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Ucrania y la integridad territorial

La ONU ha ratificado su pleno compromiso con “con la soberanía, la unidad, la independencia y la integridad territorial de Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”

  • DYLAN J. PEREIRA

01/10/2022 05:00 am

Vivimos un momento histórico muy controversial, de una intensidad similar a la que reinaba en el entorno donde nació la Teoría de las Relaciones Internacionales, que conlleva una alta cantidad de demandas a un sistema internacional que no está siendo capaz de dar las respuestas oportunas, satisfaciendo las necesidades sociales, hoy a una escala glocal, e interconectada, que probablemente lleve a una reconfiguración del sistema internacional, conducido por los preceptos del idealismo político, pero quizás atenuado con la dosis de factibilidad y vinculación que aporta la teorílista; esto genera una especie de nuevo equilibrio, o estatus quo, donde la diplomacia está llamada a jugar un papel protagónico en la búsqueda de estas soluciones y respuestas.

La guerra en Ucrania, donde Rusia ha violado abiertamente no sólo los precedentes históricos regulatorios de las RRII, como en efecto la Paz de Westfalia de 1648, el Congreso de Viena de 1815, la Conferencia de Paz de París de 1919 y la Conferencia de San Francisco de 1945, que apuntarían hacia esa redistribución de poder en el sistema internacional bajo el imperativo de la paz y la seguridad internacional, sino directamente al paradigma westfaliano, que según muchos analistas constituye el «acta de nacimiento» del moderno Estado-nación soberano, institucional, regido por los principios de soberanía, integridad territorial, de no injerencia en asuntos internos, e igualdad entre los Estados independientemente de su tamaño o fuerza, base además del Estado democrático del derecho actual y momento fundador del sistema político internacional contemporáneo.

La invasión rusa a Ucrania sienta además un precedente histórico en la erosión del multilateralismo al romper con el Artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas que establece:

“Para la realización de los Propósitos consignados en el Artículo 1, la Organización y sus Miembros procederán de acuerdo con los siguientes Principios:

  • La Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros.
  • Los Miembros de la Organización, a fin de asegurarse los derechos y beneficios inherentes a su condición de tales, cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con esta Carta.
  • Los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia.
  • Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.”
Recientemente el Kremlin, intentando reforzar un endeble andamiaje jurídico que pretende justificar una guerra sin sentido, ha convocado unos pseudos referéndums en las regiones de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporiyia, insistiendo que es un ejercicio de autodeterminación. Sin embargo, tal como ha señalado Naciones Unidas, estos se celebraron bajo un conflicto armado en curso, en zonas bajo control ruso y fuera del marco legal y constitucional de Ucrania, por lo que “no pueden calificarse como una auténtica expresión de la voluntad popular”

Durante una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a Ucrania, Rosemary DiCarlo afirmó este martes que “las acciones unilaterales destinadas a dar una fachada de legitimidad al intento de adquisición por la fuerza del territorio de un Estado por otro Estado “no pueden considerarse legales según el derecho internacional”.

La ONU ha ratificado su pleno compromiso con “con la soberanía, la unidad, la independencia y la integridad territorial de Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”, y “de conformidad con las resoluciones pertinentes de la ONU”.

Sin lugar a duda esta acción y reconocimiento del presidente Putin de anexar estos territorios será un punto de inflexión y supondrá una verdadera escalada de las tensiones y un deterioro de la situación general, relegando a un paradero desconocido los esfuerzos de paz. Si quiera sopesar la posibilidad remota del uso de armas nuclear, no sólo es una retórica alarmante y apocalíptica, sino que es inaceptable. Además, según la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, “esa retórica es incompatible con la Declaración Conjunta de los Líderes de los Cinco Estados Poseedores de Armas Nucleares sobre la Prevención de la Guerra Nuclear y la Prevención de la Carrera de Armamentos”, emitida el 3 de enero.

La mayor parte de la Comunidad Internacional, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea se oponen radicalmente a estos “referéndum” y denuncian enérgicamente su ilegalidad; Occidente tenderá a reforzar las sanciones contra Rusia y reforzará su cooperación económica, política y militar a la República de Ucrania, aunque sin participar directamente en el combate para evitar un breakpoint irreversible.

Dylanjpereira01@gmail.com

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