“En otra ocasión podría haber sido tan diferente; Oh si pudiéramos hacerlo todo de nuevo; Pero ahora es solo otro recuerdo que se desvanece; Fuera de foco, aunque el trazado aún permanece; Lejos, lejos, luces distantes que se desvanecen; Dejándonos a todos perdidos en un mundo cambiante; Y tu sabes que estos son los días de nuestras vidas, así que recuerda” (Génesis, Fading lights)

Las oportunidades que ofrecen internet y las redes sociales, hacen que casi de inmediato podamos tener noticia y hasta contemplar acontecimientos lejanos. Para los que somos de la generación de los 80 y seguíamos desde una década anterior a grupos como Génesis. Es todo un acontecimiento el comienzo de una nueva gira, de este gigante del sinfónico progresivo y hasta del pop desde hace más de 30 años. Ya a mediados del mes de septiembre veníamos conectándonos con la expectativa de oír, como suena la banda en esta nueva oportunidad. Monitoreando las redes sociales, para ver lo antes posible algún testimonio gráfico de los primeros conciertos. El primero que pudimos ver y oír fue el de Birmingham. No causó sorpresa, pero si decepción. El sonido de la banda y la puesta en escena, excelentes. Pero una cosa es perder la voz y otra muy diferente estar sordo…

Al reflexionar un poco en el por qué, una banda que se caracterizó por sus impecables puestas en escena y sonido en vivo. Se presenta de una forma, que deja demasiado que decir sobre su calidad armónica y melódica. Nos asaltaron los recuerdos de aquellos años, a finales de los setenta, cuando “Luego allí solo quedaron tres”. La época en que después de un éxito indudable y repetido como banda, Banks, Collins y Rutherford tuvieron que asumir el riego de continuar con un proyecto que evidentemente los superaba. Es la misma respuesta que varias veces vimos repetir a los tres, cuando se les preguntaba por qué Gabriel no participaba de los reencuentros: “Simplemente él no fue parte de esto”. Una respuesta muy cuestionable sobre todo para aquellos que nos consideramos puristas de Génesis y nos atrevemos a afirmar que con “The Lamb lies down on Broadway” ya estaba todo dicho. Pero no podemos dejar de reconocer que los años de Collins, estuvieron llenos de brillantez y apertura. Algo que seguramente los fanáticos de la banda siguen considerando.

Más allá de que hay que saber cuando retirarse. Está el respeto por la música y la identidad, que Génesis cultivó por más de cuarenta años. Da la impresión de que hay que estar más allá de los estadios llenos y los millones recaudados. Cuando se trata de arte. El respeto por la belleza, siempre es manifestación de un auténtico deseo de bien y de verdad. Mi admiración por Banks y Rutherford se mantiene intacta. Mucho mejor les saldría, por ejemplo, una gira con Ray Wilson. También una gira con fechas suspendidas a causa de la pandemia no deja de ser legendaria. Sin embargo, sinceramente pienso, aunque suene ingenuo, que privó la amistad con Collins. No creo que se trate simplemente de un asunto de recaudación o despedida. Son las experiencias vividas en conjunto, las que unen a cualquier grupo humano. “Yo se lo que me gusta. Y me gusta lo que se”


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