Una de las amenazas que tienen las instituciones, que debe ser tomada en cuenta por el equipo gerencial, es el desarrollo progresivo y a veces imperceptible de endogamia organizacional, sobre todo en situaciones como la pandemia, u otras circunstancias internas o externas, que dificulten la interacción presencial entre personas, grupos, servicios, departamentos, empresas e instituciones en general, con el consecuente reciclaje cerrado de conductas, normas y procedimientos, lo cual hace pensar a sus integrantes que lo único y lo mejor, es lo que existe dentro del microambiente cercano. Cuando ocurre esa conducta de “rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo de la institución”, según el Diccionario de la RAE, se considera endogamia, la cual desde el punto de vista etimológico tiene el prefijo “endo” que significa dentro y “gamia” que significa unión.

Esta actitud social de impermeabilización y rechazo a la incorporación del aporte de personas ajenas al propio grupo, cuando forma parte de la cultura organizacional, genera un comportamiento endogámico colectivo, cuyo principio fundamental es mantenerse igual a sí mismo, sin interacción con personas o instituciones diferentes. Esto conduce a un aislamiento colectivo de conformismo con poca creatividad y capacidad de innovación, anacronismo, anquilosamiento, petrificación, lo cual conduce a un estancamiento organizacional con baja competitividad, dificultad de adaptación a las exigencias de los cambios del entorno, obsolescencia y deterioro general, que incluso en algunos casos puede traer como consecuencia la desaparición de la organización. Desde el punto de vista laboral, algunas consecuencias de la endogamia son la castración intelectual con un bajo rendimiento.

Es muy importante que los niveles gerenciales definan estrategias para evitar la endogamia organizacional. El volumen de personas con alto nivel académico que emigró, aunque es una de las causas del problema, también puede ser visto como una potencial fórmula de solución, ya que muchos de estos profesionales desempeñan posiciones destacadas en sus nuevos puestos de trabajo y generalmente tienen una actitud abierta de apoyo para interactuar con sus pares que no emigraron.

Algunas recomendaciones para evitar o superar la endogamia organizacional son promover alianzas sinérgicas, tanto locales, como nacionales e internacionales, que incluyan intercambio de experiencias, personas y tecnología; desarrollar proyectos conjuntos interinstitucionales; fomentar la apertura a nuevas ideas con visión de futuro; construir y buscar nuevas oportunidades de superación y de búsqueda permanente de la excelencia como un hábito organizacional; mantener las raíces de las bases conceptuales de principios y valores fundamentales, pero al mismo tiempo fomentar la flexibilidad táctico-operativa que le permita protagonizar las innovaciones para adaptarse a los cambios; estimular la conexión e intercambio global articulados y adaptados a las peculiaridades locales en un proceso interactivo constante; evitar ver lo diferente y externo como un riesgo de amenaza y tratar de aprovechar los diversos aportes como oportunidades de producir nuevos resultados que sean mejores. El gerente en la actualidad debe entender y enfrentar el reto de construir una institución con fuertes raíces locales, pero con alcance global que le permita articularse con diferentes niveles en un mundo hiperconectado, con gerentes locales desde el punto de vista operativo que tengan visión global que contemple el desarrollo de estrategias globales, enmarcadas en el contexto de la glocalidad.

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