Escalada
El sujeto de a pie, ese que es víctima de la soberbia de imperios y gobiernos, no solo lucha por sobrevivir, sino por dejar espacios más armónicos para el desarrollo de las próximas generaciones
El mundo vive hoy una escalada de tensiones que en el corto, mediano y largo plazo alimentan conflictos que pueden desencadenar una guerra de grandes proporciones. En contrasentido también existe un fuerte incremento de las experiencias que impulsan la vida y nuevas formas de producción que tributan a fórmulas económicas menos depredadoras y más inclusivas, equitativas y armónicas.
La puja por el control planetario ya no es disimulada y la diplomacia no sé asoma por allí. A cambio, la extorsión y el amedrentamiento son prácticas extendidas de la política exterior de los grandes polos de poder.
Con el fin de la segunda guerra mundial el mundo se dividió en dos grandes bloques de poder: el capitalismo de raíces conservadoras y el socialismo con altos signos de progresismo.
Desde el capitalismo, entronizado en los Estados Unidos, el Macartismo y la propaganda establecieron una cruzada anticomunista que terminó en la mutilación de derechos y en la criminalización del otro solo por pensar diferente.
Desde el socialismo se enarbolaron las banderas de la igualdad y justicia social con algunos excesos en el control que terminaron por debilitar o desvanecer sus gobiernos, sin obviar claro está la participación del capital para boicotear, bloquear y asfixiar sus economías.
Con el fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas todo el tejido del socialismo se debilitó casi hasta la desaparición, salvó algunos países que en silencio continuaron desarrollando su industria, producción y a sus pueblos.
Actualmente con el resurgimiento de Rusia como poder militar, tecnológico y económico, sumado al crecimiento descomunal de una China que se convirtió en la fábrica del mundo cuando logró combinar los modelos políticos en pugna, el juego de roles crece en el tablero de la geopolítica mundial y la pluripolaridad parece ser el mecanismo ideal para el desarrollo equitativo y la coexistencia en el planeta.
Este nuevo mapa geopolítico ha creado en las más altas esferas políticas, económicas y militares ciertas apetencias que terminan por generar una escalada que parece más conducir a un juego suma cero que a uno suma variable.
Los Estados Unidos pretenden mantener la hegemonía que les dio el fin del bloque soviético y plantean mantenerlo a golpe y porrazo. Para eso crean unas alianzas con las que afectan a los países no alineados a sus pretensiones. Eso eleva las tensiones a niveles de peligro.
Rusia argumenta su seguridad y cuando siente que está a punto de ser vulnerada por Ucrania y la OTAN actúa profesando defensa y estalla un conflicto militar que, con su fortaleza energética y militar, les reafirma en el mapa mundial como factor de poder indiscutible. Ucrania ataca el puente que une Rusia con Crimea y en respuesta el Kremlin ataca Kiev. Una escalada harto delicada. Los EEUU, quienes fomentan está guerra para debilitar el poderío ruso, ganan mucho a costa de la desgracia europea.
Taiwán se enfrenta a China azuzada por el poder estadounidense y crece la tensión en Asia. Los EEUU rompen la línea diplomática y los chinos movilizan sus fuerzas militares. Aunque parezca un tablero de ajedrez no lo es, es el planeta donde vivimos todos. La tensión ha escalado a niveles sin precedentes en esa región del mundo.
La OPEP baja en 2 millones de barriles por día su producción y dos legisladores estadounidenses proponen disminuir el apoyo militar de los EEUU a dos miembros del cártel energético, Arabia Saudita y EAU, en castigo. Y escalan las tensiones.
Este es el mundo en las altas esferas del poder planetario. Aguas abajo, allí donde la realidad es la lucha y la subsistencia es cotidiana, desde la gente surgen propuestas para un mundo mejor y modelos económicos sostenibles que permean el bienestar colectivo.
La economía circular, una forma de reutilización de los productos a expensas de bajar el uso de materias primas de alto costo ecológico y económico, cobra fuerza con experiencias diseminadas en todo el planeta.
La economía creativa, una fórmula de desarrollo individual y colectivo que se nutre de saberes, habilidades y capacidades, se abre camino con fuerza en un mundo donde los servicios y el trabajo a distancia se suman a las artes y la cultura para generar espacios más acordes para un desarrollo cada vez más humano e inclusivo.
El sujeto de a pie, ese que es víctima de la soberbia de imperios y gobiernos, no solo lucha por sobrevivir, sino por dejar espacios más armónicos para el desarrollo de las próximas generaciones.
Estudia, analiza y crea.
Comunicador Social UCV
@leozuritave
leozurita.ve@gmail.com
La puja por el control planetario ya no es disimulada y la diplomacia no sé asoma por allí. A cambio, la extorsión y el amedrentamiento son prácticas extendidas de la política exterior de los grandes polos de poder.
Con el fin de la segunda guerra mundial el mundo se dividió en dos grandes bloques de poder: el capitalismo de raíces conservadoras y el socialismo con altos signos de progresismo.
Desde el capitalismo, entronizado en los Estados Unidos, el Macartismo y la propaganda establecieron una cruzada anticomunista que terminó en la mutilación de derechos y en la criminalización del otro solo por pensar diferente.
Desde el socialismo se enarbolaron las banderas de la igualdad y justicia social con algunos excesos en el control que terminaron por debilitar o desvanecer sus gobiernos, sin obviar claro está la participación del capital para boicotear, bloquear y asfixiar sus economías.
Con el fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas todo el tejido del socialismo se debilitó casi hasta la desaparición, salvó algunos países que en silencio continuaron desarrollando su industria, producción y a sus pueblos.
Actualmente con el resurgimiento de Rusia como poder militar, tecnológico y económico, sumado al crecimiento descomunal de una China que se convirtió en la fábrica del mundo cuando logró combinar los modelos políticos en pugna, el juego de roles crece en el tablero de la geopolítica mundial y la pluripolaridad parece ser el mecanismo ideal para el desarrollo equitativo y la coexistencia en el planeta.
Este nuevo mapa geopolítico ha creado en las más altas esferas políticas, económicas y militares ciertas apetencias que terminan por generar una escalada que parece más conducir a un juego suma cero que a uno suma variable.
Los Estados Unidos pretenden mantener la hegemonía que les dio el fin del bloque soviético y plantean mantenerlo a golpe y porrazo. Para eso crean unas alianzas con las que afectan a los países no alineados a sus pretensiones. Eso eleva las tensiones a niveles de peligro.
Rusia argumenta su seguridad y cuando siente que está a punto de ser vulnerada por Ucrania y la OTAN actúa profesando defensa y estalla un conflicto militar que, con su fortaleza energética y militar, les reafirma en el mapa mundial como factor de poder indiscutible. Ucrania ataca el puente que une Rusia con Crimea y en respuesta el Kremlin ataca Kiev. Una escalada harto delicada. Los EEUU, quienes fomentan está guerra para debilitar el poderío ruso, ganan mucho a costa de la desgracia europea.
Taiwán se enfrenta a China azuzada por el poder estadounidense y crece la tensión en Asia. Los EEUU rompen la línea diplomática y los chinos movilizan sus fuerzas militares. Aunque parezca un tablero de ajedrez no lo es, es el planeta donde vivimos todos. La tensión ha escalado a niveles sin precedentes en esa región del mundo.
La OPEP baja en 2 millones de barriles por día su producción y dos legisladores estadounidenses proponen disminuir el apoyo militar de los EEUU a dos miembros del cártel energético, Arabia Saudita y EAU, en castigo. Y escalan las tensiones.
Este es el mundo en las altas esferas del poder planetario. Aguas abajo, allí donde la realidad es la lucha y la subsistencia es cotidiana, desde la gente surgen propuestas para un mundo mejor y modelos económicos sostenibles que permean el bienestar colectivo.
La economía circular, una forma de reutilización de los productos a expensas de bajar el uso de materias primas de alto costo ecológico y económico, cobra fuerza con experiencias diseminadas en todo el planeta.
La economía creativa, una fórmula de desarrollo individual y colectivo que se nutre de saberes, habilidades y capacidades, se abre camino con fuerza en un mundo donde los servicios y el trabajo a distancia se suman a las artes y la cultura para generar espacios más acordes para un desarrollo cada vez más humano e inclusivo.
El sujeto de a pie, ese que es víctima de la soberbia de imperios y gobiernos, no solo lucha por sobrevivir, sino por dejar espacios más armónicos para el desarrollo de las próximas generaciones.
Estudia, analiza y crea.
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