El imperativo de la negociación en estos tiempos de crisis
El imperativo hoy en el plano internacional es el de la negociación y el diálogo entre culturas y civilizaciones ante el peligro nuclear, la crisis económica, las pandemias, la amenaza del terrorismo y el fenómeno del calentamiento global
La negociación es parte fundamental de la actividad diplomática de los Estados. Desde la creación de las Naciones Unidas en 1945, la negociación se ha determinado como el más efectivo instrumento para la solución pacifica de los conflictos internacionales. Para los estados es una técnica esencial en el logro de los intereses nacionales y para la comunidad internacional en la búsqueda permanente de la paz y la seguridad.
En el sistema internacional la negociación es el pivote sobre el cual se ha construido la diplomacia bilateral y multilateral. No se explica el complejo mundo de las relaciones internacionales sin las necesarias negociaciones; así nació la ONU y las diferentes organizaciones mundiales y regionales. El método de la negociación ha permitido la multiplicidad de tratados, acuerdos y convenciones entre los Estados. Los conflictos y sus soluciones son inmanentes a la existencia de la persona y de la sociedad, están en todas partes, entre individuos, entre grupos, entre comunidades, entre naciones. Frente a los diferendos y los conflictos armados se impone el diálogo y la negociación tanto para las partes implicadas como para toda la comunidad mundial.
El Artículo 33 de la Carta de la ONU, aceptado por todos los Estados miembros señala imperativamente la solución pacífica de las controversias internacionales. Cerca de 120 naciones con constituciones democráticas y con pleno Estado de Derecho, en su política interna ejercen sin negar el conflicto, el necesario diálogo y la negociación entre los diferentes integrantes de la comunidad. Tanto en la Norma Suprema Constitucional fundamental como las leyes y reglamentos que la desarrollan y que tienen que ser producto del consenso y la negociación con la aceptación de la pluralidad social, política y jurídica. Solo los regímenes dictatoriales, autoritarios desarrollan la política interna y la política exterior con la visión militar del binomio amigo-enemigo, afortunadamente son cada vez menos. América Latina en los presentes procesos electorales ha reafirmado la voluntad de la integración y la unidad dentro del pluralismo.
Tanto para la diplomacia como para la política es fundamental el arte de la negociación, cuyo origen la encontramos en la Grecia democrática; por eso las alianzas, tratados de paz, acuerdos comerciales y hasta la tregua durante los juegos olímpicos. En Roma la negociación se hizo más precisa con el carácter sagrado de los acuerdos en toda circunstancia y tiempo. Con los Bizantinos y la multiplicación de pequeños Estados la diplomacia se hizo más talentosa y calculada. En Florencia y Venecia los navegantes importaron el arte de la negociación bizantina, pero la refinaron con un verdadero servicio diplomático y grandes negociadores. Con el declive de la autoridad del Papa a final de la Edad Media y ante los conflictos políticos territoriales, los gobernantes dejan de lado el mandato la negociación con la afirmación del poderío político y militar. En 1716, Francois de Calliers es el primero en sistematizar el tema de las negociaciones internacionales, como lo había hecho el jesuita español Baltazar Gracián. Este sacerdote le atribuyo a la negociación una necesaria dimensión ética.
Con el auge de los Imperios y después de la derrota de Napoleón Bonaparte en la capital austriaca se realizó el Congreso de Viena, en el cual se estableció por negociaciones un nuevo Orden Mundial y se definió el Papel de la Diplomacia. Después de la Primera Guerra mundial la Sociedad de las Naciones estableció el principio de las negociaciones que fue posteriormente ratificado al crearse la ONU. Esta Organización Internacional fue producto de largas negociaciones entre los 51 Estados soberanos que firmaron la Carta de San Francisco.
Durante la bipolaridad por los numerosos conflictos y confrontaciones entre los dos polos del poder mundial siempre se recurrió a la negociación. El arma atómica impuso el imperativo de la negociación y el equilibro atómico, por la Destrucción Mutua Asegurada de los arsenales nucleares concentrados en Estados Unidos y la URSS.
Con la caída del Muro de Berlín en 1989, frente a la Teoría del Fin de la Historia de Fukuyama se minimizo el papel de la negociación por la homogenización del sistema político y social. Este mecanismo adquirió un nuevo impulso con las tesis de Samuel Huntington del Choque de Civilizaciones. Hoy esta realidad con la multipolaridad y con situaciones terribles como la Pandemia del Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, se impone la negociación para la cooperación internacional y como fórmula para terminar los conflictos y guerras, como el drama que se está viviendo en Ucrania.
El imperativo hoy en el plano internacional es el de la negociación y el diálogo entre culturas y civilizaciones ante el peligro nuclear, la crisis económica, las pandemias, la amenaza del terrorismo y el fenómeno del calentamiento global. Con el fin de esta época si la negociación está ausente en la relación de los Estados y de las Instituciones Internacionales podría producirse no sólo una Tercera Guerra Mundial, sino el verdadero fin de nuestra civilización y la nuestra historia.
Correo: Jcpineda01@gmail.com - grupobrujulainternacional@gmail.com
Instagram – Twitter: Jcpinedap
En el sistema internacional la negociación es el pivote sobre el cual se ha construido la diplomacia bilateral y multilateral. No se explica el complejo mundo de las relaciones internacionales sin las necesarias negociaciones; así nació la ONU y las diferentes organizaciones mundiales y regionales. El método de la negociación ha permitido la multiplicidad de tratados, acuerdos y convenciones entre los Estados. Los conflictos y sus soluciones son inmanentes a la existencia de la persona y de la sociedad, están en todas partes, entre individuos, entre grupos, entre comunidades, entre naciones. Frente a los diferendos y los conflictos armados se impone el diálogo y la negociación tanto para las partes implicadas como para toda la comunidad mundial.
El Artículo 33 de la Carta de la ONU, aceptado por todos los Estados miembros señala imperativamente la solución pacífica de las controversias internacionales. Cerca de 120 naciones con constituciones democráticas y con pleno Estado de Derecho, en su política interna ejercen sin negar el conflicto, el necesario diálogo y la negociación entre los diferentes integrantes de la comunidad. Tanto en la Norma Suprema Constitucional fundamental como las leyes y reglamentos que la desarrollan y que tienen que ser producto del consenso y la negociación con la aceptación de la pluralidad social, política y jurídica. Solo los regímenes dictatoriales, autoritarios desarrollan la política interna y la política exterior con la visión militar del binomio amigo-enemigo, afortunadamente son cada vez menos. América Latina en los presentes procesos electorales ha reafirmado la voluntad de la integración y la unidad dentro del pluralismo.
Tanto para la diplomacia como para la política es fundamental el arte de la negociación, cuyo origen la encontramos en la Grecia democrática; por eso las alianzas, tratados de paz, acuerdos comerciales y hasta la tregua durante los juegos olímpicos. En Roma la negociación se hizo más precisa con el carácter sagrado de los acuerdos en toda circunstancia y tiempo. Con los Bizantinos y la multiplicación de pequeños Estados la diplomacia se hizo más talentosa y calculada. En Florencia y Venecia los navegantes importaron el arte de la negociación bizantina, pero la refinaron con un verdadero servicio diplomático y grandes negociadores. Con el declive de la autoridad del Papa a final de la Edad Media y ante los conflictos políticos territoriales, los gobernantes dejan de lado el mandato la negociación con la afirmación del poderío político y militar. En 1716, Francois de Calliers es el primero en sistematizar el tema de las negociaciones internacionales, como lo había hecho el jesuita español Baltazar Gracián. Este sacerdote le atribuyo a la negociación una necesaria dimensión ética.
Con el auge de los Imperios y después de la derrota de Napoleón Bonaparte en la capital austriaca se realizó el Congreso de Viena, en el cual se estableció por negociaciones un nuevo Orden Mundial y se definió el Papel de la Diplomacia. Después de la Primera Guerra mundial la Sociedad de las Naciones estableció el principio de las negociaciones que fue posteriormente ratificado al crearse la ONU. Esta Organización Internacional fue producto de largas negociaciones entre los 51 Estados soberanos que firmaron la Carta de San Francisco.
Durante la bipolaridad por los numerosos conflictos y confrontaciones entre los dos polos del poder mundial siempre se recurrió a la negociación. El arma atómica impuso el imperativo de la negociación y el equilibro atómico, por la Destrucción Mutua Asegurada de los arsenales nucleares concentrados en Estados Unidos y la URSS.
Con la caída del Muro de Berlín en 1989, frente a la Teoría del Fin de la Historia de Fukuyama se minimizo el papel de la negociación por la homogenización del sistema político y social. Este mecanismo adquirió un nuevo impulso con las tesis de Samuel Huntington del Choque de Civilizaciones. Hoy esta realidad con la multipolaridad y con situaciones terribles como la Pandemia del Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, se impone la negociación para la cooperación internacional y como fórmula para terminar los conflictos y guerras, como el drama que se está viviendo en Ucrania.
El imperativo hoy en el plano internacional es el de la negociación y el diálogo entre culturas y civilizaciones ante el peligro nuclear, la crisis económica, las pandemias, la amenaza del terrorismo y el fenómeno del calentamiento global. Con el fin de esta época si la negociación está ausente en la relación de los Estados y de las Instituciones Internacionales podría producirse no sólo una Tercera Guerra Mundial, sino el verdadero fin de nuestra civilización y la nuestra historia.
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