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¿Revocatorio o presidenciales?

Por ahora, lo viable luce ser atender, desde ya, la ruta de la elección presidencial del 2024. En este camino, tanto la oposición como el oficialismo pueden hacerlo de maneras que beneficien o perjudiquen a la población...

  • JOSÉ ANTONIO GIL YEPES

27/01/2022 05:03 am

Esta pregunta se hizo ociosa desde que los tres Rectores chavistas con mayoría en el CNE liquidaron la posibilidad de que se reúnan firmas equivalentes al 20% del registro electoral, 4.385.987 firmas, en 12 horas del 26-01-2022 (antes 53 días) y utilizando 1.200 centros electorales, lo cual equivale a recoger 5 firmas por minuto/por centro. Peor, la resolución del CNE incluye que ese 20% debe cumplirse en cada estado, lo cual es inconstitucional porque la jurisdicción presidencial es nacional. También apareció el elemento miedo a represalias por firmar al declarar Diosdado Cabello que van a exigir al CNE que le entregue al PSUV la lista de firmantes; recordando, al propósito, para promover la abstención, la “Lista Tascón” que fue utilizada por el gobierno de Hugo Chávez para negar cargos, contratos, jubilaciones, pagos, etc., a quienes solicitaron revocarle su mandato.

Una ironía sobre la muerte al nacer del revocatorio es que Mover, uno de los solicitantes, pidió que no se vaya a firmar bajo las condiciones establecidas. También es irónica la situación porque era obvio que el revocatorio estaba ganado por ese 85% de entrevistados por Datanalisis en diciembre que desea que NM sea sustituido en el año en curso.

Por ahora, lo viable luce ser atender, desde ya, la ruta de la elección presidencial del 2024. En este camino, tanto la oposición como el oficialismo pueden hacerlo de maneras que beneficien o perjudiquen a la población.

En la ruta de la oposición, las aguas se parten desde el inicio, dependiendo del enfoque que le dé a las llamadas “condiciones electorales”. Lo que ha prevalecido es exigir mejores condiciones al gobierno; tales como habilitación de dirigentes opositores, no ventajismo en la propaganda oficial ni usos de recursos públicos para hacer campaña, etc. Sin embargo, estas condiciones ni se han logrado, ni se van a lograr en un régimen hegemónico. Pero es que tampoco son estas las condiciones más importantes que tienen que lograrse para ganar elecciones. Las condiciones más relevantes para la oposición son las que ella misma debe ofrecer: unificarse, elegir un candidato unitario atractivo, con tiempo, apoyarlo, formular un Plan País y educar a la población sobre ese plan ofreciéndolo para la solución de las necesidades cotidianas. Este enfoque es tan relevante que representa lo opuesto a lo que usa el chavismo para ganar elecciones: promover la abstención y la multiplicidad de candidatos de la oposición para dividir el voto. Y esta estrategia no le funcionó al oficialismo en Barinas porque la MUD se articuló alrededor de Sergio Garrido y porque, al ver a buena parte de la oposición unida, motivó el voto y le dió credibilidad a su candidato, por lo que la ciudadanía concentró su voto en Garrido. Es decir, que este último ganó por las condiciones que puso la oposición, no por las que le concedió el chavismo. Por el contrario, dichas condiciones fueron tan malas, que el triunfo de Garrido fue aupado por la ira que provocó el que el TSJ le negase en triunfo al candidato opositor, Freddy Superlano, en la elección anterior. A semejante atropello, se le sumaron la inhabilitación de dos posibles sustitutos de Superlano, la sobresaturación de propaganda oficial, el reparto en gandolas de bienes de línea blanca, etc. En conclusión, eso de exigirle buenas condiciones electorales al gobierno ya está tan manido y fracasado que se hace sospechoso insistir en que sea el gobierno quien ponga las fulanas condiciones si es que eso sirve para esconder que no se han puesto las propias.

Por parte del chavismo también surgen rutas alternativas. La vigente ha sido arruinar el país con los peores servicios públicos, malas políticas económicas, inseguridad personal y jurídica, tolerando la ineficiencia y corrupción para que un pueblo ahogado en problemas sea fácil presa de dominación. Pero esta ruta ha implicado la pérdida del apoyo popular y que el chavismo, en vez de ganar elecciones con alrededor del 55% de los votos, hoy tiende a perderlas todas; a menos que la población se abstenga de votar y se divida el voto opositor. Sin embargo, los chavistas que quieren recuperar su movimiento saben que no puede seguir montados en semejante disparate. Su opción es que el gobierno descentralice, gire sus políticas económicas hacia el centro y se entienda con el empresariado nacional y extranjero y consiga moderar las sanciones para recuperar la economía y su conexión con la población. El chavismo tiene vía libre para esta reconexión mientras la oposición no “se componga”porque también se encuentra desconectada de la población por su divisionismo, por enfocarse en ser oposición para sacar al gobierno, en vez de hacer política ofreciendo una alternativa creíble con base en su unidad, una figura que sea referente nacional y en un Plan País que sirva de guión para pintar esperanzas mediante el acompañamiento a la población en la solución de sus problemas cotidianos.
 
@joseagilyepes
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