Bangladesh ha deslumbrado al mundo por sus notables avances en materia de crecimiento económico, reducción de la pobreza y disminución de la desigualdad. Durante las últimas cinco décadas, este país asiático pasó de ser considerado como una economía de ingresos bajos a lograr la condición de economía de ingresos medios desde 2015. Debido, entre otras razones, a tasas de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) superiores al 6% desde 2011. Resultados que hacen prever el logro de los objetivos de eliminar la pobreza extrema y asegurar la condición de país de ingresos medianos altos para 2031, así como la meta de superar el umbral de país de ingresos altos una década después.

Para muchos analistas, entre los cuales se encuentran Rashed Titumir (2021), Muhammad Mahmood (2021), entre otros, estos resultados son consecuencia de tres aspectos interrelacionados: estabilidad, capacidad de transformación y sostenibilidad. Estabilidad en la interacción entre la política y la economía o, más precisamente, en el vínculo entre las instituciones políticas y económicas, que sentaron las bases para la firma y el cumplimiento de compromisos sociopolíticos determinante del desarrollo de todas las actividades económicas.

Capacidad de transformación de las instituciones que no cumplen su rol. Con lo cual se consolidó un gobierno inclusivo donde se justificaron las instituciones que funcionan, que se complementan al momento de responder a las necesidades de la población. Y de esta manera se evitó someter a la sociedad al esfuerzo de cambiar para que las instituciones funcionen.

Y sostenibilidad en el desarrollo de las actividades productivas intensivas en el factor productivo más abundante en Bangladesh: la mano de obra. Esto implicó todo un reto para construir el stock de capital del país. Incentivó el movimiento de la masa laboral hacia el ámbito urbano para tratar de recibir mejores condiciones de trabajo. Siendo los sectores agricultura y manufacturas los que más concentran el empleo formal en el país y los que más aportan al PIB.

Ambos sin alcanzar todo su potencial. La agricultura debido a la disminución de la productividad junto con una mayor fragmentación de la tierra, la degradación del suelo y el aumento de los costos de producción. Y las manufacturas por la alta dependencia de insumos importados, del apoyo excesivo del gobierno, y de las ventas en el exterior.

Ante este escenario, se consideran retos por superar para consolidar los resultados macroeconómicos hasta ahora alcanzados: 1) atender el grave déficit de infraestructura, 2) modificar la canasta de exportaciones altamente concentrada, 3) reducir la dependencia del extranjero, en materia de inversión y remesas, 4) reducir los déficits de desnutrición en la población infantil, 5) disminuir las altas tasas de deserción escolar, y 6) mejorar los incentivos para la creación de pequeñas y medianas empresas.

Esto implica avanzar en reformas políticas para renovar el sistema educativo, garantizar la provisión de bienes públicos, insistir en medidas redistributivas del ingreso, e impulsar los servicios microfinancieros. Todo lo cual consolidará las actividades productivas, incrementará los salarios, y permitirá la generación de oportunidades laborales.

@zerpasad