La comunicacion es un entramado complejo. Descifrar el mensaje abierto, y el que subyace escondido entre palabras e imágenes, requiere una visión amplia, analítica y crítica.
No obstante, la comunicación es una ciencia social que aplica métodos y técnicas para alcanzar sus objetivos que van más allá de la simple interacción entre dos o más interlocutores.
Todo este complejo proceso está además matizado por el mapa de creencias y valores de quienes interactúan en el proceso comunicativo. Sus historias, experiencias, posturas, ideas y conocimientos impregnan e interpretan su comunicación y da sentido a los mensajes que recibe.
Este entramado de interpretaciones desde la perspectiva propia crea una historia diferente de cada verdad, entendiendo que no existe la verdad absoluta y que las percepciones juegan con múltiples elementos a la hora de internalizar un hecho o situación.
Visto de esta manera podemos inferir que cada historia tiene al menos cinco verdades.
Las dos primeras verdades son las de las partes protagonistas. La versión interesada de los hechos bajo los intereses propios marca profunda huella en la narrativa de los hechos. El mejor ejemplo para explicar esto es ver las informaciones, incluso sobre el mismo hecho, en el caso de la guerra Rusia – Ucrania. Allí, cómo alguna vez diría Gabriel García Márquez, “en nombre de la libertad se está matando a la verdad”. Podemos ver cómo cada cual exponen afirmaciones y genera matrices a partir de sus intereses y objetivos.
La tercera verdad la constituye quienes narran desde sus intereses y posturas los hechos que no conocen del todo, pues no viven las interioridades de lo sucedido ni tampoco el ánimo de cómo se vive. Solo son espectadores con la capacidad y opción de retransmitir lo sucedido.
Está narrativa tiene sus propios matices e intereses, por lo que se divorcia en mucho y poco de las primeras verdades.
Cómo ejemplo tenemos las historias transmitidas por los medios de comunicación y redes sociales para las grandes esferas. En los espacios más reducidos y privados existen otros agentes a los que muchos categorizan de chismosos.
La cuarta verdad está en quienes interiorizan la narrativa de los hechos. Sus percepciones juegan un rol fundamental en la comprensión de lo sucedido y de la postura que tomarán al respecto. Son actores sin mayores vinculaciones con las dos primeras verdades en algunos casos, pero la narrativa los involucran y definitivamente en público expectante e involucrado en los hechos. Fácilmente pueden narrar la verdad que entendieron, son factores de distorsión de la verdad, bien sea con intención o sin ella.
Esta verdad es la que se queda guardada en el sujeto que escuchó o leyó, Hace una construcción muy particular de los hechos y construye su propia historia a partir de sus estereotipos.
La quinta verdad es el hecho real sin matices ni omisiones. Son las cosas tal cual sucedieron, con sus implicaciones reales y el mapa de sucesos que la construyeron. Cómo siempre, está verdad de los hechos reales queda relegada a los intereses y percepciones de quienes opinan sin conocer realmente lo que sucedió a cabalidad.
Está es la verdad que se debe buscar. Cómo dicen por allí, no se trata de abrir la ventana para ver si llueve o no, sino de buscar las razones de porque llueve y serán las consecuencias.
Todos los días se exponen a un sin fin de historias, muchas son referencias ni elementos de convicción. De allí la responsabilidad de evitar propagar si no se cuentan con todos los elementos para su valoración.
Cuidado con lo que se comparte y se cuenta, porque en ocasiones esas informaciones terminan por producir malestar y problemas en los protagonistas del hecho o, peor aún, socavar las bases de nuestra propia tranquilidad.
Estudia, analiza y construye.
Leonardo Zurita
Comunicador Social UCV
@leozuritave
leozurita.ve@gmail.com
No obstante, la comunicación es una ciencia social que aplica métodos y técnicas para alcanzar sus objetivos que van más allá de la simple interacción entre dos o más interlocutores.
Todo este complejo proceso está además matizado por el mapa de creencias y valores de quienes interactúan en el proceso comunicativo. Sus historias, experiencias, posturas, ideas y conocimientos impregnan e interpretan su comunicación y da sentido a los mensajes que recibe.
Este entramado de interpretaciones desde la perspectiva propia crea una historia diferente de cada verdad, entendiendo que no existe la verdad absoluta y que las percepciones juegan con múltiples elementos a la hora de internalizar un hecho o situación.
Visto de esta manera podemos inferir que cada historia tiene al menos cinco verdades.
Las dos primeras verdades son las de las partes protagonistas. La versión interesada de los hechos bajo los intereses propios marca profunda huella en la narrativa de los hechos. El mejor ejemplo para explicar esto es ver las informaciones, incluso sobre el mismo hecho, en el caso de la guerra Rusia – Ucrania. Allí, cómo alguna vez diría Gabriel García Márquez, “en nombre de la libertad se está matando a la verdad”. Podemos ver cómo cada cual exponen afirmaciones y genera matrices a partir de sus intereses y objetivos.
La tercera verdad la constituye quienes narran desde sus intereses y posturas los hechos que no conocen del todo, pues no viven las interioridades de lo sucedido ni tampoco el ánimo de cómo se vive. Solo son espectadores con la capacidad y opción de retransmitir lo sucedido.
Está narrativa tiene sus propios matices e intereses, por lo que se divorcia en mucho y poco de las primeras verdades.
Cómo ejemplo tenemos las historias transmitidas por los medios de comunicación y redes sociales para las grandes esferas. En los espacios más reducidos y privados existen otros agentes a los que muchos categorizan de chismosos.
La cuarta verdad está en quienes interiorizan la narrativa de los hechos. Sus percepciones juegan un rol fundamental en la comprensión de lo sucedido y de la postura que tomarán al respecto. Son actores sin mayores vinculaciones con las dos primeras verdades en algunos casos, pero la narrativa los involucran y definitivamente en público expectante e involucrado en los hechos. Fácilmente pueden narrar la verdad que entendieron, son factores de distorsión de la verdad, bien sea con intención o sin ella.
Esta verdad es la que se queda guardada en el sujeto que escuchó o leyó, Hace una construcción muy particular de los hechos y construye su propia historia a partir de sus estereotipos.
La quinta verdad es el hecho real sin matices ni omisiones. Son las cosas tal cual sucedieron, con sus implicaciones reales y el mapa de sucesos que la construyeron. Cómo siempre, está verdad de los hechos reales queda relegada a los intereses y percepciones de quienes opinan sin conocer realmente lo que sucedió a cabalidad.
Está es la verdad que se debe buscar. Cómo dicen por allí, no se trata de abrir la ventana para ver si llueve o no, sino de buscar las razones de porque llueve y serán las consecuencias.
Todos los días se exponen a un sin fin de historias, muchas son referencias ni elementos de convicción. De allí la responsabilidad de evitar propagar si no se cuentan con todos los elementos para su valoración.
Cuidado con lo que se comparte y se cuenta, porque en ocasiones esas informaciones terminan por producir malestar y problemas en los protagonistas del hecho o, peor aún, socavar las bases de nuestra propia tranquilidad.
Estudia, analiza y construye.
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