La empatía es una cualidad necesaria, conveniente y positiva en todas las personas y en particular en los profesionales de la salud, ya que significa compadecer a otra persona sin afectarse, es ponerse en los zapatos del otro, para entenderla mejor y ayudarla, según las particularidades de cada situación, pero sin desgastarse física y emocionalmente, ya que cuando esto ocurre, se habla de fatiga por compasión o "compassion fatigue" como lo describió en 1995 Charles Figley, lo cual se ha traducido como Desgaste por empatía entendida como una profunda pena que siente una persona por otra que está sufriendo, asociado a un fuerte deseo de aliviar el problema y sus causas. Puede ser transitorio y reversible, cuando la persona que lo padece, lo enfrenta de una manera adecuada, por sí mismo o si el caso lo requiere, con apoyo profesional.

Es necesario identificar a las personas que tienen desgaste por empatía, en especial si se trata de un trabajador de la salud, porque por su condición laboral, puede ser que la exigencia del medio lo haga continuar en sus actividades, sin darse cuenta de que requiere apoyo profesional especializado, para poder superar el problema. En general, debe pensarse en esta entidad, si hay una experimentación repetitiva y constante de la situación que provocó el trauma o dolor vivido por un tercero, “rumiación” de pensamiento, disminución de las habilidades sociales, deterioro de las relaciones interpersonales, embotamiento psíquico, deterioro cognitivo, sobrecarga emocional, sentimiento de culpa, como parte de la imposibilidad de disminuir o suprimir el dolor que siente el otro, estado de alerta permanente, agotamiento, tensión y aislamiento social.

Es importante destacar que la actitud que asuma la persona ante las dificultades, incluyendo el “dolor” propio y ajeno, puede ayudar a manejar la empatía en forma positiva, lo cual le permitirá ayudarse a sí mismo y ayudar a los demás, dándole un sentido a su propia vida, independientemente de las circunstancias adversas. Es recomendable que las instituciones de atención médica, establezcan estrategias orientadas a suministrar herramientas a sus trabajadores para diagnosticar precozmente síntomas sugestivos de inicio del Síndrome de Desgaste por Empatía para iniciar el tratamiento con apoyo de personal profesional especializado, ya que como se señaló antes, su evolución en general es reversible, pero si se retrasa la intervención, sobre todo el caso actual de una pandemia de una enfermedad que aún tiene muchos vacíos de conocimiento en relación a su historia natural, que puede afectar a pacientes y a trabajadores que lo atienden, así como a sus familiares y amigos, que es potencialmente letal, todo lo cual hace que los trabajadores de la salud se identifique con la situación del paciente, todo esto obliga a intervenciones institucionales, con apoyo de servicios interdisciplinarios en especial de psicología organizacional.

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