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El grafiti romano

Ciertos divorcios, mientras más dinero haya de por medio, más complejos son. Quizá es lo que le pasó al “señor Salmones”, quien, en medio del litigio, prefirió el escándalo público al arreglo consensuado y discreto...

  • NELSON TOTESAUT RANGEL

31/07/2022 05:04 am

No todos los grafiti son arte, pero casi todos son actos de vandalismo. Al menos así se originó, como una expresión anárquica y pública. Es una práctica tan vieja como el hombre. Y no me refiero a aquellos grabados en las cavernas del hombre neandertal, sino de vestigios históricos conservados en Pompeya y Herculano, que nos demuestran que la evolución se ha dado sólo para algunas etapas del ser humano.

Hace unas semanas un grafiti acaparó las noticias. Unos vándalos escribieron: Aliens exists en el Panteón de Roma, seguramente creyendo que se trataba de un buen chiste. La noticia dio la vuelta al mundo e indignó a la población en general. Se usaron láseres para borrarlo, pero se piensa que costará mucho recuperar su color original.

Pero es probable que no sea el primer grafiti que ha conocido el Panteón. Para darse una idea, propongo la serie de HBO Roma, una fantástica adaptación que detalla de manera estupenda gran parte de la cotidianidad de aquellos tiempos. Esa cotidianidad, romantizada al exceso, se ha perdido en el imaginario colectivo actual: pensando que Roma era aquella macro urbe de mármol blanco y de funcionamiento perfecto. Todo lo contrario, tanto en su estética como en su organización. Se trataba de una pintoresca ciudad, sucia, caótica, peligrosa, maloliente y grafiteada.

Pero los vestigios de la otrora urbe que se hizo orbe se conservan hoy en día como memoria del pasado. La mayoría sobrevivió hasta nuestros días por la reutilización y adaptación que le hizo la iglesia. Así pasó con el Panteón de Agripa, iniciado por orden de Augusto y terminado por Adriano, que terminó convertido en una Iglesia dedicada a la Virgen María. Esto último, desde el siglo VII.

Se terminó de construir en el año 126, lo que lo hace un templo, completo, intacto y en uso, de dos mil años. Fácil se dice, pero en dos mil años mucho ha evolucionado Roma y el mundo. Ha sido testigo de la caída del Imperio y el levantamiento de la República Italiana, antes pasando por el control de los Papas y luego de los monarcas. De varias guerras locales, regionales y mundiales. Pero ahí sigue, bien conservado, siendo patrimonio de la humanidad desde 1980 y prometiendo durar una eternidad.

Pero muchos no concientizan la importancia de la preservación del patrimonio. Fue Napoleón uno de los grandes romanistas que lo hizo y buscó convertir a la ciudad eterna en la segunda capital de su Imperio. Hoy, Roma es la capital de un país, y no de un Imperio, con una población que tiene el privilegio de gozar de la grandeza del pasado en sus calles. Ese privilegio viene con la responsabilidad de cuidarlo.

Nota al pie: irse haciendo un escándalo
No todos los divorcios terminan bien, al contrario. La mayoría suele ser traumático. Leía una entrevista al magnate milanés Fedele Confalonieri en donde precisaba: “Conocí a mi esposa Annick durante unas vacaciones en Grecia. Tenía veinte años, y no nos hemos dejado jamás. Ahora se dejan después de la primera discusión… qué hacen, ¿te buscas a una de treinta años más joven? Yo no soy de ese tipo”. La posición de Confalonieri es, sin duda, cada día más extraña.

Ciertos divorcios, mientras más dinero haya de por medio, más complejos son. Quizá es lo que le pasó al “señor Salmones”, quien, en medio del litigio, prefirió el escándalo público al arreglo consensuado y discreto. Se fue de juerga una noche, terminó con una escort brasilera. Estuvo hasta el amanecer y decidió llevársela a un club exclusivo del que forma parte en La Moraleja, Madrid. Ahí, orinó en un arbusto, mientras que su acompañante, quien evidentemente desafinaba en el ambiente, tomaba sol topless. Las normas del club son muchas, y el se las saltó todas. No sólo las de las buenas costumbres (en donde se prohíbe entre otras cosas el busto descubierto de las mujeres), sino el tampoco haber pagado la invitación, de cuarenta euros.

La esposa de Salmones quiere la acción del club y probablemente se la quede. Por eso el escándalo montado por el señor quien, ante la derrota, prefirió la salida vergonzosa. La sociedad no sólo se rige por normas formales, sino también por las buenas costumbres y los usos sociales. Las primeras traen sanciones claras, las segundas no tanto. Pese a ello, muchas veces las segundas afectan más que las primeras. Esto bien lo sabe Salmones.

@NelsonTRangel

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