Todos los países del mundo tienen mucho que ganar con la tecnología 5G, por la alta velocidad de transferencias de datos que proporciona, así como también por la forma que impacta a los distintos ámbitos de la vida en sociedad -incluyendo la agricultura, la educación, la atención médica, el transporte, entre otros servicios-. Al respecto, se espera que esta nueva tecnología aumente el PIB mundial en alrededor de 2 billones de dólares en sectores claves como la salud, el comercio, el transporte y las comunicaciones. Pero el camino hacia el uso generalizado de la 5G no es sencillo, está lleno de disputas y controversias surgidas por la imposibilidad de tener un estándar único y universal, así como la preocupación mundial por el poder que alcanzaran las empresas y los países que dominen dicha tecnología.

Ante dicha realidad, el sector de las telecomunicaciones en India se está preparando para el despliegue y la adopción de servicios de red 5G. Y para ello se ha comenzado con la revisión de los requisitos que deben cumplir las plataformas tecnológicas locales y los desafíos públicos-privados que deben superarse.

En relación con estos últimos, un desafío que concentra la atención de la población y el empresariado de India es la prohibición de algunos fabricantes de equipos, como Huawei, de participar en pruebas de 5G que se realicen en el país por razones de seguridad. La empresa china tiene un papel destacado en el mundo como proveedora de equipos 5G, principalmente por razones de costo. Situación que delegará en proveedores europeos como Ericsson y Nokia la responsabilidad de desplegar esta nueva tecnología en territorio indio.

Otro desafío evidente es la tarea de complementar las redes de banda ancha móvil que utilizan las empresas de telecomunicaciones que ya operan en el país. Estas se han dado cuenta de la importancia de integrar sus redes de telefonía celular con redes inalámbricas de banda ancha (WiFi) para mejorar la calidad de sus servicios. Para lo cual resulta fundamental el trabajo conjunto entre sector público y privado para garantizar una infraestructura tecnológica que mejore las comunicaciones a nivel local y prepare el terreno para la adopción de la tecnología 5G.

En este sentido, la intención del gobierno de India de recalibrar los gravámenes regulatorios, como los pagos anuales por uso del espectro radioeléctrico, los derechos de licencia -que también se pagan de manera anual- y la reciente moratoria de cuatro años sobre el pago de los aranceles regulatorios pendientes, debe complementarse con algún alivio financiero al sector de las telecomunicaciones para atraer mayores inversiones y actores interesados en esta actividad económica.

De esta forma se podrá avanzar hacia un escenario de competencia en el sector, que reduzca la posibilidad del desarrollo de poder de mercado por parte de las empresas -las cuales incrementarán la rentabilidad de sus actividades, pero alejarán la posibilidad de acceso de la población a la última tecnología-. La provisión de banda ancha móvil de buena calidad en todo el país y el pronto despliegue de la tecnología 5G colocan a India en la ruta de los cambios tecnológicos que vive el mundo. Los países de América Latina están a tiempo de colocar manos a la obra y actuar cónsono con las necesidades de su población.

@zerpasad