El factor h
El impacto de esa obra se puede calibrar mediante el factor h (del físico, J.E. Hirsch), que compendia en una cifra, el número de publicaciones y las veces que son citadas en la literatura científica
En la investigación científica hay un dicho, “publica o perece”, es decir, que de poco valen las contribuciones de un académico si éste no registra sus observaciones en publicaciones con revisión de pares. En la medicina, ocurre igual con las técnicas y protocolos clínicos y quirúrgicos basados en evidencias, verificables y reproducibles. El impacto de esa obra se puede calibrar mediante el factor h (del físico, J.E. Hirsch), que compendia en una cifra, el número de publicaciones y las veces que son citadas en la literatura científica. Por ejemplo, un factor h = 10, significa diez artículos publicados y citados al menos diez veces cada uno. También se añade un índice más dinámico, “m”, resultante de dividir el valor de “h” por el número de años de las publicaciones de cada autor. Ambas cifras distinguen, también, a las revistas de investigación más reputadas.
Para estos cálculos, hay una red social con más de 20 millones de investigadores del mundo entero, ResearchGate, que computa tales valores y otros como el número de lecturas y descargas de internet (altmétrica), de cada artículo publicado, así como toma en cuenta el interés científico de otros autores en lo que cada uno publica. En Venezuela, centenares de investigadores dentro y fuera del país forman parte de esa red, de tal suerte que es posible saber con dos o tres clics, quién es quién
Fue así como observamos las cifras nuestras con relación a las de países avanzados del Norte. Por ejemplo, un profesor titular estadounidense tiene como promedio un factor h= 18, y acá, un premiado de la Fundación Empresas Polar, alcanza una media de h= 30. No obstante, hay corporaciones nacionales de inicios del pasado siglo, cuyos doctores en posiciones directivas apenas alcanzan un h=1; y el 85% de su membresía está ausente de la clasificación ResearchGate y la de GoogleScholar, es decir, con poco o ningún impacto visible. El camino hacia la ciencia y tecnología futura del país es arduo y extenso.
@rrangelaldao
Para estos cálculos, hay una red social con más de 20 millones de investigadores del mundo entero, ResearchGate, que computa tales valores y otros como el número de lecturas y descargas de internet (altmétrica), de cada artículo publicado, así como toma en cuenta el interés científico de otros autores en lo que cada uno publica. En Venezuela, centenares de investigadores dentro y fuera del país forman parte de esa red, de tal suerte que es posible saber con dos o tres clics, quién es quién
Fue así como observamos las cifras nuestras con relación a las de países avanzados del Norte. Por ejemplo, un profesor titular estadounidense tiene como promedio un factor h= 18, y acá, un premiado de la Fundación Empresas Polar, alcanza una media de h= 30. No obstante, hay corporaciones nacionales de inicios del pasado siglo, cuyos doctores en posiciones directivas apenas alcanzan un h=1; y el 85% de su membresía está ausente de la clasificación ResearchGate y la de GoogleScholar, es decir, con poco o ningún impacto visible. El camino hacia la ciencia y tecnología futura del país es arduo y extenso.
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