Las Minas de Baruta
Las madres y aguerridas mujeres, con quienes me topé, coincidieron en un lugar común: no están dispuestas a rendirse porque nuestro municipio vale mucho para entregarlo
Las Minas de Baruta es una de las tres parroquias de nuestro municipio Baruta, por la que siempre he profesado especial afecto. El pasado fin de semana reafirmé lo especial de su gente, pero también palpé lo necesitados que están de atención efectiva.
Durante el recorrido, donde conversé con cientos de vecinos y comerciantes del sector, recogimos sus múltiples problemas, empezando por las fallas recurrentes en los servicios públicos (agua potable, electricidad, aseo urbano, vialidad, transporte, gas doméstico y hasta telecomunicaciones) y el alto costo – no solo el económico –, que hoy les supone a nuestros comerciantes mantener sus santamarías arriba. Son pequeños y medianos comerciantes que siguen dejando el alma, en su afán de mantener viva la zona.
Las madres y aguerridas mujeres, con quienes me topé, coincidieron en un lugar común: no están dispuestas a rendirse porque nuestro municipio vale mucho para entregarlo. El grueso de ellas reiteró que hay aires de cambios para nuestra localidad y que debemos aprovechar la oportunidad que nos da el 21 de noviembre para empezar a reconstruir el país desde abajo.
También conversé con hombres que cada día vencen la desesperanza y salen a la calle a dar lo mejor de sí. Desde fruteros, zapateros, albañiles y taxistas hasta un sensei de karate.
¡Sí! Rodolfo Rodrigues, quien fue campeón de karate en los años 1979, 1980, 1981, 1982 y 1983 y entrenó al atleta olímpico Andrés Madera, hace vida en nuestra querida parroquia.
Por todos ellos, hombres, mujeres, niños, adolescentes y abuelos, es que estamos en la calle proponiendo un programa de gerencia municipal a través del cual vamos a construir la Baruta que todos anhelamos. Sin temor a caer en falsas promesas, sé que con la participación de todos es posible hacer de nuestro espacio territorial un modelo para el país.
¿Qué aspiramos?
Un municipio donde todos tengamos igualdad de oportunidades; donde mantener un negocio abierto no signifique sacrificios económicos incalculables o descaradas matracas; donde exista el orden y se respeten las normativas legales; donde dé gusto caminar, ejercitarse, recrearse o esparcirse en espacios acondicionados para tal fin; donde tengamos calles y aceras en perfecto estado y debidamente iluminadas; donde nuestros vecinos puedan acceder a la tecnología; donde se generen oportunidades de empleo. Nosotros queremos poner orden en Baruta, y esto pasa, mis queridos vecinos, por la contraloría de todos.
Los fondos del municipio no pueden desviarse a proselitismo político. Los recursos deben ser destinados a mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes y ejecutados con la mayor transparencia posible. En Las Minas de Baruta nos pidieron que volvamos los ojos hacia esta parroquia tan abandonada y que, una vez lleguemos a la Alcaldía, empecemos a dar respuesta a sus exigencias que quedaron en el aire.
También nos llevamos la inquietud de los pequeños comerciantes en torno a las exorbitantes tarifas del aseo urbano, servicio que se cobra puntualmente, pero que deja mucho que desear no solo en la parroquia Las Minas, sino en todo el municipio. A muchos de estos trabajadores les cobran tarifas por encima de los $60 mensuales, impagables para una cantidad importante. Esa realidad que afecta a nuestros vecinos, los tiene agotados, pues a pesar de haber formulado quejas ante la alcaldía, el Concejo Municipal y la empresa recolectora de basura, sólo han obtenido por respuesta el silencio.
De igual manera, y para la tranquilidad de nuestros taxistas y mototaxistas, nos comprometimos a tener a todo el municipio asfaltado. Baruta no es Las Mercedes nada más. Hoy la realidad es que, producto de la indolencia de quienes están en el poder, toda la vialidad de la parroquia Las Minas está llena de huecos, muchos de los cuales han sido “tapados” con escombros por los vecinos para evitar tragedias.
Con mis vecinos de Las Minas asumí el compromiso de trabajar con ahínco, para que sus más de 50.000 habitantes, puedan vivir y progresar en paz; para que puedan construir con trabajo honesto, patrimonios que sean ejemplo de superación. Hoy los vecinos de Las Minas de Baruta pueden contar con nosotros, y nosotros contamos con ellos.
@griseldareyesq
www.griseldareyes.com
griseldareyes@gmail.com
Durante el recorrido, donde conversé con cientos de vecinos y comerciantes del sector, recogimos sus múltiples problemas, empezando por las fallas recurrentes en los servicios públicos (agua potable, electricidad, aseo urbano, vialidad, transporte, gas doméstico y hasta telecomunicaciones) y el alto costo – no solo el económico –, que hoy les supone a nuestros comerciantes mantener sus santamarías arriba. Son pequeños y medianos comerciantes que siguen dejando el alma, en su afán de mantener viva la zona.
Las madres y aguerridas mujeres, con quienes me topé, coincidieron en un lugar común: no están dispuestas a rendirse porque nuestro municipio vale mucho para entregarlo. El grueso de ellas reiteró que hay aires de cambios para nuestra localidad y que debemos aprovechar la oportunidad que nos da el 21 de noviembre para empezar a reconstruir el país desde abajo.
También conversé con hombres que cada día vencen la desesperanza y salen a la calle a dar lo mejor de sí. Desde fruteros, zapateros, albañiles y taxistas hasta un sensei de karate.
¡Sí! Rodolfo Rodrigues, quien fue campeón de karate en los años 1979, 1980, 1981, 1982 y 1983 y entrenó al atleta olímpico Andrés Madera, hace vida en nuestra querida parroquia.
Por todos ellos, hombres, mujeres, niños, adolescentes y abuelos, es que estamos en la calle proponiendo un programa de gerencia municipal a través del cual vamos a construir la Baruta que todos anhelamos. Sin temor a caer en falsas promesas, sé que con la participación de todos es posible hacer de nuestro espacio territorial un modelo para el país.
¿Qué aspiramos?
Un municipio donde todos tengamos igualdad de oportunidades; donde mantener un negocio abierto no signifique sacrificios económicos incalculables o descaradas matracas; donde exista el orden y se respeten las normativas legales; donde dé gusto caminar, ejercitarse, recrearse o esparcirse en espacios acondicionados para tal fin; donde tengamos calles y aceras en perfecto estado y debidamente iluminadas; donde nuestros vecinos puedan acceder a la tecnología; donde se generen oportunidades de empleo. Nosotros queremos poner orden en Baruta, y esto pasa, mis queridos vecinos, por la contraloría de todos.
Los fondos del municipio no pueden desviarse a proselitismo político. Los recursos deben ser destinados a mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes y ejecutados con la mayor transparencia posible. En Las Minas de Baruta nos pidieron que volvamos los ojos hacia esta parroquia tan abandonada y que, una vez lleguemos a la Alcaldía, empecemos a dar respuesta a sus exigencias que quedaron en el aire.
También nos llevamos la inquietud de los pequeños comerciantes en torno a las exorbitantes tarifas del aseo urbano, servicio que se cobra puntualmente, pero que deja mucho que desear no solo en la parroquia Las Minas, sino en todo el municipio. A muchos de estos trabajadores les cobran tarifas por encima de los $60 mensuales, impagables para una cantidad importante. Esa realidad que afecta a nuestros vecinos, los tiene agotados, pues a pesar de haber formulado quejas ante la alcaldía, el Concejo Municipal y la empresa recolectora de basura, sólo han obtenido por respuesta el silencio.
De igual manera, y para la tranquilidad de nuestros taxistas y mototaxistas, nos comprometimos a tener a todo el municipio asfaltado. Baruta no es Las Mercedes nada más. Hoy la realidad es que, producto de la indolencia de quienes están en el poder, toda la vialidad de la parroquia Las Minas está llena de huecos, muchos de los cuales han sido “tapados” con escombros por los vecinos para evitar tragedias.
Con mis vecinos de Las Minas asumí el compromiso de trabajar con ahínco, para que sus más de 50.000 habitantes, puedan vivir y progresar en paz; para que puedan construir con trabajo honesto, patrimonios que sean ejemplo de superación. Hoy los vecinos de Las Minas de Baruta pueden contar con nosotros, y nosotros contamos con ellos.
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