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Saime: hacia lo moderno, ojalá

Lamentablemente los registros son otro dolor de cabeza. Entre sacar la cita e ir a una oficina en especial y pagar tarifas dolarizadas, al venezolano que quiere hacer un trámite se le va vida

  • TOMÁS SOCÍAS LÓPEZ

28/05/2022 05:00 am

El ejemplo del Saime
Ya estamos a 22 años de iniciado el siglo XXI y en algunos aspectos el Estado venezolano se rige por normas del siglo pasado.

Nos referimos a la enorme fila de trámites que aún se hacen a “la antigua”, cuando tenemos la capacidad de desempeñarnos dentro de la modernidad y la tecnología.

Pobre automatización
Es lamentable que haya empresas del Estado donde la automatización aún no ha llegado, pese a que ahora todo funciona a través del Internet, las redes, por aplicaciones y teléfonos inteligentes.

Tampoco se trata de imponerlo, como antes y que “todos los trámites sean por Internet”, pero sí gran parte de ellos. Lo que importa es que sea un Estado eficiente en este sentido.

Y sin Internet en el país
Además, en un solo ejemplo pedíamos Internet y por meses y todavía no se han devuelto pagos, sorpresivamente sacamos del Saime al banco del Estado, el banco de Venezuela, dejando miles de usuarios atrapados con su pago y obligados a cancelar la misma cantidad por otro banco sin honrar lo que ya se pagó ¡Qué desastre!

Pero, hablando de modernidad del Estado, ponemos el ejemplo del Saime. No entregaron pasaportes en un año, y aún hoy en día sigue el desastre de las legalizaciones y los apostilles en los registros, donde el Saren es un desastre.

Un paso adelante
Pero, sin embargo, es un ejemplo en los intentos de modernización del Estado.

El Saime actual se ha modernizado y tecnificado de tal manera que un servicio que hasta hace relativamente poco tiempo era un dolor de cabeza, han mejorado en el tiempo para tramitar documentos importantes como los pasaportes y que no solo ha disminuido los lapsos, sino que ha mejorado considerablemente el servicio.

Todo ello a pesar de las colas de más de 300 personas en las oficinas del Saime en todo el país y de los cierres una semana sí y otro no del centro u oficina central ubicada en El Silencio, en el centro de Caracas.

Inexplicable, para autentificar datos filiatorios o pedir un simple permiso escrito, que debería de estar en el sistema en el aeropuerto, para personas de doble nacionalidad.

Antes y el pobre antes
Antes, la página del Saime no abría, conseguir la clave y el usuario era un martirio y las citas, cuando por fin te la daban, era para dentro de seis meses o más.

Ahora, ese tiempo, entre la cita y que tengas tu pasaporte en la mano no pasa de solo un mes y medio o menos.

Entrega exprés
De paso, ahora hay entrega exprés y se anuncian nuevos equipos para hacer más expedito el servicio, eso sin contar con que la entrega en el exterior que ha o está mejorando considerablemente.

Claro, la meta debe ser entregar el pasaporte de inmediato y por supuesto en el futuro, podría ser entregar la impresión y distribución del documento al sector privado, como ocurre en otros países.

Abrirse a la modernidad
Este ejemplo del Saime debería aplicarse en todas y cada una de las empresas del Estado.

Cuántas veces no se han anunciado taquillas únicas para hacer los trámites, pero eso no se cumple.

Hay estudios que hablan de que los venezolanos, los empresarios y emprendedores pasan horas haciendo trámites que en el mundo moderno se hacen en línea y son casi inmediatos.

Los registros un desastre
En Venezuela, lamentablemente los registros son otro dolor de cabeza. Entre sacar la cita e ir a una oficina en especial y pagar tarifas dolarizadas, al venezolano que quiere hacer un trámite se le va vida.

Y hablamos de registros de documentos como títulos de estudios, notas, documentos personales como partidas de nacimiento o matrimonio.

También hay obstáculos cuando alguien quiere abrir un negocio y tiene que registrarlo.

En estos casos, el sector privado también podría intervenir, ofreciendo sus instalaciones y otros servicios.

En la misma tónica se coloca la expedición de documentos como las licencias de conducir o certificados médicos, así como el apostille y la legalización.

Necesitamos un Estado moderno que, en buena medida, también genera confianza para los inversionistas que tanto necesita Venezuela.

Analista Económico y Político e Internacionalista.
- Mail, TsociasL@gmail.com
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