Espacio publicitario

Alexandre Dumas, padre. Una vida fascinante

La venganza paciente y serena, pero a la vez implacable, de Edmond Dantés, El Conde de Montecristo, ha inspirado cientos de guiones y relatos que giran alrededor del desagravio humano

  • ÁLVARO MONTENEGRO FORTIQUE

05/12/2022 05:04 am

Al repasar los eventos que ocurrieron durante la existencia de Alexandre Dumas padre, uno de los novelistas franceses más leídos en el mundo, es fácil darse cuenta por qué su imaginación se llenó de tantos retratos humanos y situaciones increíbles, que le sirvieron para escribirlas como un regalo a los lectores de su tiempo, y a todos nosotros en la posteridad. Encantador y a la vez exuberante, Dumas creó a su alrededor una atmósfera magnética que giraba en torno a él. Este genio literario escribió más de 300 obras y novelas, inventando miles de personajes que hicieron las delicias de un público ávido de vivir, a través de ellos, las sensaciones humanas más imponentes.

La venganza paciente y serena, pero a la vez implacable, de Edmond Dantés, El Conde de Montecristo, ha inspirado cientos de guiones y relatos que giran alrededor del desagravio humano. Mientras pasamos las páginas del libro, nuestra alma va percibiendo cómo una especie de sed de venganza entra suavemente en nuestras venas. Queremos que Fernando Mondego y Gerard de Villefort paguen todo el daño que le hicieron a Dantés.

En otra obra magistral, El collar de la reina, Dumas nos describe impecablemente el mal agradecimiento humano. El robo que hace la condesa De la Motte a la reina María Antonieta, pese a que la soberana la había ayudado a salir de la pobreza y a recuperar su título, es toda una lección de lo que es la envidia. Al pasar los capítulos, casi sentimos que nosotros también somos víctimas de las intrigas se tejen alrededor de María Antonieta.

Ni hablar de la enredada trama que tienen que sortear D´Artagnan y los Tres Mosqueteros, Athos, Aramis, y Porthos, con las maquinaciones del Cardenal de Richelieu. Citas secretas, emboscadas, amores falsos, e intentos de asesinato, nutren la leyenda que ha fascinado a las juventudes durante siglos. Comentando la popularidad de la novela, el célebre escritor francés Victor Hugo exclamó: “Vivir sin los mosqueteros, ¿es vivir?”

Alexander Dumas vivió en Francia entre los años 1802 y 1870. Su padre fue un general muy valiente de color, nacido en Haití, producto del amor ilícito entre un noble francés y su esclava. Su nombre, Thomas-Alexandre Dumas, está inscrito en el Arco de Triunfo de París, y dicen que las aventuras que vivió el militar inspiraron al hijo para escribir El conde de Montecristo.

Pero el pequeño Alexander quedó huérfano a la edad de cuatro años. Con su madre viuda y ajustados económicamente, su infancia y primera juventud transcurrieron en un tranquilo pueblo de la Normandía, muy cerca de Dieppe. A los 20 años conoce a París, y queda deslumbrado con la Ciudad Luz. Decide mudarse a la capital porque adoraba el teatro, el lujo, las mujeres, los viajes, y la fama. Sus primeros éxitos no se hicieron esperar, y aparecieron cuando estrena, en la Comedie Française, las obras Enrique III y su corte, y Antony.

La reina Margot, La dama de Monsoreau, Los mohicanos de París, La dama pálida, Napoleón, Los Estuardos, Juana de Arco, Los Médicis, sus relatos de viajes, y muchos otros títulos más, dan cuenta de la febril actividad de este escritor que pasó de la gloria a la ruina con mucha facilidad. Su estilo de vida era opulento, y sus ganas de divertirse rayaban con lo insaciable. Dumas decía que “La vida es fascinante, solo hay que mirarla a través de los lentes correctos” Pero debía retirarse un poco para poder escribir, por eso se refugió en Saint Germain-en-Laye, a las afueras de París, y luego en su fabuloso palacio en una colina mirando hacia el río Sena: el precioso Castillo de Montecristo.

Su popularidad era infinita por el año 1844. No había celebración importante en París, a la que Dumas no fuera invitado. Los salones literarios de la ciudad no estaban completos, sin la presencia del famoso escritor. Su querido compañero Victor Hugo decía que los éxitos literarios de Dumas no eran solamente éxitos, sino triunfos. Sin embargo, tuvo la desventura de involucrarse en la política, no tanto como Victor Hugo, pero participó en la Revolución de 1848, que culminó con la abdicación del rey Luis Felipe I, y dio paso a la Segunda República francesa.

Al ascender al trono Napoleón III, en 1853, con sus finanzas minadas por el ostentoso estilo de vida, sumados a un problema legal con su socio y deudas impagables, tuvo que huir hacia Bélgica, donde vivió algunos años. También fue a Rusia y a Italia, donde hizo amistad con Garibaldi. Regresó a su Francia natal, donde murió el 5 de diciembre de 1870, y está enterrado en el Panteón de París, junto a Victor Hugo y Emile Zola.

Padre del romanticismo, Alexander Dumas inventó la novela histórica teatral, para cuyo género sigue siendo un punto de referencia indispensable. Sus obras han sido traducidas en todos los idiomas. Dumas supo penetrar con maestría en los corazones humanos, y por eso ha hecho vibrar con sus escritos a muchas generaciones de lectores. Su Castillo de Montecristo puede ser visitado hoy en día en la localidad de Le Port-Marly, ubicado a muy pocos kilómetros al oeste de París.



@montenegroalvaro

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario