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¿Se equivocaron los sondeos en Brasil?

Un resultado paradójico es que un candidato determinado pierda, precisamente por estar ganando en las encuestas. Esto le pasó a F. Mitterrand en 1965 frente a Ch. De Gaulle

  • DANIEL ASUAJE

05/10/2022 05:00 am

Las encuestas previas a las elecciones brasileñas daban como ganador a Lula, hasta con 15 puntos porcentuales de ventaja, pero los cómputos oficiales dieron aproximadamente 48 y 43 por ciento para Lula y Bolsonaro respectivamente, por lo que varias personas, entre ellas el muy distinguido historiador R. Arraiz Lucca, afirmaron en twitter que las encuestas se habían equivocado. ¿Ciertamente se equivocaron las encuestas o erraron quienes las leyeron dando a Lula como ganador imbatible?

Lo primero por decir es que las encuestas no pronostican, cada una de ellas brinda una “instantánea” del momento de realización, no de la realidad futura a su levantamiento. Lo segundo es que un grupo de ellas, realizadas en un mismo periodo de tiempo y que midan un mismo suceso, como las preferencias electorales, nos brindan una idea de lo que probablemente, no obligatoriamente, podría ocurrir. Esta serie no la tenemos a mano para ver si se cumplió o no la tendencia estadística en Brasil, pero la pregunta obligada es por qué puede ser distinto el resultado final en una elección. Veamos algunas causas.

Tal como ha sido dicho las encuestas electorales se usan para conocer lo que podría, no lo que necesariamente pasará el día de las elecciones. Ellas suelen pertenecer al grupo de sondeos llamados de opinión y la opinión real del entrevistado muchas veces no coincide con la declaración dada al entrevistador. Muchas personas sienten temor de dar una opinión discrepante con lo que sienten que es el clima de opinión prevaleciente y al ser preguntadas brindan una “respuesta socialmente deseable”. En otros casos el entrevistado puede temer que la entrevista sea un instrumento de un órgano de poder, por lo que entonces por temor brinda una respuesta “políticamente correcta”. Esta última situación no es rara en Venezuela como temor a perder las bolsas clap, por ejemplo.

Pero las opiniones declaradas tienen otra limitante y es que no siempre, y de hecho muy frecuentemente, no son predictoras fiables de la conducta. Todos conocemos ese hecho por lo que muchas veces cuando alguien quiere saber si “a la hora de la verdad” alguien hará lo que afirma se toman todas las previsiones posibles. En este momento con Putin el mundo se pregunta si será verdad su amenaza de uso de armas nucleares en su guerra contra Ucrania. Una manera de sortear esta limitante es realizar estudios de actitudes y fue lo que hicimos nosotros este año en un estudio realizado por iniciativa nuestra para CECOSESOLA, organización verdaderamente cooperativa de la ciudad de Barquisimeto, surtidora de víveres a casi la mitad de la población de esta ciudad. Se corrían rumores de intervención o expropiación gubernamental y se quería conocer cuál podría ser la reacción de la población barquisimetana ante este hecho. Usamos para ello un instrumento que recogía las opiniones de los encuestados. Los resultados arrojaron que la abrumadora mayoría (más del 90 por ciento de los barquisimetanos), rechazarían esta acción. Pero además de las usuales tabulaciones porcentuales se efectuó un procesamiento para explorar la actitud subyacente y aquí encontramos una consistencia de más del 60 por ciento entre opinión y actitud subyacente. El Problema no era si sería o no respaldada, sino más bien como canalizar este apoyo en una situación como esa. Por cierto, CECOSESOLA fue galardonada la semana pasada con el Nobel Alternativo de la Paz, honroso reconocimiento a sus 55 años de servicio a los larenses y habitantes de estados vecinos.

Hablando de encuestas y tendencias, en las elecciones de 1993 en Venezuela y en las que resultara ganador R. Caldera las tendencias cercanas al momento de las elecciones parecían ser más favorables para Claudio Fermín, de tal suerte que si las elecciones hubiesen sido realizadas más allá de diciembre, el ganador podría haber sido Fermin. El conocimiento de tendencias fue aprovechado por H. Chávez cuando sabiendo que la realización temprana de un referendum revocatorio le sería desfavorable y maniobró de tal modo para postergar su realización pudiendo cambiar a su favor la matriz de opinión.

Un resultado paradójico es que un candidato determinado pierda, precisamente por estar ganando en las encuestas. Esto le pasó a F. Mitterrand en 1965 frente a Ch. De Gaulle. En ese entonces las encuestas lo daban como favorito y eso movilizó a votantes de derecha proclives a la abstención a variar su postura y votar entonces por De Gaulle e impedir que Mitterrand resultara ganador, como en efecto sucedió. Otras veces la publicación de las encuestas hace que se potencie la ventaja de quien puntea en ellas. Por esta razón muchos políticos ingenuos creen que basta publicar sondeos amañados para cambiar la matriz electoral. Hay que ser muy cuidadoso en la lectura de los sondeos electorales. Rara vez las encuestas bien hechas yerran, pero sí mucho quienes las leen.

@AsuajeDaniel_H
asuajeguedezd@gmail.com
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