El Cristo del buen viaje y los velorios de Cruz
Hoy tres de mayo el pueblo celebra sus tradiciones, esas que matizadas por la religión y las creencias, permiten agradecer a la vida, la abundancia y la prosperidad
Mayo comienza con energía, fiesta y devoción. Las tradiciones venezolanas tienen muchos elementos de fe. Las creencias se combinan con la alegría y el fervor se muestra en su esplendor.
La colonización trajo nuevas costumbres, deidades y creencias, produciendo un sincretismo que conjuga a tres continentes e igual cantidad de razas, enriquecido con la alegría, unión y jovialidad propios de este país.
El hecho religioso termina en ocasiones como excusa para la celebración. La fiesta popular se enciende al margen del culto y lo nutre.
Esa es parte esencial de nuestra naturaleza, de la esencia que nos hace únicos, nos representa y visibiliza.
En Pampatar, isla de Margarita, se celebra el Cristo del buen Viaje, una tradición con tanta fuerza como la Virgen del Valle pero focalizada principalmente en esta zona de la isla.
Cuenta la creencia popular y las investigaciones históricas que el Cristo vino desde España a principios del siglo XVIII con destino a República Dominicana, pero una tormenta obligó al bergantín Santa Lucia a desviarse hasta el puerto de Pampatar.
En sucesivas ocasiones se trató de embarcar la imagen del Cristo para llevarla a su destino inicial pero el clima, y en oportunidades el peso de la imagen, hicieron imposible completar la misión.
Así el Cristo hizo morada en la pequeña iglesia del pueblo, la hoy Basílica del Santísimo Cristo del Buen Viaje. Fue construida en 1748 por Antonio de la Espada, jefe del castillo San Carlos Borromeo que se encuentra en frente, puerta con puerta, con el templo. Con esto se facilitaba que los soldados pudiesen observar las actividades religiosas desde su puestos.
La relación es muy próxima entre los creyentes y el Cristo. Los pescadores le atribuyen exitosas pescas luego de encomendarle a él la faena. También dicen que el Cristo va con ellos en sus viajes y comparte como uno más, con bromas y risas durante la jornadas.
El tres de mayo todo Pampatar celebra al Cristo del Buen Viaje, su patrono y protector de los hombres del mar. Este día las fiestas y manifestaciones culturales toman la plaza y la comunidad.
También el 3 de este quinto mes del año se conmemora la Cruz de Mayo, ritual para agradecer la fertilidad y la salud. Los altares se colman de frutas y flores cómo ofrendas por los favores concedidos.
El velorio de la Cruz, por su parte, es la celebración que comienza en la víspera, cuando en torno al altar la comunidad se congrega para celebrar con devoción esta tradición.
Primero hacen invocaciones a la Cruz, luego se hace un rosario cantado para dar paso, finalmente, a los cantos que animan la celebración.
En el centro del país se entonan fulías y se recitan décimas. En los llanos se cantan tonos de velorios y en el oriente la celebración la amenizan con galerones, malagueñas, jotas y punto.
Los anfitriones preparan comidas criollas y bebidas especiales para la celebración que son ofrecidas a quienes comparten esta tradición que se prolonga hasta el amanecer.
Aunque por la solemnidad del evento no se debe bailar, hay lugares donde guardan la cruz o se le cubre con una sábana blanca para dar oportunidad al baile. En los llanos y el oriente del país predomina el joropo mientras que en la zona central se hace un repique de tambores.
Hoy tres de mayo el pueblo celebra sus tradiciones, esas que matizadas por la religión y las creencias, permiten agradecer a la vida, la abundancia y la prosperidad.
Aprende, crea y emprende.
Comunicador Social UCV
@leozuritave
leozurita.ve@gmail.com
La colonización trajo nuevas costumbres, deidades y creencias, produciendo un sincretismo que conjuga a tres continentes e igual cantidad de razas, enriquecido con la alegría, unión y jovialidad propios de este país.
El hecho religioso termina en ocasiones como excusa para la celebración. La fiesta popular se enciende al margen del culto y lo nutre.
Esa es parte esencial de nuestra naturaleza, de la esencia que nos hace únicos, nos representa y visibiliza.
En Pampatar, isla de Margarita, se celebra el Cristo del buen Viaje, una tradición con tanta fuerza como la Virgen del Valle pero focalizada principalmente en esta zona de la isla.
Cuenta la creencia popular y las investigaciones históricas que el Cristo vino desde España a principios del siglo XVIII con destino a República Dominicana, pero una tormenta obligó al bergantín Santa Lucia a desviarse hasta el puerto de Pampatar.
En sucesivas ocasiones se trató de embarcar la imagen del Cristo para llevarla a su destino inicial pero el clima, y en oportunidades el peso de la imagen, hicieron imposible completar la misión.
Así el Cristo hizo morada en la pequeña iglesia del pueblo, la hoy Basílica del Santísimo Cristo del Buen Viaje. Fue construida en 1748 por Antonio de la Espada, jefe del castillo San Carlos Borromeo que se encuentra en frente, puerta con puerta, con el templo. Con esto se facilitaba que los soldados pudiesen observar las actividades religiosas desde su puestos.
La relación es muy próxima entre los creyentes y el Cristo. Los pescadores le atribuyen exitosas pescas luego de encomendarle a él la faena. También dicen que el Cristo va con ellos en sus viajes y comparte como uno más, con bromas y risas durante la jornadas.
El tres de mayo todo Pampatar celebra al Cristo del Buen Viaje, su patrono y protector de los hombres del mar. Este día las fiestas y manifestaciones culturales toman la plaza y la comunidad.
También el 3 de este quinto mes del año se conmemora la Cruz de Mayo, ritual para agradecer la fertilidad y la salud. Los altares se colman de frutas y flores cómo ofrendas por los favores concedidos.
El velorio de la Cruz, por su parte, es la celebración que comienza en la víspera, cuando en torno al altar la comunidad se congrega para celebrar con devoción esta tradición.
Primero hacen invocaciones a la Cruz, luego se hace un rosario cantado para dar paso, finalmente, a los cantos que animan la celebración.
En el centro del país se entonan fulías y se recitan décimas. En los llanos se cantan tonos de velorios y en el oriente la celebración la amenizan con galerones, malagueñas, jotas y punto.
Los anfitriones preparan comidas criollas y bebidas especiales para la celebración que son ofrecidas a quienes comparten esta tradición que se prolonga hasta el amanecer.
Aunque por la solemnidad del evento no se debe bailar, hay lugares donde guardan la cruz o se le cubre con una sábana blanca para dar oportunidad al baile. En los llanos y el oriente del país predomina el joropo mientras que en la zona central se hace un repique de tambores.
Hoy tres de mayo el pueblo celebra sus tradiciones, esas que matizadas por la religión y las creencias, permiten agradecer a la vida, la abundancia y la prosperidad.
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