Maduro, los segundos, bajo la batuta de Gerardo Blyde Pérez, quien fue designado para tales fines por los partidos opositores de la denominada Plataforma Unitaria, conformada por los principales partidos opositores, más no por todos ellos.

El proceso contó con una fase de prenegociación del llamado Diálogo de México, en el cual el Reino de Noruega tuvo un papel preponderante. Los noruegos se dedicaron a conducir las comunicaciones “pendulares” entre chavismo y oposición. De allí que buena parte del tiempo transcurrido desde la suspensión, puedan ser así consideradas y constituyan, quizás lo más importante, la agenda de las conversaciones. Todos esos aspectos quedaron registrados en un Memorando de Entendimiento.

Por fin se realiza la reunión, y por eso debemos felicitar a todos los participantes, pues se colocaron primero, por encima del tema político, dando preferencia –como es lógico- a lo social, lo humanitario; las necesidades del pueblo venezolano, casi todas derivadas del tema económico.

Gerardo Blyde, en la condición arriba señalada, concedió una entrevista a Román Lozinski, con la intención, lograda por demás, de explicar a los venezolanos, sobre todo a los opositores renuentes, lo alcanzado en México en esta primera reunión. Comenzó por dejar establecido, y en eso toda Venezuela está de acuerdo, que el país atraviesa por una grave crisis humanitaria, crisis que hay que atender dejando de rasgarnos las vestiduras.

Luego, sin mucho detalle, señaló los principales problemas que sufrimos, como educación, salud, el sistema eléctrico, entre otros y que deben ser atendidos prioritariamente, para luego ocuparse de la cuestión política. Explicó que ese proceso es una herramienta y no un fin, que eso lo debemos tener muy claro, y dejó sentado que eso solo se puede enfrentar a través del dialogo. Lanzó un reto de forma tajante y directa: “Si alguien cree que hay algo mejor que hacer pues que entonces lo haga”.

Después de haber efectuado estas aclaratorias, comenzó a explicar que se había logrado un acuerdo para la protección del pueblo venezolano, para atender sus problemas directamente. Ello implica que fondos de Venezuela que están congelados o bloqueados, que no están a la disposición del gobierno venezolano, serán los utilizados, haciendo la acotación de que gracias a las sanciones esos fondos existen, si no ya se hubiesen gastado.

Con esos recursos se van a atender programas, educativos, de salud, electricidad, entre otros, y por fin, a atender los problemas que nos consumen. Para ello se destinarán unos tres mil millones de dólares americanos, e indicó como se instrumentaría el uso de esos recursos que son, íntegramente, de los venezolanos, sin ningún tipo de distingo.

Se va a crear un fondo fiduciario que manejará las Naciones Unidas, valga decir, las agencias de ese organismo. Las prioridades se establecieron en un marco programático, realizados por expertos de ambas partes, e insistió, serán destinados a hospitales, a la estabilización del sistema eléctrico y a la satisfacción de necesidades básicas. Es por donde debemos comenzar.

Lo que nos queda, a todos los venezolanos, es desearles suerte para llevar a cabo ese arreglo.

@gadeaperez