En un mundo en el que usualmente se resalta la importancia de las grandes cosas, los grandes logros, esto se hace al mismo tiempo menospreciando las pequeñas cosas, los pequeños detalles. Lo cierto es que este mundo con frecuencia se apoya en las pequeñas cosas. Por ejemplo ¿dónde aparece la integridad? en las cosas que nadie ve, en las cosas detrás de escena, y en las pequeñas elecciones de la vida, invisibles y poco vistosas, aquellas donde elegimos hacer lo correcto aunque nadie lo vaya a ver jamás. Asimismo hay pequeñas cosas que también pueden hacer mucho daño: un pequeño boquete puede hundir un gran barco; pequeños golpes derriban grandes árboles; un pequeño eslabón puede romper toda una cadena; un pequeño fósforo puede iniciar un incendio de grandes proporciones; un pequeño chisme puede acabar con la reputación y hasta con la vida de alguien. De hecho los problemas pequeños son muy importantes: usualmente solo enseñan la punta del iceberg e indican que hay algo mucho más profundo y mayor que anda mal.

Por otro lado los jóvenes sobre todo tienen una ocasión de oro para aportar en la construcción de un nuevo mundo (#ModoConstruir), a través de las pequeñas cosas de la vida cotidiana: una sonrisa, una palabra amable, pequeñas palmadas de aliento en la espalda de alguien que lo necesita, gestos de solidaridad, la fidelidad en las pequeñas actividades rutinarias en el trabajo, en el hogar, etc. Cosas que hoy día no se les da casi importancia, aunque son las que hacen posible que el mundo siga funcionando.

Hay muchas personas que al percatarse de la situación en que se halla hoy el mundo están dispuestas a hacer algo, a aportar su granito de arena para ayudar a que las cosas sean distintas. Aunque muchas veces no lo hacen porque piensan que tienen que hacer algo grande, muy vistoso…cuando en realidad el mundo necesita cada vez más de los pequeños gestos, la fidelidad en las pequeñas cosas, tal como dijimos.

Apreciados amigos: no tenemos idea del enorme impacto que puede llegar a tener un pequeño gesto de amor sincero. Al punto de que puede llegar a salvar la vida de una persona, y en su recorrido hasta ella tocar los corazones de varias otras, y así transformarlas para bien. De hecho, así como un poco de agua vertida en la tierra seca puede hacer germinar semillas que duermen ocultas bajo la superficie, las pequeñas manifestaciones de cariño que prodigamos a los demás pueden transformarlos y hacerlos revivir; a quien parecía muerto, hacerlo volver en sí…¡así de inmenso es el poder de un pequeño gesto de amor sincero! ¡Los invito a atreverse a ser multiplicadores de estos!

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