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Niños migrantes. Aquarius

CARLOS SAINZ MUÑOZ. No hay causa que merezca más alta prioridad y humanismo que la protección y desarrollo de los derechos del niño, niñas y adolescentes

  • CARLOS SAINZ MUÑOZ

21/06/2018 05:00 am

Siempre hemos sostenido en nuestro modesto artículo que el derecho del trabajo es el más social de los derechos, que ha sido producto de las luchas, sacrificios, represiones, inclusive ejecuciones, de los hombres y mujeres que formaron la clase obrera; recordemos la matanza de Chicago del primero de mayo de 1886. 

Es lamentable el fenómeno social colectivo representado por las migraciones indetenibles cuyas causas tienen su origen en los conflictos bélicos, persecuciones, sin posibilidades económicas a civiles de obtener empleos dignos frente a la actividad conflictiva en Siria, Libia, Serbia, y los territorios saharianos, que están generando migraciones incesantes que tratan de huir de las guerras, el terror y las persecuciones. Los más perjudicados son los de la población civil y dentro de ellos los más desprotegidos, discriminados, son los niños, niñas y adolescentes, y estas oleadas de desesperados sin esperanza ha sobrepasado a la Unión Europea (UE) en la cual estas migraciones buscan la protección de la UE para lograr el cobijo, apoyo y ponerse a salvo del horror de sus países de origen. 

El caso del buque Aquarius con 629 migrantes, hombres y mujeres, de los cuales 123 son menores, once bebés y cuatro embarazadas (Cruz Roja, Unicef España), navegando en condiciones difíciles y críticas, sin agua ni alimentos, hacinados con los niños. Migrantes sometidos a los peores riesgos y desprotección. En esas condiciones estuvieron navegando más de cinco días pidiendo autorización humanitaria para atracar el buque en puertos a pocas millas, fueron negados por Mónaco, Italia, entre otros países. La Italia que canta bella Chao, solo aportó dos buques para escoltar al Aquarius. 

Con un gesto solidario y valiente que lo honra, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ofreció sin titubear el apoyo de su gobierno para recibir y atender por razones humanitarias (en el puerto de Valencia) al buque Aquarius, y la comunidad de Valencia atender a todos los migrantes con asistencia médica, alimentación, ropa, y con esmero solidario a todos los menores, bebés y embarazadas. Es justo reconocer a los valientes solidarios voluntarios de la Cruz Roja y Unicef que subieron a bordo del Aquarius, atendiéndolos durante toda la travesía al puerto de Valencia. 

No hay causa que merezca más alta prioridad y humanismo que la protección y desarrollo de los derechos del niño, niñas y adolescentes amparados por la Convención Internacional de las Naciones Unidas (ONU) de los Derechos del Niño, conocida con las siglas CDN, y ratificada por los países de la UE.  

El acto de salvamento del Aquarius merece reconocimiento internacional; que sigan el ejemplo del valiente presidente Pedro Sánchez. Como siempre ante actos heroicos surgen críticas normativas, pero cuando haya contradicción entre el derecho y la justicia, lucha por ésta. 

@laborasainz 
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