Las TICs nuestras de cada día
Entre las revoluciones más importantes de nuestras vidas están la telefonía celular, internet y las redes sociales. La sinergia entre ellas tres incrementan sus impactos en nuestra existencia redefiniendo la sociedad misma en todos sus órdenes. Demos un breve, muy breve, recorrido por algunos efectos de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
La telefonía móvil e internet han cambiado tanto las comunicaciones que frecuentemente es más fácil comunicarse con alguien lejano físicamente en lugar de uno cercano. Al respecto recuerdo una reunión en un café con un amigo, su hijo, el mío y yo para tratar un asunto de común interés. Progresivamente fueron sonando nuestros celulares y de pronto todos estábamos conversando con alguien tan ajeno como ausente a nuestro encuentro. Justo cuando así estábamos entró un conocido de los cuatro quien con fina ironía nos dice al vernos “Qué, ¿se están comunicando?” y es que toda comunicación humana tiene este doble efecto: nos acerca a unos y nos aleja de otros. Al usar las TICs intensivamente el lenguaje (natural, corporal o códigos binarios), absorben una característica típica de estos, cual es su capacidad de unir y segregar simultáneamente, pues si bien todo lenguaje permite compartir ideas y experiencias, también funcionan como diferenciadores de los grupos humanos (al igual que las características fenotípicas), al punto que dentro de un mismo idioma grupos crean sus propios códigos, como las sectas, los jóvenes, los gremios profesionales y los distintos países. En los lenguajes latinos es muy común que palabras iguales o muy parecidas signifiquen cosas bastante distintas., como es el caso de amable en castellano y amabili en italiano. En español significa cortés, bien educado, mientras que en italiano designa a alguien a quien se puede amar, que es digno de ser amado del mismo modo que comestible alude a algo que se puede comer.
La naturaleza de las nuevas tecnologías es lanzarnos a conexiones y desconexiones. Pueden conectarnos con personas y realidades distantes y al mismo tiempo sustraernos del contexto inmediato, por lo que más de uno ha caído en un hueco mientras camina hablando por su celular o ha perdido su vida por conversar mientras maneja. Por su parte, si bien internet es hoy por hoy la nueva biblioteca de Alejandría la cantidad de información disponible hace necesario filtrar la útil de la inútil, que es la más abundante, produciendo un efecto que ha sido llamado “infoxicación”. También están cambiando permanentemente los modos y hábitos de consumo. Un estudio revela que para muchos jóvenes es más atractivo comprar un celular de última generación en lugar de un auto último modelo y es que hoy la sensación de libertad la brinda más el celular que el automóvil. También la compra de cámaras fotográficas, de música y libros entre otros productos se ven afectados. Hoy ya no es necesario viajar para conocer el Louvre o la Capilla Sixtina y los mapas satelitales posibilitan “visitar” cada vez más un creciente número de lugares. Observaciones semejantes pueden hacerse en torno a las redes sociales las cuales por un lado fomentan la construcción de nuevas comunidades, pero han servido para disolver o alterar sustancialmente muchas de las existentes. Las TICs nos reiteran a su modo que nada es solo bueno o solo malo y su arrollador impacto pone de manifiesto que la telefonía móvil es hoy una necesidad básica e internet un derecho humano.
El gobierno, el comercio y la política electrónicos, o 2.0 como también se les tiende a llamar, son realidades en expansión. También han aparecido nuevos delitos conjuntamente con nuevos medios de persecución y visibilización. La ONGTransparencia es una pesadilla para muchos burócratas. La visibilidad “urbi et orbi” instantánea de personas y sucesos, así como la difuminación de las fronteras entre vida privada y derecho a la información son parte de los cambios operados y del dolor de cabeza de nuestras celebridades quienes, como todo el mundo, se encuentran bajo la mirada de una “vigilancia activa” colectiva.
Sus efectos se sienten hasta en la manera de caminar según algunos estudios y la dependencia personal de las TICs es tal que para muchos es una verdadera angustia no tener a la mano su celular o disponible su conexión a internet por la imposibilidad de obtención de información, fundir realidad virtual y realidad física, decidir cuándo y cómo quieren conectarse con otras personas, sin olvidar las capacidades de realización de compras, trámites, pagos de servicios, consultas de saldos y muchas gestiones más. Para algunas personas su carencia es el modo tecnológico del exilio social, la catalepsia tecnológica, la pérdida de la conexión “a tierra” o de la libertad personal. Antes decíamos “pienso, luego existo” hoy, en cambio, decimos “me conecto, entonces soy".
@signosysenales
asuajeguedezd@gmail.com
La telefonía móvil e internet han cambiado tanto las comunicaciones que frecuentemente es más fácil comunicarse con alguien lejano físicamente en lugar de uno cercano. Al respecto recuerdo una reunión en un café con un amigo, su hijo, el mío y yo para tratar un asunto de común interés. Progresivamente fueron sonando nuestros celulares y de pronto todos estábamos conversando con alguien tan ajeno como ausente a nuestro encuentro. Justo cuando así estábamos entró un conocido de los cuatro quien con fina ironía nos dice al vernos “Qué, ¿se están comunicando?” y es que toda comunicación humana tiene este doble efecto: nos acerca a unos y nos aleja de otros. Al usar las TICs intensivamente el lenguaje (natural, corporal o códigos binarios), absorben una característica típica de estos, cual es su capacidad de unir y segregar simultáneamente, pues si bien todo lenguaje permite compartir ideas y experiencias, también funcionan como diferenciadores de los grupos humanos (al igual que las características fenotípicas), al punto que dentro de un mismo idioma grupos crean sus propios códigos, como las sectas, los jóvenes, los gremios profesionales y los distintos países. En los lenguajes latinos es muy común que palabras iguales o muy parecidas signifiquen cosas bastante distintas., como es el caso de amable en castellano y amabili en italiano. En español significa cortés, bien educado, mientras que en italiano designa a alguien a quien se puede amar, que es digno de ser amado del mismo modo que comestible alude a algo que se puede comer.
La naturaleza de las nuevas tecnologías es lanzarnos a conexiones y desconexiones. Pueden conectarnos con personas y realidades distantes y al mismo tiempo sustraernos del contexto inmediato, por lo que más de uno ha caído en un hueco mientras camina hablando por su celular o ha perdido su vida por conversar mientras maneja. Por su parte, si bien internet es hoy por hoy la nueva biblioteca de Alejandría la cantidad de información disponible hace necesario filtrar la útil de la inútil, que es la más abundante, produciendo un efecto que ha sido llamado “infoxicación”. También están cambiando permanentemente los modos y hábitos de consumo. Un estudio revela que para muchos jóvenes es más atractivo comprar un celular de última generación en lugar de un auto último modelo y es que hoy la sensación de libertad la brinda más el celular que el automóvil. También la compra de cámaras fotográficas, de música y libros entre otros productos se ven afectados. Hoy ya no es necesario viajar para conocer el Louvre o la Capilla Sixtina y los mapas satelitales posibilitan “visitar” cada vez más un creciente número de lugares. Observaciones semejantes pueden hacerse en torno a las redes sociales las cuales por un lado fomentan la construcción de nuevas comunidades, pero han servido para disolver o alterar sustancialmente muchas de las existentes. Las TICs nos reiteran a su modo que nada es solo bueno o solo malo y su arrollador impacto pone de manifiesto que la telefonía móvil es hoy una necesidad básica e internet un derecho humano.
El gobierno, el comercio y la política electrónicos, o 2.0 como también se les tiende a llamar, son realidades en expansión. También han aparecido nuevos delitos conjuntamente con nuevos medios de persecución y visibilización. La ONGTransparencia es una pesadilla para muchos burócratas. La visibilidad “urbi et orbi” instantánea de personas y sucesos, así como la difuminación de las fronteras entre vida privada y derecho a la información son parte de los cambios operados y del dolor de cabeza de nuestras celebridades quienes, como todo el mundo, se encuentran bajo la mirada de una “vigilancia activa” colectiva.
Sus efectos se sienten hasta en la manera de caminar según algunos estudios y la dependencia personal de las TICs es tal que para muchos es una verdadera angustia no tener a la mano su celular o disponible su conexión a internet por la imposibilidad de obtención de información, fundir realidad virtual y realidad física, decidir cuándo y cómo quieren conectarse con otras personas, sin olvidar las capacidades de realización de compras, trámites, pagos de servicios, consultas de saldos y muchas gestiones más. Para algunas personas su carencia es el modo tecnológico del exilio social, la catalepsia tecnológica, la pérdida de la conexión “a tierra” o de la libertad personal. Antes decíamos “pienso, luego existo” hoy, en cambio, decimos “me conecto, entonces soy".
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