Rómulo Gallegos, el hombre justo
Cuando en 1958 cae la dictadura que lo había derrocado, el autor de Cantaclaro, Canaima, Pobre Negro, entre sus novelas más reconocidas, es recibido apoteósicamente en Caracas. Se le tributan honores a lo largo y ancho del país...
Don Rómulo Gallegos forma parte de la Historia Contemporánea de Venezuela y se le recuerda, por lo menos, en tres grandes dimensiones: Como educador, como político y como escritor. En esas tres facetas fue grande, pero es el universo de las letras donde su nombre ha alcanzado la cumbre. ¿Qué hilo invisible unió estas tres dimensiones? Su amor por Venezuela y su inquietud por comprenderla y divulgarla, lo cual lo transformó en un verdadero hombre público, de proyección universal.
Como educador, Gallegos fue un Maestro. Había nacido el 2 de agosto de 1884 y ya bachiller es nombrado director del Colegio Federal de Varones de Cumaná, en 1912. Luego pasa a la Escuela Normal de Varones de Caracas, como Subdirector, en 1918, en donde enseña Matemática y, finalmente, es nombrado Director del Liceo Caracas, en 1922, lugar donde lo conocerá gran parte de la juventud venezolana de entonces y hará carrera de educador hasta que en 1931 sale del país con destino a Estados Unidos. El prestigio ganado por su obra literaria, en especial, por su novela Doña Bárbara, editada en 1929, llevó a Gómez a nombrarlo –sí, a nombrarlo– senador por el estado Apure. Pero sus convicciones democráticas lo hicieron renunciar al cargo, exiliándose en España, país en donde reside hasta que en 1935 muere el dictador y Rómulo Gallegos decide volver a Venezuela.
Con este gesto de gallardía, el Maestro Gallegos transita, tal vez sin percatarse de ello, hacia el mundo de la política. Y así fue. Apenas llega a Caracas el 4 de marzo de 1936, el nuevo Presidente de la República, General Eleazar López Contreras, lo invita a su casa para conversar sobre el futuro del país. ¿Qué se dijeron aquellos dos hombres, el militar y el letrado, en aquella hora crítica de la Patria? Sólo sabemos que el 29 de abril es nombrado Ministro de Instrucción Pública, cuando el gobierno de López Contreras da un giro a la izquierda después de la manifestación democrática del 12 febrero. Sin embargo, ocupa por poco tiempo el cargo debido a que las reformas que inicia en pro de la educación pública no son bien vistas por los sectores conservadores que defienden una educación de castas, como la denominó Luis Beltrán Prieto Figueroa. Envuelto en la polémica pública y atacado por periódicos como La Religión, Gallegos no encuentra más camino que renunciar.
Pero su lucha política al lado de los sectores democráticos no queda ahí. En 1937, es electo diputado al Congreso Nacional y en 1940, asume la presidencia del Concejo Municipal del Distrito Federal hasta el año siguiente, cuando las fuerzas de la oposición lanzan su candidatura a las elecciones presidenciales, las cuales pierde frente al candidato oficial del gobierno, General Isaías Medina Angarita.
En aquella contienda, Gallegos sacó 13 votos frente a los 130 votos que los diputados y senadores afiliados al gobierno de López Contreras le dieron al General Medina. Fueron grandes contendores. Pero el gran momento se dio en 1947, cuando el 12 de septiembre de aquel año, luego del Golpe Cívico-Militar que había derrocado a Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, Acción Democrática lo postula como candidato a la Presidencia de la República.
Aquellas fueron las primeras elecciones libres y universales para Presidente que se dieron con el voto directo de los venezolanos mayores de 18 años, incluyendo por primera vez el voto femenino. Gallegos gana la presidencia con el 74 % de los votos escrutados. Pero nuevamente, el fuero militar tomó la palabra. El 24 de noviembre, el Alto Mando Militar declara que ha asumido el control de la República y nombra una Junta de Gobierno presidida por el Comandante Carlos Delgado Chalbaud, su Ministro de Defensa, y los mayores Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Gallegos es detenido, recluido en la Escuela Militar y posteriormente expulsado del país el 6 de diciembre. Ya no volverá a la política.
Nuevamente en el exilio, la imagen del Presidente Gallegos iba quedando atrás mientras tomaba cuerpo el escritor de fama y reconocimiento universal. Cuando en 1958 cae la dictadura que lo había derrocado, el autor de Cantaclaro, Canaima, Pobre Negro, entre sus novelas más reconocidas, es recibido apoteósicamente en Caracas. Se le tributan honores a lo largo y ancho del país. Todas las promociones estudiantiles llevan su nombre. Es galardonado con el Premio Nacional de Literatura “en reconocimiento de los excepcionales méritos literarios adquiridos por su autor con obras de proyección universal anteriormente publicadas”. Era el triunfo de los valores cívicos de la democracia frente a la fuerza de las armas; de Vargas frente a Carujo, que es decir, la victoria de los hombres justos sobre los valientes.
enfoques14@gmail.com
@reinaldorojashistoriador
Como educador, Gallegos fue un Maestro. Había nacido el 2 de agosto de 1884 y ya bachiller es nombrado director del Colegio Federal de Varones de Cumaná, en 1912. Luego pasa a la Escuela Normal de Varones de Caracas, como Subdirector, en 1918, en donde enseña Matemática y, finalmente, es nombrado Director del Liceo Caracas, en 1922, lugar donde lo conocerá gran parte de la juventud venezolana de entonces y hará carrera de educador hasta que en 1931 sale del país con destino a Estados Unidos. El prestigio ganado por su obra literaria, en especial, por su novela Doña Bárbara, editada en 1929, llevó a Gómez a nombrarlo –sí, a nombrarlo– senador por el estado Apure. Pero sus convicciones democráticas lo hicieron renunciar al cargo, exiliándose en España, país en donde reside hasta que en 1935 muere el dictador y Rómulo Gallegos decide volver a Venezuela.
Con este gesto de gallardía, el Maestro Gallegos transita, tal vez sin percatarse de ello, hacia el mundo de la política. Y así fue. Apenas llega a Caracas el 4 de marzo de 1936, el nuevo Presidente de la República, General Eleazar López Contreras, lo invita a su casa para conversar sobre el futuro del país. ¿Qué se dijeron aquellos dos hombres, el militar y el letrado, en aquella hora crítica de la Patria? Sólo sabemos que el 29 de abril es nombrado Ministro de Instrucción Pública, cuando el gobierno de López Contreras da un giro a la izquierda después de la manifestación democrática del 12 febrero. Sin embargo, ocupa por poco tiempo el cargo debido a que las reformas que inicia en pro de la educación pública no son bien vistas por los sectores conservadores que defienden una educación de castas, como la denominó Luis Beltrán Prieto Figueroa. Envuelto en la polémica pública y atacado por periódicos como La Religión, Gallegos no encuentra más camino que renunciar.
Pero su lucha política al lado de los sectores democráticos no queda ahí. En 1937, es electo diputado al Congreso Nacional y en 1940, asume la presidencia del Concejo Municipal del Distrito Federal hasta el año siguiente, cuando las fuerzas de la oposición lanzan su candidatura a las elecciones presidenciales, las cuales pierde frente al candidato oficial del gobierno, General Isaías Medina Angarita.
En aquella contienda, Gallegos sacó 13 votos frente a los 130 votos que los diputados y senadores afiliados al gobierno de López Contreras le dieron al General Medina. Fueron grandes contendores. Pero el gran momento se dio en 1947, cuando el 12 de septiembre de aquel año, luego del Golpe Cívico-Militar que había derrocado a Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, Acción Democrática lo postula como candidato a la Presidencia de la República.
Aquellas fueron las primeras elecciones libres y universales para Presidente que se dieron con el voto directo de los venezolanos mayores de 18 años, incluyendo por primera vez el voto femenino. Gallegos gana la presidencia con el 74 % de los votos escrutados. Pero nuevamente, el fuero militar tomó la palabra. El 24 de noviembre, el Alto Mando Militar declara que ha asumido el control de la República y nombra una Junta de Gobierno presidida por el Comandante Carlos Delgado Chalbaud, su Ministro de Defensa, y los mayores Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Gallegos es detenido, recluido en la Escuela Militar y posteriormente expulsado del país el 6 de diciembre. Ya no volverá a la política.
Nuevamente en el exilio, la imagen del Presidente Gallegos iba quedando atrás mientras tomaba cuerpo el escritor de fama y reconocimiento universal. Cuando en 1958 cae la dictadura que lo había derrocado, el autor de Cantaclaro, Canaima, Pobre Negro, entre sus novelas más reconocidas, es recibido apoteósicamente en Caracas. Se le tributan honores a lo largo y ancho del país. Todas las promociones estudiantiles llevan su nombre. Es galardonado con el Premio Nacional de Literatura “en reconocimiento de los excepcionales méritos literarios adquiridos por su autor con obras de proyección universal anteriormente publicadas”. Era el triunfo de los valores cívicos de la democracia frente a la fuerza de las armas; de Vargas frente a Carujo, que es decir, la victoria de los hombres justos sobre los valientes.
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