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Guerras y batallas

La guerra como acto bélico también se ha reconfigurado y ahora existen formas de confrontación que permiten doblegar al enemigo sin hacer un solo disparo

  • LEONARDO ZURITA

11/01/2022 05:00 am

Las guerras, históricamente, están vinculadas a acciones armadas entre dos o más países que se enfrentan por el control de una región o riqueza y con el objetivo de someter o eliminar al contrario.

Las batallas son, por su parte, los sucesivos encuentros bélicos en los que se pretende mermar los recursos del oponente hasta vencerlo. No en vano, Carl von Clausewitz, historiador y teórico de la ciencia militar, aseguró que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

Al igual que los de Sun Tzu, los estudios de Clausewitz sobre la guerra terminaron nutriendo las estrategias de negocios, publicidad y marketing. No obstante, se cotidianizó tanto el uso de la guerra hasta banalizarlo y en ciertas sociedades la confrontación armada es adecuada bajo argumentos y abstracciones “morales y éticas” como la libertad, democracia y justicia, sin importar los costos en vidas humanas.

La guerra como acto bélico también se ha reconfigurado y ahora existen formas de confrontación que permiten doblegar al enemigo sin hacer un solo disparo. Del uso de armas de fuego y el monopolio de la guerra por parte del Estado de la primera generación, pasando por la mecanización e industrialización del conflicto de la segunda generación y terminando con la guerra relámpago basada en la velocidad y sorpresa del ataque de la tercera generación que concluye en la segunda guerra mundial, la guerra sigue mutando en acciones tan o más destructivas.

La cuarta generación desconcentra el monopolio de la acción bélica del Estado, incluye a la población civil como objetivo no sólo al sufrir los impactos del conflicto sino a la manipulación ideológica que incide en la percepción al involucrar a los medios de comunicación social como actores del conflicto. El uso de las TIC´s amplía la naturaleza y alcance de la ofensiva. Destaca que no existe diferencia entre tiempos de guerra y de paz, lo que hace al conflicto constante y globalizado gracias a los medios, por lo que no se requiere necesariamente de una lucha ubicada en un territorio específico.

La manipulación de la población con avanzadas operaciones de alienación de manera más individual, y menos colectiva que en la cuarta generación, es posible gracias a la precisión y agudeza tecnológica que brinda el big data, el internet de las cosas, las redes sociales y la inteligencia artificial en esta quinta generación de la guerra. Aquí, las redes sociales son un arma prioritaria ya que generan nuevos escenarios de imaginario colectivo al desinformar o informar falsamente, esto sin contar la manipulación de la política que invade la intimidad del sujeto.

Las guerras de sexta generación son multidimensionales y atacan por diversas áreas para desestabilizar al Estado. Al controlar e incidir sobre la comunicación nacional e internacional genera matrices de opinión contra el actor político o gobierno objetivo, lo que facilita y justifica desestabilizar al afectar la producción y redes de abastecimiento y comercio, los valores y cultura, la economía y moneda y sus actores políticos y forma de gobierno.

En su artículo Las Guerras Black Mirror, Marta Pérez sostiene que las guerras de sexta generación “busca la destrucción total del orden jurídico internacional y de los Estado-Nación, al utilizar como método la guerra económica total y la ciberguerra a través ejércitos difusos, que acaban en Estados difusos como el Estado Islámico”.

En las guerras de séptima generación resalta la amenaza del terrorismo -en tods sus formas y manifestaciones- contra la estructura de la seguridad internacional. Ya no depende de la cantidad de sujetos sino de la capacidad de hacer daño, incluso superior al de ejércitos conformados. “Los Estados caen en confusión y quedan totalmente inmersos en la asimilación del otro como un asunto importante de seguridad”, según Marta Pérez.

Visto esto y si entendemos que las guerras se libran inicialmente por el control de los recursos de un Estado o territorio, debemos entender que siempre existirán motivos para generar una confrontación, más en momentos en el que el orden mundial se reconfigura y emergen nuevos polos de poder económico, político y militar, más allá incluso de los factores ideológicos siempre presentes.

Superar estos ataques multimodales pasa por establecer alianzas y acciones concretas para minimizar el impacto de estos ataques y dirigir con tino, capacidad, templanza, honradez e inteligencia los Estados víctimas de estás agresiones.

Para los ciudadanos de a pie, aquellos que creen que la manipulación en redes y medios es falsa, solo faltan que observen un poco la banalización de los temas y la deformación cultural que subyace en los contenidos.

La primera línea de defensa es la familia, formando a los más jóvenes en la crítica investigativa y el discernimiento respetuoso de las matrices.

En lo económico, los análisis Pestel y Foda ayudarán a evaluar, minimizar impactos y diseñar estrategias claras para sobrevivir desde lo particular y sumar en lo colectivo a la recuperación sostenible, equitativa e inclusiva de todos los actores de la sociedad. Estas son las pequeñas grandes batallas que debemos dar como ciudadanos y seres activos de la humanidad.

Aprende, crea y emprende.

Leonardo Zurita
Comunicador Social UCV
Instagram. Facebook & Twitter: leozuritave
leozurita.ve@gmail.com
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