Si hay un personaje con la capacidad de convocar venezolanos en Madrid, ese es Ignacio Izcaray. Su calidad humana y su música hacen que se vea rodeado del afecto de connacionales y españoles y, año tras año, un concierto conmemora su fecha natalicia, como una gran fiesta en la que todos celebramos su talento, su música y su venezolanidad.
No es la primera vez que escribo sobre Ignacio: sigo su trayectoria desde hace años, y no solo he rendido homenaje a sus composiciones, sino también a sus ideas, como en aquel artículo en que desarrollaba la metáfora del “Síndrome de Superman” , concebida por él, y que nada tiene que ver con el conjunto de síntomas físicos agrupados por la ciencia bajo este cuño: Superman puede volar, puede ir a donde quiera, menos a su planeta. Y lo único que hace vulnerable al superhéroe es una sustancia que proviene de ese planeta, la kriptonita. Así es Venezuela en la diáspora: sal sobre las heridas, ausencia y también aliento, espíritu de lucha.
Ignacio es el autor de bellísimas canciones interpretadas por Simón Díaz, Serenata Guayanesa, Cecilia Todd y otros destacados artistas nacionales, y ha compartido escenario con figuras de la talla de Serrat o Sabina en otras ocasiones. Como productor, y durante su tránsito por Radio Caracas Televisión, generó proyectos como el Canto al Milenio. Pero es sin duda, y ante todo, el creador de canciones como Tonada para dos tristezas, Cómo Podré o Pruébame .
Es excelente músico, excelente compositor, excelente persona. Su voz se acrisola con el tiempo, y sigue hipnotizando al público y cosechando adeptos. Este año, por ejemplo, se sumó al número de los invitados a su concierto de cumpleaños Amaya Saizar, la mítica cantante del grupo español Trigo Limpio, en cuya voz se popularizaron en los años 70 temas como María Magdalena, Eres como el Mar o Cinco canas más, prueba fehaciente de la estima y el respeto que cosecha el cantautor barquisimetano alrededor del mundo.
Por ello no podemos menos que celebrar el éxito que ha tenido su más reciente disco: Seguiré cantando. El título, que fue también el asignado al concierto producido por Zuly Perdomo en el conocido Café Berlín, responde a la determinación de Ignacio para retomar su actividad tras la pandemia, para beneplácito de sus admiradores.
“Es un disco muy sencillo, acústico: guitarra y piano”, afirma Ignacio. “Lo que le falta en dólares, le sobra en amor, porque a todos los que participamos allí, nos une el afecto. Juan Carlos Torrealba, hijo de Juan Vicente Torrealba, fue quien concibió la idea. Pianista, productor, arreglista e ingeniero de sonido, fue quien desarrolló el proyecto en su estudio de Miami. Involucramos a Gustavo Carucí y a Julio Fowler, quien se emocionó cuando le dije que iba a hacer esto y lo invité a cantar”, explica refiriéndose al artista cubano, reconocido en numerosas oportunidades por su labor, inspirada en la tradición de su país natal, pero con elementos innovadores y rasgos de fusión.
“También hay una canción que lleva coros -prosigue-, y los hacen unos venezolanos que viven en Miami: Pabailá, Luis y su esposa, Andreína Peralta. Todo lo de este disco está lleno de cariño”.
Disponible en distintas plataformas digitales, incluye temas que nunca habían sido incluidos en un proyecto discográfico, como Manual de Identidad, que aparece en dos versiones, y nuevas interpretaciones de las más emblemáticas composiciones de Ignacio Izcaray, como Antigua Receta de Amor.
Celebramos el éxito que ha tenido este nuevo proyecto de nuestro embajador musical en España, deseando que siga cantando (¡y componiendo!) muchos años más.
linda.dambrosiom@gmail.com
No es la primera vez que escribo sobre Ignacio: sigo su trayectoria desde hace años, y no solo he rendido homenaje a sus composiciones, sino también a sus ideas, como en aquel artículo en que desarrollaba la metáfora del “Síndrome de Superman” , concebida por él, y que nada tiene que ver con el conjunto de síntomas físicos agrupados por la ciencia bajo este cuño: Superman puede volar, puede ir a donde quiera, menos a su planeta. Y lo único que hace vulnerable al superhéroe es una sustancia que proviene de ese planeta, la kriptonita. Así es Venezuela en la diáspora: sal sobre las heridas, ausencia y también aliento, espíritu de lucha.
Ignacio es el autor de bellísimas canciones interpretadas por Simón Díaz, Serenata Guayanesa, Cecilia Todd y otros destacados artistas nacionales, y ha compartido escenario con figuras de la talla de Serrat o Sabina en otras ocasiones. Como productor, y durante su tránsito por Radio Caracas Televisión, generó proyectos como el Canto al Milenio. Pero es sin duda, y ante todo, el creador de canciones como Tonada para dos tristezas, Cómo Podré o Pruébame .
Es excelente músico, excelente compositor, excelente persona. Su voz se acrisola con el tiempo, y sigue hipnotizando al público y cosechando adeptos. Este año, por ejemplo, se sumó al número de los invitados a su concierto de cumpleaños Amaya Saizar, la mítica cantante del grupo español Trigo Limpio, en cuya voz se popularizaron en los años 70 temas como María Magdalena, Eres como el Mar o Cinco canas más, prueba fehaciente de la estima y el respeto que cosecha el cantautor barquisimetano alrededor del mundo.
Por ello no podemos menos que celebrar el éxito que ha tenido su más reciente disco: Seguiré cantando. El título, que fue también el asignado al concierto producido por Zuly Perdomo en el conocido Café Berlín, responde a la determinación de Ignacio para retomar su actividad tras la pandemia, para beneplácito de sus admiradores.
“Es un disco muy sencillo, acústico: guitarra y piano”, afirma Ignacio. “Lo que le falta en dólares, le sobra en amor, porque a todos los que participamos allí, nos une el afecto. Juan Carlos Torrealba, hijo de Juan Vicente Torrealba, fue quien concibió la idea. Pianista, productor, arreglista e ingeniero de sonido, fue quien desarrolló el proyecto en su estudio de Miami. Involucramos a Gustavo Carucí y a Julio Fowler, quien se emocionó cuando le dije que iba a hacer esto y lo invité a cantar”, explica refiriéndose al artista cubano, reconocido en numerosas oportunidades por su labor, inspirada en la tradición de su país natal, pero con elementos innovadores y rasgos de fusión.
“También hay una canción que lleva coros -prosigue-, y los hacen unos venezolanos que viven en Miami: Pabailá, Luis y su esposa, Andreína Peralta. Todo lo de este disco está lleno de cariño”.
Disponible en distintas plataformas digitales, incluye temas que nunca habían sido incluidos en un proyecto discográfico, como Manual de Identidad, que aparece en dos versiones, y nuevas interpretaciones de las más emblemáticas composiciones de Ignacio Izcaray, como Antigua Receta de Amor.
Celebramos el éxito que ha tenido este nuevo proyecto de nuestro embajador musical en España, deseando que siga cantando (¡y componiendo!) muchos años más.
linda.dambrosiom@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones